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Foto: Alcaldía de Bogotá
Luego que el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunciara que la administración distrital destinará los recursos necesarios para avanzar en la primera fase de restauración de los cuatro columbarios del Cementerio Central, se conocieron las críticas sobre esta obra del exmandatario Enrique Peñalosa
Galán informó que la obra corresponde al reforzamiento estructural y la consolidación de los 6416 m2 de columbarios, así como a la restauración de los 8.957 nichos que constituyen la obra Auras Anónimas.
También se dijo todo esto es en homenaje a la maestra Beatriz González y como una reflexión sobre la memoria histórica del país.
A través de su cuenta de X Enrique Peñalosa, que ha sido alcalde dos veces de la ciudad, manifestó su descontento por esta obra: “Es clasismo restaurar unos columbarios construidos hace 80 años en vez de hacer un gran parque con canchas deportivas y juegos infantiles para los habitantes de Mártires”.
Luego agregó: “Ahí había un cementerio bordeado por un muro y nadie sabía siquiera que había un gran lote ahí. Sacamos los restos humanos, cerramos el cementerio, hicimos una buena acera y una reja en hierro forjado, pero se nos acabó el tiempo y no alcanzamos a hacer el parque. Cuando llegamos a la segunda alcaldía habían construido el centro para la memoria porque claro, era más fácil en ese predio que habíamos recuperado para parque que conseguir un lote”.
En su extenso mensaje criticó que: “A nadie le importó si para la salud física y emocional y la felicidad de los niños y jóvenes de Mártires habría sido mejor hacer un parque con canchas deportivas y juegos infantiles y dejar una pared para unas decenas de las láminas. Nadie le preguntó a los jóvenes o a los niños de Mártires o a los ediles de Mártires. La élite artística apropiándose de un parque hipernecesario y liquidándolo, convirtiéndolo en un monumento al ego al que nadie va a ir”.
Luego se refirió al actual mandatario: “El alcalde Galán jugando a lo mismo. Menos mal compramos el lote del lado occidental e hicimos un parque, más pequeño, frente al cual instalamos la escultura de Botero que le compramos al maestro. En ese proceso también le propuse y eventualmente persuadí al Maestro de hacer la hipergenerosa donación del Museo Botero”.
Por último, aseguró que “manteniendo los columbarios y un parque-monumento al ego artístico en vez de ser un parque de 6 hectáreas en el centro de Bogotá y uno de los sectores más difíciles de la ciudad, para la felicidad de niños y jóvenes, cientos de miles y aún millones serán menos felices hacia el futuro. Así no se hace una ciudad y una sociedad democrática”.