TRAS la cumbre histórica entre Corea del Norte y Estados Unidos en 2018 en Singapur, durante la cual Donald Trump y Kim Jong-un acordaron la desnuclearización de la península, las partes plantearon la posibilidad de realizar un segundo encuentro. Esta semana el Presidente norteamericano confirmó que la segunda cumbre se realizará en Vietnam el 27 y 28 de febrero de este año. El proceso para lograr la paz en la península de Corea continúa y los esfuerzos para desescalar los conflictos entre estas naciones, que datan de la Guerra de Corea, perduran.
Desde el fin de la guerra, las tensiones han escalado y desescalado debido a las pruebas nucleares realizadas por el Estado norcoreano, a los bloqueos económicos hacia Pyongyang por parte de diferentes países (incluyendo Estados Unidos) y por la las iniciativas estadounidenses de armar a Corea del Sur. Lo anterior generó roces progresivos entre Corea del Norte y varios Estados de la comunidad internacional.
El presidente Donald Trump declaró en su Discurso del Estado de la Unión: “Si no hubiera sido elegido Presidente de los Estados Unidos, estaríamos en mi opinión, en una guerra con Corea del Norte (…) todavía falta mucho por hacer, pero mi relación con Kim es buena”. En su presidencia se han realizado muchos avances. Los ensayos nucleares han parado, logrando más estabilidad en la región Asia Pacífico, las tensiones entre las coreas han menguado, y Corea del Norte parece estar dispuesta al diálogo y a negociar términos para poder abrirse a las dinámicas de la Comunidad Internacional, y posiblemente de las Naciones Unidas.
Estas cumbres y el acercamiento entre Washington y Pyongyang están generando buenos resultados. Las pruebas nucleares se han detenido, pues no ha habido un lanzamiento de misiles en más de 15 meses. Corea del Norte ha liberado a tres prisioneros estadounidenses y ha accedido a repatriar 55 cuerpos de soldados que murieron durante el conflicto entre ambas coreas hace 65 años. Los cuerpos fueron recogidos en la Base Aérea Osan en el sur de Seúl, la capital surcoreana, y trasladados exitosamente a territorio estadounidense.
Según Yonhap, una agencia surcoreana, Washington envió este año a cuatro grupos de representantes a diferentes ciudades vietnamitas, incluyendo Da Nang, Ho Chi Minh y Ha Noi, así como a Bangkok, capital de Tailandia para evaluar la posibilidad de realizar la segunda cumbre en estas locaciones. KCNA, ó Agencia Telegráfica Central de Corea publicó por otra parte, que Kim Yong-chol, vicepresidente del Partido del Trabajo de Corea del Norte fue a Washington con una delegación acompañante, y que tras esta visita, Kim Jong-un dio directrices para realizar los preparativos para la segunda cumbre.
Lo anterior, denota esfuerzo por ambos Estados por consolidar la segunda cumbre y por hacer las relaciones más estrechas entre ambos países. Cuestión que no había sido vista en anteriores intentos de acercamiento entre diferentes países de la Comunidad Internacional y el mandatario del Estado norcoreano. Por otra parte, Stephen Biegun y Chung Eui Yong, el enviado especial de Washington para Corea del Norte y el asesor de seguridad nacional de Corea del Sur respectivamente, se reunieron para pactar algunos preparativos en relación a la segunda cumbre. Encuentros como estos demuestran la sinergia de Estados Unidos con los actores principales del conflicto, y contribuye, por tanto, a que las tres partes estén en la misma página a la hora de realizar la esperada cumbre.
El sitio prioritario de Estados Unidos para realizar la cumbre es Da Nang, una ciudad costera vietnamita que fue un puerto colonial francés, y en el cual se realizó la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Debido a lo anterior, esta ciudad cuenta con toda la infraestructura necesaria para el encuentro entre ambos mandatarios y garantizar, además, la seguridad para ambas partes. Vietnam, por su parte, ha dado su aprobación y disposición para ser anfitrión de este histórico encuentro. El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, afirmó que Hanoi tiene las puertas abiertas para que se realice el encuentro en su territorio, y que colaborarán para que se lleva a cabo de la mejor manera.
A pesar de los 15 meses sin pruebas nucleares y de las iniciativas de Corea del Norte para continuar con las cumbres y los encuentros con Estados Unidos, Washington no ha levantado las sanciones económicas al Estado norcoreano. Cuestión que continúa afectando su desarrollo económico. Trump ha destacado que solo se terminará con las sanciones si Pyongyang finaliza con los programas nucleares que ha estado desarrollando, que incluyen pero no se limitan a la creación, distribución y uso de armas de destrucción masiva.
Es de esperar que las partes continúen cooperando y que en esta segunda cumbre se generen nuevas iniciativas para continuar con las negociaciones, alcanzar al fin la paz en la península de Corea, integrar a Corea del Norte a la Comunidad Internacional, propiciar acercamientos entre Pyongyang y otras capitales del mundo y desescalar las tensiones en el continente asiático.
Internacionalista