La producción industrial siguió mejorando su comportamiento y en febrero aumentó 3,2%, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC) de la ANDI. Frente al mismo periodo del año pasado, las ventas totales crecieron 1,8% y, dentro de estas, las ventas hacia el mercado interno 3,3%.
Según el gremio de los industriales, al finalizar febrero de 2019, la industria manufacturera mantiene la tendencia favorable observada desde finales del año pasado, donde se empezó a percibir una recuperación. Los resultados de la EOIC reflejan un comportamiento positivo tanto en producción como en ventas, una capacidad instalada superior al promedio histórico, los pedidos e inventarios continúan en buenos niveles y el clima de los negocios muestra un panorama alentador.
En este contexto, otros indicadores de la economía reflejan esta situación favorable. Para el período enero-febrero, las exportaciones del sector industrial crecieron 7,3%, y al excluir refinación de petróleo y metales preciosos el crecimiento es de 4,8%. Por su parte, el comercio al por menor crece 4,3% al mes de febrero y la demanda de energía no regulada de la industria crece 2,1% en los primeros tres meses del año. En esta misma dirección, el índice de confianza del consumidor para el mes de marzo presenta un balance positivo de 1,2%.
Prevención
Señala la ANDI que “sin embargo, aún no podemos hablar de un panorama plenamente despejado: otros indicadores de la economía muestran una tendencia menos favorable. Es así como el empleo en la industria manufacturera en el trimestre diciembre-febrero con respecto al mismo trimestre del año anterior, muestra una pérdida de 8 mil empleos”.
Adicionalmente, en el contexto internacional, se evidencia un ambiente de incertidumbre, con crecimientos más bajos de la economía mundial, tensiones comerciales y volatilidad en los mercados. En esta dirección, el FMI en su más reciente informe de perspectivas revisó a la baja el crecimiento mundial para 2019 pasando de 3,5% a 3,3%. Esta situación se presentó en la mayoría de países y en especial en América Latina, donde el impacto de la situación en Venezuela afectó el crecimiento de la región.
La economía colombiana por su parte, registró un crecimiento del PIB para 2018 de 2,7%, cifra que reflejó una mejoría con respecto al 1,4% presentado un año atrás. Para 2019, se espera que esta tendencia de mejora continúe y el crecimiento alcance un nivel del 3,5%. Sin embargo, estos niveles de crecimiento siguen estando por debajo del potencial para el país, por lo que se pone en evidencia la necesidad de adoptar medidas de corto plazo que permitan seguir consolidando la reactivación de la economía.
A nivel sectorial, la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta registra un comportamiento relativamente favorable, ya que la mayoría de actividades registran tasas positivas.
El indicador de uso de la capacidad instalada también se recuperó pasando de 75,9% en febrero de 2018 a 78,6% en febrero de 2019, situándose por encima del promedio histórico (76,4%).
Inventarios
Respecto a los indicadores de inventarios y pedidos, el 89,8% de la producción encuestada califica sus pedidos como altos o normales, cifra superior a la registrada en febrero de 2018 (84,4%).
En el caso de los inventarios, éstos son calificados como altos por el 15,7% de la producción manufacturera. En febrero de 2018, el 20,4% de la producción consideraba como altos sus inventarios.
La percepción de los empresarios sobre el clima de los negocios presenta una buena dinámica en el mes de febrero. En efecto, en este mes, el 65% de los encuestados consideró la situación actual de su empresa como buena, resultado significativamente superior al 57,3% observado en el mismo mes de 2018.
Por su parte, el porcentaje de empresas que prevé una mejor situación en el inmediato futuro fue reportado en febrero de 2019 por el 47,2% de los encuestados, nivel por encima de la cifra registrada en el mismo mes del año pasado (43,1%).
Para el periodo analizado, los principales obstáculos que enfrentaron los empresarios en el desarrollo normal de su actividad son, en su orden: falta de demanda, seguido por costo y suministro de materias primas, volatilidad de la tasa de cambio, estrategias agresivas de precios y comercialización, contrabando, infraestructura inadecuada y altos costos logísticos.