El Gobierno se apuntó otro éxito en su agenda legislativa al sacar adelante en primera vuelta la reforma política, en medio de fuerte debate por algunas disposiciones aprobadas y otras que no lo fueron, como limitar a tres periodos la permanencia en corporaciones públicas. En este punto de su trámite, pues le restan cuatro debates a partir de marzo próximo, se hacen balances de si cumple o no sus objetivos. EL NUEVO SIGLO consultó la opinión de conocedores del tema electoral.

El ministro del Interior, Alfonso Prada, al radicar el proyecto en septiembre pasado dijo que "el propósito de esta reforma es combatir la corrupción electoral, fortalecer la participación, impulsar la transparencia y cumplir los acuerdos de paz”. 

Los principales objetivos que se trazó esta reforma constitucional son financiación estatal de las campañas; la lista cerrada, así como en las mismas la equidad de género, alternancia y universalidad; y garantizar la democracia interna en los partidos. 

Carlos Augusto Chacón Monsalve, director académico en el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP), consideró que la reforma política hasta el momento no logra los propósitos que se trazó ni otros que son necesarios, pero que no tuvo en cuenta. 

"Esta reforma política lo que lleva es a una mayor concentración de poder, por un lado porque al permitir que los congresistas sean ministros, lo que está haciendo es romper el principio de separación y equilibrio de poderes creando unos incentivos perversos entre la clase política. Se supone que a los congresistas se les elige es para que hagan control político, no para que participen del Gobierno. Si quisieran participar del Gobierno, deberían no presentarse al Congreso sino acompañar a un determinado candidato para luego ser ministro", dijo Chacón Monsalve. 

Agregó sobre el tema de la financiación ilegal de las campañas, que la reforma pretende atacar con el aporte 100 % estatal y con listas cerradas, que "así sea totalmente del Estado, con listas abiertas o cerradas, la financiación ilegal que quiera hacer una campaña, lo puede hacer porque eso no depende de las listas cerradas, le ponen la plata igual a quienes tienen posibilidades de salir". 

En cuanto a la democratización interna de los partidos a que hace referencia la reforma, Chacón se preguntó "cuáles son esos mecanismos para permitir que un liderazgo nuevo realmente pueda terminar encabezando una lista. Va a tener entonces que someterse a una consulta, que es una votación dentro del propio partido, en la cual puede haber financiación ilegal. Segundo, quien no tenga acceso a los recursos del partido o del Estado, o que no tenga una credencial, cuáles son las posibilidades reales de renovación de esos partidos si esa persona no va a tener cómo quedar encabezando una lista". 

Chacón consideró que "aquí lo que había que hacer era fortalecer la política criminal electoral, fortalecer los mecanismos de seguimiento y rastreo a la financiación de campañas y los instrumentos que tiene el Estado para perseguir a quienes reciben financiación ilegal". 

Concluyó que "son reformas que no van a la causa real de los problemas, que usan simplemente correlaciones para tratar de justificar una reforma que lo que va a hacer es que el Ejecutivo tenga la posibilidad de concentrar poder y que los que hoy ejercen cargos de elección popular en las corporaciones públicas se mantengan ahí, porque va a ser muy difícil que una persona externa se haga elegir".

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Hay que esperar más cambios

Por su parte, Yann Basset, director del Observatorio Grupo de Estudio para la Democracia (Demos), de la Universidad del Rosario, señaló que en la segunda vuelta de la reforma política es previsible que el texto sufra importantes cambios. 

"Lo que se aprobó ahora no es definitivo porque es una reforma constitucional; entonces va a tener una serie de otros debates el año próximo, y en este sentido la experiencia que tenemos en todas las reformas políticas es que hay muchas cosas que se aprueban pero que no quedan finalmente. Creo que hay que tener mucha prudencia en este sentido porque realmente estamos en cosas muy preliminares, y hay muchas cosas que están en el texto en este momento como, seguramente, moneda de transacción que los congresistas están tratando de negociar, pero que de pronto no aparecerán al final". 

Basset destacó que "lo principal para mí sigue siendo la lista cerrada y la democratización interna. En este sentido, pues sí digamos que la reforma responde a los objetivos iniciales". 

Añadió el académico que la discusión de la reforma da a pensar que "al final de los debates sean adheridas cosas". 

Señaló también que asuntos aprobados como que los congresistas puedan ser ministros, "las facultades de la Procuraduría y el transfuguismo, me parece que son relativamente accesorias frente a esas cosas grandes”. 

Dijo que esas disposiciones aprobadas "son más impopulares y son las que más llaman la atención, pero diría que no son lo principal de la reforma". 

Dista del propósito inicial

Por su lado, Hernán Penagos Giraldo, excongresista y exmagistrado del Consejo Nacional Electoral, dijo que "creo que el texto que fue aprobado en primera vuelta dista mucho del propósito inicial de la reforma, primero porque no tiene incluido el tema de adquisición progresiva de derechos políticos, que tiene que ver con el cumplimiento del Acuerdo de Paz; tampoco la reforma toca temas de fondo frente al sistema político colombiano y los órganos electorales". 

Sobre la lista cerrada que aprobó la reforma, Penagos indicó que "es positiva en la medida en que se reglamente de una manera muy precisa la democracia interna de los partidos. Lo que quiere decir que, aprobada esa lista cerrada, habrá que sacar adelante una ley independiente donde quede muy claro el tema de la democracia interna, porque de lo contrario se vuelve una política de bolígrafo". 

Agregó que la lista cerrada, "sin duda, abarata los costos de las campañas y evita esas discusiones internas que a veces se presentan entre los candidatos, pero insisto, en la medida en que haya democracia interna y haya mucha claridad frente a los mecanismos de afiliación a las diferentes colectividades".

El exmagistrado también se refirió a limitar a tres los periodos en las corporaciones públicas, lo cual fue suprimido en el cuarto debate de la reforma. 

"La limitación de la posibilidad de llegar al Congreso de la República hasta tres períodos no es una mala propuesta, de hecho en varios países de Latinoamérica se ha propuesto. Solo que esa limitación tiene que ir de la mano con que puedan acceder a otros cargos públicos".

En cuanto a la llamada puerta giratoria que aprueba la reforma, pues se suprime la incompatibilidad de un año para que los parlamentarios ocupen cargos públicos, por lo que como quedó la norma una vez presenten su renuncia a la curul al día siguiente pueden ser congresistas, Penagos dijo que "los congresistas puedan acceder a cargos en el nivel Ejecutivo del orden nacional no es extraño en muchos sistemas políticos del planeta, siempre y cuando esa posibilidad se dé en la medida en que medie una renuncia al cargo". 

Anotó que incluso en otros países esa posibilidad de ejercer cargos en el Ejecutivo se da sin ni siquiera tener que renunciar.