Cristian Casas es un joven bogotano que desde pequeño trabajó en la central de Corabastos, pues según le dijo a EL NUEVO SIGLO, al ser hijo de una mamá soltera, aprendió desde muy niño a ayudar con los gastos del hogar.
Crecer en Corabastos es estar rodeado de gente valiente, luchadora y soñadora; sin embargo, ese panorama se ve opacado cuando quienes están allí se enfrentan a la realidad de que algunas personas sin recursos tienen que recoger alimentos de los contenedores de basura, suministros que los vendedores depositan allí porque ya nadie los compra, sea porque están magullados o dañados.
Ver cómo usan la tecnología en otros países del mundo para resolver problemáticas sociales y enfrentarse a dicho panorama a diario, fue lo que motivó a Cristian a crear CorApp, la plataforma digital para la comercialización y donación de alimentos en las centrales de abastos.
“Se me ocurrió la idea de resolver ese problema con una aplicación, gustó mucho y fue bien acogida”, dijo.
Poniendo en práctica todo lo que había estudiado, Ingeniería Química en la Universidad Nacional, Economía en la del Rosario y un curso de Desarrollo en el Sena, a este bogotano que ahora tiene 34 años, se le hizo realidad el sueño de ayudar a su gente, esa con la que creció, pero a la que también observaba desde lejos, mientras ellos buscaban en los contenedores.
¿Cómo funciona CorApp?
Cristian Casas desarrolló solo la aplicación, es decir, hizo la base de datos y el código Python; ya luego en la parte visual contó con un socio desarrollador. Para él no fue tan difícil hacer CorApp, pues asegura que, cuando se tiene claro lo que se quiere, se sabe de tecnología y se ha trabajado en proyectos de este tipo, es fácil.
Ahora bien, según explicó Cristian, CorApp está basada en un sistema de información, es decir, es una herramienta que comunica a la persona que tiene los alimentos –ya sea para venderlos a menor precio o para donarlos– con la que no los tiene.
Inicialmente, la plataforma digital iba a ser creada con el fin de realizar donaciones, pero Cristian sabía que no todos los comerciantes iban a participar sin recibir un beneficio, por lo que le consultó a su mamá, la señora Rubiela Rodríguez, la idea de que CorApp también fuera una ventana de comercio. Por suerte, en su progenitora encontró el apoyo que necesitaba y es así como ahora en la plataforma los vendedores de Corabastos pueden realizar dos transacciones: vender y donar.
“Existen tres roles dentro de la aplicación. El central, que es el vendedor de Corabastos, ahí él puede donar y puede vender; el comprador, que son grandes superficies o tiendas de barrio; y el beneficiario, que es esa persona que por alguna otra razón necesita alimentos y puede encontrarlos ahí”, explicó Cristian.
Sobre el funcionamiento, Casas añadió que su gran aliado es WhatsApp, pues diariamente tienen una conversación con los vendedores para actualizar los precios, allí ellos también les informan sobre las ofertas de alimentos que tienen y las donaciones que harán, insumos que más tarde el equipo de CorApp publica en la “pestaña de donaciones”.
Cristian asegura que recibir las donaciones es muy fácil. El interesado solo debe entrar a la aplicación y mirar qué hay en la pestaña de donaciones, posteriormente dirigirse al punto de donde salió la “oferta” en Corabastos y ya.
“Los alimentos donados son los que no fueron comercializados, o sea, que las personas no quisieron comprar, entonces muchas veces la gente prefiere comprar alimentos cuando tienen dinero a recibir un tomate que está un poquito golpeado o arrugadito. Es por eso que nosotros nos basamos en que las personas que necesitan las donaciones son las que van por ellas”, añadió.
Una versión 2.0
Actualmente en CorApp trabajan tres personas, pero vinculados con la aplicación hay alrededor de 400 vendedores de Corabastos y aunque la primera versión va marchando muy bien, Cristian contó que ya tiene casi lista una segunda versión, que traerá mejoras en aspectos técnicos y de tecnología.
“Esta segunda versión incluye lo que se necesita en el área técnica y la tecnología para que el modelo de negocio pueda ser sostenible, además de las integraciones con WhatsApp, que son muy buenas, avanzadas y de tecnología de punta”, indicó.
Así mismo, los cambios se verán reflejados en la página, pues ya tienen un apartado de la organización que explica lo que quieren donar y cómo quieren impactar a la sociedad con la tecnología.
Sumado a esto, Cristian le adelantó a EL NUEVO SIGLO que por el momento CorApp funciona únicamente en Bogotá, pero que se encuentra adelantando conversaciones con las centrales de Ibagué y Tunja para que también funcione en dichos municipios.
Es importante resaltar que, gracias a la creación de CorApp, Cristian recibió un reconocimiento en el año 2022, premio con el que ha podido seguir consolidando su proyecto, y con el que, según él, pudo ganarse la confianza de muchos vendedores de Corabastos y de compradores de Bogotá.
“La gente ya ve que nosotros somos como una marca en el mercado confiable, lo cual es así, y eso nos ayudó bastante”, dijo.
Gracias a ello, Casas también contó que muchas personas se involucraron con el proyecto en todos los sentidos, pues un desarrollador trabajó con CorApp por solo amor a la aplicación y un CEO que tiene una empresa de tecnología los ayudó a hacer que el proyecto fuera sostenible, empujón que él considera fue el más grande que han tenido conceptualmente.
Proyectos para el 2024
Además de extenderse por toda Colombia, este bogotano espera poder seguir ayudando a muchas personas, pues se dio cuenta de que vale la pena ayudar, eso sí, dejando la pereza o el miedo a un lado.
“En verdad, trabajar por la comunidad vale la pena, porque hay muchas necesidades que podemos ayudar a solventar y es algo que debemos hacer entre todos, pues están en nuestras manos las soluciones”, añadió.
Por otro lado, Cristian quiere que su localidad, Kennedy, sea un ejemplo a nivel nacional y mundial y por ello se compromete a trabajar más con ellos y por ellos.
“CorApp es el corazón de algo que tengo en mente”, por ello el objetivo principal de su proyecto es hacer que los alimentos se vuelvan un derecho y que ese derecho se cumpla, empezando por su localidad, por Bogotá, por todo el país y a nivel mundial.
“El 2024 va a ser el comienzo de todo un proyecto donde CorApp es el centro y vamos a llevarlo a la luz. Viene algo más grande”.