EL NUEVO SIGLO: ¿Cuáles son las mayores amenazas que enfrenta la Amazonía?
JENNY CUETO: Las principales amenazas que tienen los ecosistemas de la Amazonía están asociadas a la deforestación, que está relacionada con varios motores: el que genera la mayor transformación en términos de área, son todas estas dinámicas del acaparamiento de tierras, que tiene unas lógicas, transforman los bosques en pasturas. Primero, con la intención de hacer estos grandes latifundios de ganadería, pero también muchas veces solamente con el tema de especulación sobre la tierra, o sea, generar transformación sobre la tierra para que luego esas tierras entren en la dinámica del comercio, y de esa forma se viene ampliando más la frontera agrícola en la Amazonía, Eso lo más importante en términos de impacto de áreas, ya que principalmente afecta los ecosistemas.
También por las dinámicas de cultivos de uso ilícito. En la Amazonía está todo el fenómeno de la transformación para siembra y primera etapa del procesamiento de la hoja de coca, y las áreas protegidas de la región son las que en cifras históricas han tenido mayor incidencia en esta problemática.
Está el caso del parque La Paya, de la Reserva Nacional Natural Nukak y de áreas como La Macarena, Parque Nacional Natural Tinigua, Picachos, que también todos estos hacen parte de este arco deforestación y están muy relacionados con estas dinámicas de cultivos.
ENS: ¿Qué se está haciendo para enfrentar esos riesgos?
JC: Esto tiene varias medidas. Por una parte, se está trabajando con el problema principal de la deforestación con las comunidades campesinas, que avanza primero en identificar una ruta de trabajo para poder llegar a unos acuerdos o concertar sobre las problemáticas y los conflictos socioambientales que se están presentando en los territorios, intentando conocer las causas de esas problemáticas. Con algunas familias se han trabajado acuerdos de restauración, en un sentido más amplio, donde además de poder hacer que las familias restauren ecosistemas, también se puedan generar unos acuerdos con los que se den unas garantías sobre la calidad de vida de las familias campesinas que están habitando las áreas, pero con una visión transitoria, buscando que se dé una respuesta de fondo a la problemática.
Esta ruta en algunas áreas protegidas la hemos trabajado con procesos de compra de predios. Hay unas áreas en donde los ocupantes sí tenían un título de propiedad con toda la tradición del bien, y con ellas se han podido hacer procesos de compra del predio. Con los que no tienen la titularidad sobre la tierra se pueden adelantar unos procesos de compra de mejoras, que esto está habilitado normativamente, si las mejoras no están asociadas a cultivos de uso ilícito o alguna economía ilegal.
También hay una ruta que se está empezando a trabajar y que es para relocalizar a algunas familias en otras zonas de reserva de Ley Segunda, donde se pueda regularizar la ocupación.
ENS: ¿Cómo está hoy el Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete?
JC: El Parque Serranía del Chiribiquete ha tenido dos procesos de ampliación en el área protegida. En su creación inicial tenía 1'280.000 hectáreas. Luego pasó a más de 2'800.000 y ahora conserva en su área total más de 4'200.000 hectáreas. Eso lo posiciona como el área protegida más grande a nivel mundial, de superficie continental; pero, además, es el corazón de la Amazonía, que se escucha mucho que Chiribiquete lo es, pero de fondo, la razón de ser el corazón es la Amazonía, es porque es el territorio en donde se garantiza tanto la integridad de muchos de los ecosistemas, amazónicos, como la conectividad también entre la Amazonía, la Orinoquía y los Andes; entonces por eso es tan importante la estrategia de continuación in situ que representa el parque Chiribiquete.
Igualmente por el altísimo potencial de endemismos que hay en estos ecosistemas de los afloramientos del escudo guyanés, que son ecosistemas muy representativos, digamos de la Amazonía, pero también muy frágiles.
En el Parque Serranía del Chiribiquete hay una situación efectivamente de algunas dinámicas hacia el sector norte, entre La Macarena y Chiribiquete, en la parte de San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá, Calamar. Hay unas dinámicas de ampliación de la frontera, como mencioné, de ocupación dentro del área y en este momento ya se han transformado más de 9.000 hectáreas dentro del área protegida.
Desde la ampliación en el 2018 a esta época, ha habido unas dinámicas de deforestación incrementadas y eso es una de las situaciones más preocupantes que tenemos. Frente a eso se vienen haciendo estas acciones de restauración y acuerdos con familias campesinas en la zona y en áreas colindantes.
ENS: ¿Cuál es la propuesta específica para la COP16 desde la dirección de la Amazonía de Parques Nacionales Naturales?
JC: Desde la Amazonía hay una propuesta muy contundente y es poder continuar avanzando en la estrategia de restauración. Sobre esa línea está todo el enfoque de restauración ecológica participativa con las comunidades campesinas en la ruta, desde resolución de conflictos socioambientales. Pero también está un enfoque de restauración biocultural con los pueblos indígenas que están en los territorios traslapados entre parques nacionales naturales y territorios o resguardos indígenas, con los cuales estamos identificando si existen presiones o si existe pérdida de prácticas tradicionales asociadas al uso y manejo; estas estrategias se están fortaleciendo.
La idea es posicionar los mecanismos para poder implementar estas acciones de control en las áreas protegidas, pero con este enfoque participativo y de construcción con las comunidades. Eso es lo que buscamos posicionar en esta COP, que estos enfoques y estas nuevas formas de trabajar, estos mecanismos de conservación, se posicionen y que haya el suficiente soporte para mejorar la gestión de estas áreas protegidas, efectivamente desde una mirada de política.