EN CASI dos años, el sector de la vivienda ha disminuido sus ventas debido al fuerte impacto en la economía tanto de las tasas de interés como en el cambio de las políticas gubernamentales. Sin embargo, una investigación del BBVA Research a cargo de las economías Juan Téllez y el economista Mauricio Hernández, destaca que este año será de transición, pero que en 2025 se espera una reactivación en las ventas de vivienda.
Destaca el informe que “la certeza sobre los subsidios VIS, la reducción de las tasas de interés y el mejor balance financiero de los hogares ayudarán a la recuperación, la cual será lenta y gradual y se consolidará en 2025”.
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Indican que las ventas de vivienda se recuperarán gradualmente hasta un rango entre 150.000 y 180.000 unidades en 2025, donde los inventarios y los desistimientos se mantendrán altos durante el primer semestre de 2024, para después ceder poco a poco.
Finanzas
Sostienen que el balance financiero de los hogares está mejorando, si bien todavía enfrentarán costos elevados al inicio de 2024. Pero luego, las menores tasas e inflación les impulsará la capacidad de compra. Esto, junto con el mayor ahorro que acumularon, les permitirá reanimar las compras de vivienda, sobre todo desde el segundo semestre de 2024.
Consideran que la reducción de los costos financieros para los hogares también depende del buen manejo fiscal: los menores déficits fiscales ayudan a que las tasas de los TES sean más bajas y, con ello, su transmisión a las tasas hipotecarias.
Sin embargo, los investigadores consideran que la estabilidad en los subsidios de vivienda y sus reglas claras también son decisivos.
Además, una aceleración de la ejecución de inversión pública en infraestructura es necesaria para impulsar al sector, servir de palanca contracíclica en la economía y mejorar los niveles de competitividad y productividad del país.
Creen los expertos que el mercado no residencial está teniendo un proceso de ajuste saludable. Las menores ventas se acompañaron de reducciones fuertes en la oferta y la demanda por estos destinos que implica la recuperación económica podría impulsar la construcción no residencial desde finales de 2024.
Edificaciones
En su análisis señalan que la reducción de las ventas y la edificación de vivienda nueva puede ser aprovechado por el mercado de vivienda usada. Creen que la vacancia de unidades es baja en las grandes ciudades del país y la recuperación del poder de compra de los hogares podría encontrar en este mercado un alivio a la menor actividad de construcción nueva.
En Colombia, aproximadamente 1 de cada 4 proyectos que iniciaron obra en 2023 tienen una certificación o han comenzado algún proceso, en el 2020 esta relación era aproximadamente de 1 de cada 8.
Entre las fortalezas del sector de la construcción para enfrentar el ciclo de desaceleración y posterior recuperación, están altos niveles de preventas. El modelo de preventas reduce el riesgo de acumulación excesiva de inventarios, quiebras generalizadas en las empresas del sector y de crisis sistémicas en hogares y sector financiero.
Además, está la fortaleza financiera del sector, aunque es heterogénea. Las economías de escala de las grandes constructoras ayudan a sostener su viabilidad financiera y les da resistencia ante los ciclos.
Para esta recuperación de la vivienda, se cuenta con una cadena amplia de producción de insumos. Cuando el sector aumente su actividad se tendrá una buena capacidad de respuesta del resto de sectores de la economía, además, los precios de la vivienda crecieron por debajo de la inflación. Esto evitó una pérdida excesiva de capacidad de compra de los hogares y redujo los riesgos de sobrevaloraciones en el sector.