FUE, habló y convenció. Ese es en pocas palabras el resumen de la rápida pero trascendental visita que el presidente electo de Argentina, el derechista Javier Milei, realizó a Washington esta semana y en la que se reunió con altos funcionarios del gobierno Biden.
Las instrucciones del mandatario demócrata para el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el designado de esa oficina para América Latina, Juan González y el jefe de la diplomacia para la región, Brian Nichols fueron puntuales: tomar el pulso político y económico al autodenominado ‘libertario’ que asume la conducción de Argentina este 10 de diciembre.
Tras sus respectivos encuentros con Milei, escuchar sus ideas sobre la agenda geopolítica internacional, “alineada con Occidente y su defensa de los valores de la libertad” y su hoja de ruta económica que se centrará en honrar sus compromisos financieros con el Fondo Monetario Internacional y gestar las condiciones para reabrir las puertas a las grandes inversiones externas, todos a uno de los funcionarios de Biden coincidieron en señalar la “muy buena impresión” que les dejó el electo mandatario argentino y aseguraron que Estados Unidos impulsará el trabajo conjunto en lo que calificaron como “prioridades compartidas”, entre las que destacaron la transición hacia la energía limpia la defensa de los derechos humanos.
Si bien no hubo cita con Biden por cuestiones de agenda, aunque en verdad no se estila que el presidente de EE.UU. se reúna con mandatarios que no han tomado posesión, el equipo que designó cumplió con los encargos puntuales en las citas que tuvieron con Milei y sus acompañantes, todos claves, a saber: Luis Caputo, el futuro ministro de Economía: Nicolás Posse, jefe de gabinete y su jefe de comunicaciones, Karina Milei.
El consejero de Seguridad, Jack Sullivan, tras felicitar a Milei por su contundente victoria electoral, le expresó a Milei el compromiso de su gobierno “a continuar la estrecha cooperación" bilateral, según un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
El influyente funcionario afirmó haberse reunido con Milei "para discutir la importancia de seguir construyendo la sólida relación entre Estados Unidos y Argentina en temas económicos, y en prioridades compartidas como la inversión en tecnología y energía limpia, la defensa de los derechos humanos y la defensa". de las democracias en todo el mundo".
Según expertos esa es una forma diplomática de mencionar dos temas: el calentamiento global, esencial en la agenda de Biden y puesto en duda por Milei, y los derechos humanos, clave en la política demócrata.
Los mismos aseguraron que Milei fue a Estados Unidos a abrir puertas y a juzgar por las declaraciones de los funcionarios con quién habló lo logró. Ello, sin duda, un decisivo paso en su hoja de ruta exterior que prevé que el gigante del Norte sea su principal aliado, revirtiendo la política adoptada por los gobiernos peronistas, y así marcar distancias con China y Rusia.
Tal vez por la corta estancia del viaje o cuestiones de agenda, Milei no se reunió con ningún miembro del Partido Republicano ni con su líder natural, el expresidente Donald Trump, con quien lo suelen comparar por sus lineamientos programáticos.
Confianza ante desafíos
Menos de 48 horas estuvo Milei en Estados Unidos y tras los mencionados encuentros y un almuerzo con el exmandatario Bill Clinton, retornó a Argentina. Ante los cuestionamientos por no encontrarse con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, se informó que no estaba en la agenda ya que habían mantenido una videoconferencia el viernes, pero Posse y Caputo sostuvieron una reunión técnica con el número dos del Fondo, Gita Gopinath, luego de cumplir otra con funcionarios del Departamento del Tesoro.
"Han debatido los complejos retos que enfrenta el país y los planos para reforzar urgentemente la estabilidad y sentar las bases de un crecimiento más sostenible", informaron fuentes oficiales del organismo.
"Ambos equipos seguirán colaborando estrechamente en el futuro", añadió.
Milei, por su parte, agregó que Caputo “pudo discutir en profundidad el tema crediticio. Hubo una excelente recepción y entienden a la perfección el desafío de lo que estamos enfrentando. Eso fue muy bueno".
Como se sabe, Argentina tiene que salir del préstamo de 44.000 millones de dólares con el FMI, en medio de su peor crisis económica en dos décadas, con una inflación del 140% y una pobreza que alcanza un 40% de la población.
El equipo entrante espera que la relación con el Fondo sea fluida dado que Milei, que se autodefine como anarcocapitalista, no teme a los recortes presupuestarios. Prueba de ello es su decisión de pasar de 19 ministerios actuales a solo 8, la mayoría de cuyos titulares ya están designados.
El nuevo presidente se ha propuesto privatizar buena parte de las empresas estatales y ha prometido recortar el gasto público incluso más que lo que pide el FMI. En esa línea, anticipó que en cuanto asuma el cargo el 10 de diciembre tomará decisiones "duras".
De entrada, Argentina necesita fondos para hacer frente al último vencimiento del año. Para conseguirlos tendría que aprobar el examen al que le somete regularmente el Fondo para averiguar si cumple las condiciones fiscales y de reservas. No se descarta que Milei replanté el programa crediticio con el organismo.
De otra parte, la designada canciller, Diana Mondino, reiteró que el cambio de inquilino en la Casa Rosada no será un "obstáculo" para cerrar el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que espera alcanzarse antes del 7 de diciembre, cuando se realizará la cumbre del mercado común en Brasilia.
En cuanto al gabinete Milei, fue desde Washington donde el nuevo timonel anunció los elegidos para la titánica tarea económica que enfrenta: Caputo, como MinEconomía y Eduardo Rodríguez Chirillo, ministro de Energía. Se suman a Guillermo Francos (Interior), Diana Mondino (Exteriores), Patricia Bullrich (Seguridad), Guillermo Ferraro (Infraestructura), Mariano Cúneo (Justicia) y Sandra Pettovello (Capital Humano). Del gabinete resta por designar el titular de Defensa.
También falta confirmar otro puesto clave: el del presidente del Banco Central ya que según fuentes de ‘Libertad Avanza’, el partido de Milei, el designado Emilio Ocampo dará un paso al costado porque su planteamiento para la entidad es opuesto al que tendría el titular de Economía, Luis Caputo. Su reemplazo al frente del Emisor, entidad que si no desaparecerá sufrirá un revolcón, sería Demián Reidel, actual vice del mismo.
Como se ve, el cambio de inquilino en la Casa Rosada vislumbra, entre otras cosas, una nueva alianza con Estados Unidos, un replanteamiento con el Fondo Monetario Internacional y un duro pero inevitable reacomodamiento económico interno para reencauzar el país. Disipados los rumores sobre los ‘saltos al vacío’ y riesgos que entrañaría el retorno de la derecha al poder, lo que hoy se percibe en la mayoría de argentinos es una expectativa por un futuro mejor.