El Esequibo, terreno fértil para “la malvenización” del chavismo | El Nuevo Siglo
EL régimen venezolano de Nicolás Maduro realizará un referendo sobre Guyana este 3 de diciembre. Mandatario guyanés, Irfaan Ali, dice que defenderá soberanía./Foto Montaje El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Noviembre de 2023
Pablo Uribe Ruan*

Un nuevo escenario de tensión geopolítica empieza a escalar, y no es en Medio Oriente o el este de Europa. Con ensayos militares cerca en la frontera, Venezuela amenaza a Guayana y muestra su seria apuesta territorial sobre El Esequibo, unos159.000 kilómetros cuadrados en territorio guayanés, donde hay unos 17 billones de pies cúbicos de gas recuperables e inmensas reservas de petróleo.

“El presidente de Guyana, Irfaan Ali, toca tambores de guerra y amenaza la paz de nuestra América Latina y el Caribe, violando la declaración de los países Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). El guion hecho por (multinacional petrolera) Exxon Mobil para sembrar una confrontación entre dos países vecinos lo sigue al pie de la letra. ¡El sol de Venezuela nace en el Esequibo!”, dijo la vicepresidenta chavista Delcy Rodríguez,  el sábado pasado.

Las declaraciones por parte de la también canciller no son nuevas. Acostumbrada a defender la línea dura del chavismo a nivel internacional, Rodríguez suele elevar el tono con controversiales frases contra los opositores internacionales de la dictadura, pero no más que eso. Esta vez, sin embargo, hay elementos suficientes para decir que el enfrentamiento sobre el Esequibo llega un momento muy particular a nivel local y geopolítico, que puede explicar el escalamiento de Caracas contra George Town (capital de Guayana).

 

El Esequibo, ¿por qué ahora?

Al chavismo poco le ha importado el Esequibo. Hugo Chávez solía hablar horas en Aló Presidente, y pocas veces hacía referencia al conflicto limítrofe con Guayana, igual que Maduro, que ya cumple 10 años en el poder ilegítimamente. En 2015, ese desinterés pasó a convertirse de pronto en un tema de atención nacional. El régimen conoció ese año que la petrolera estadounidense Exxon Mobil había encontrado importantes yacimientos de petróleo en la zona marítima del Esequibo, y viró toda su mirada sobre este pequeño país caribeño.

Ahora, Maduro ha pasado a exigir la “reconquistar” del Esequibo, luego de que el pasado viernes la Corte Internacional de Justicia (CIJ) aceptara el caso presentado por Guyana para resolver la controversia territorial, como fija el Acuerdo de Ginebra firmado por los dos países. Ante este escenario, George Town solicita que se confirme el fallo del mismo tribunal de 1899, con el que se fijaron los actuales límites territoriales. Por su parte, Caracas insiste en que las partes anularon en 1966 los efectos de ese fallo con un acuerdo bilateral. La CIJ finalmente le ha dado la razón a Guayana.

Como es costumbre en este tipo de casos -no sólo lo hace Venezuela- el régimen de Maduro ha pedido no reconocer la jurisdicción de la CIJ, con lo que busca que sus decisiones no tengan efectos jurídicos en su país. Además de esta estrategia, el chavismo también apuesta, con la disputa del Esquibo, despertar el nacionalismo de un pueblo que, como indican los sondeos, poco lo sigue y se presta a votar el próximo año en las elecciones presidenciales que tendrán, por ahora, el monitoreo de organismos internacionales así como regionales.

Para escalar la disputa con Guayana, este 3 de diciembre el chavismo ha convocado un referendo consultivo sobre el Esequibo, con seis preguntas entre las cuales se destaca, ¿está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y que se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio que incluya, entre otros, el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el derecho internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?

Presumiblemente, el resultado de esta votación va ser positivo, al ser convocado por el chavismo, que suele movilizar sus bases electorales a cambio de apoyo por medio de prebendas socio-económicas o la comisión de fraude para buscar un resultado favorable.

Siendo así la pregunta que viene es cuál va ser el siguiente paso del chavismo. Legitimado por un referendo consultivo, analistas comienzan a advertir que este posible resultado puede convertirse en un “cheque en blanco”, según Rocío San Miguel, experta en seguridad y defensa en Venezuela, para que las fuerzas del régimen escalen su narrativa y acciones desestabilizadoras.

Los hechos así lo indican. El máximo general del Ejército Bolivariano, Vladimir  Padrino López, en una ceremonia con 17,000 milicianos, el pasado 11 de noviembre, recordó la guerra de Independencia y pidió a este grupo que tengan  “su carga básica y su fusil AK-103”. “Nadie debe perder de vista el concepto de la ‘guerra de todo el pueblo’, eso es lo que nos toca hacer si llegase cualquier imperio a posarse en este territorio del Esequibo”, dijo. Padrino López hace referencia a la posible incursión de Estados Unidos en defensa de los intereses de petroleras norteamericanas, como Exxon Mobil.

A estas declaraciones se le suman ejercicios militares que Caracas viene llevando a cabo desde comienzos de año en la frontera con Guayana, los cuales han generado la reacción de este país, que ha pedido una aclaración sobre las razones de los movimientos de tropas en la frontera. En respuesta, la dictadura chavista ha dicho que se trata de ejercicios militares contra la minería ilegal.

Según el presidente de la consultora IBI, Douglas Farah, “el peligro de conflicto es grande y real”, más si se tiene en cuenta los proyectos expansionistas de Maduro para abastecer de petróleo y gas a Estados Unidos, que recientemente le levantó las sanciones al chavismo, para volver operar en el mercado norteamericano. “Está desesperado por explotar nuevas reservas de petróleo, distintas al crudo pesado que suele procesar, de menos valor y más caro de producir”, dijo el consultor a Voz de América.

Esta escalada de tensiones no se puede dejar de analizar en el marco de un cambio en la geopolítica mundial, donde los principios de no intervención y la paz están siendo fuertemente cuestionados por países que han atacado otros territorios con menor poder militar, sea argumentando legítima defensa, anexión de un territorio histórico o un tradicional conflicto entre dos estados.

Siendo parte del eje iliberal y teocrático, con alianzas con Irán y Rusia, la Venezuela chavista puede encontrar argumentos como las anteriores así como el respaldo internacional que le permitan justificar una posible intervención militar en el Esequibo o, mejor, en territorio guayanés. Existe, como se ha visto, un claro interés territorial -como Rusia con Crimea y Ucrania- así como un apuesta expansionista para gobernar la explotación de gas y petróleo en una zona estratégica.

No es tampoco descartable decir, como en su momento lo hizo la Junta Militar que gobernó Argentina hasta 1982, que le declaró la guerra a Inglaterra por las islas Malvinas, que el chavismo en medio de su crisis de legitimidad y popularidad busque despertar el patriotismo con un posible conflicto con Guayana, concentrando el interés nacional en una guerra que desactive las apuestas por el cambio de régimen que impulsa la oposición.

Aunque todo indica que el chavismo tendría varios argumentos para escalar el conflicto, también es importante decir que el principal inversionista en Guayana es Brasil, que puede cumplir un rol de mediador a través Luiz Inacio Lula Da Silva y hablar con Maduro, con el fin de desactivar los movimientos militares en la frontera.

Con todas estas variables en cuenta, las semanas luego del referendo 3 de diciembre serán claves para ver si Caracas apuesta por escalar las tensiones con Guayana o decide mantener su retórica belicista y no más que eso.