En un debate de control político, la Comisión Quinta del Senado analizó la problemática sobre los contratos a futuro en el mercado cafetero, el alto precio internacional del grano y la situación de la economía interna de este cultivo.
Uno de los convocantes fue el senador del Centro Democrático Alejandro Corrales, quien habló con EL NUEVO SIGLO sobre la situación actual de los caficultores en el país, en momentos en que el precio interno de la carga superó los dos millones de pesos, un valor inédito.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuáles fueron las principales conclusiones del debate en el Congreso?
ALEJANDRO CORRALES: Lo que se buscaba con el debate de control político era analizar la situación actual de los precios del café y las dificultades que hay frente a los contratos de venta. Las conclusiones principales podríamos resumirlas en que hoy la situación de la caficultura para más de 540 mil familias cafeteras es buena porque hay unos precios que están por encima de los costos de producción.
Esos buenos precios se deben básicamente a los problemas climáticos que ha tenido Brasil, tanto de sequía en mayo, cuando se declaró una emergencia hídrica para el país, como las heladas, en el segundo semestre, que causaron daños estructurales a las plantaciones. Esos daños rebajaron la oferta de Brasil y la bolsa de Nueva York reacciona ante la posible escasez de café que habrá en el mundo. Brasil, como se sabe, es el mayor productor de café arábigo a nivel global. Eso hace que se dispare el precio en la bolsa y a Colombia le genera un buen precio, por encima de los dos dólares en Nueva York por libra, pero además el diferencial colombiano, que está cerca de 50 centavos, sigue siendo alto y se mantiene.
ENS: ¿Cuáles son las razones por las que Colombia mantiene ese diferencial?
AC: Ese diferencial se tiene en Colombia por la calidad del café. Pero sobre todo por el productor que hace ventas de café a futuro, hace ventas a precios mayores que los precios del día de la entrega. Tres de esos años hemos tenido precios por debajo, dos muy similares, que no causaron ningún tipo de incumplimiento grave (que no pasó del 5%). Pero ese diferencial se sigue pagando, precisamente, por el cumplimiento de los exportadores colombianos.
ENS: ¿Cuáles son los riesgos para que los caficultores no puedan cumplir con esas ventas a futuro?
AC: Se presenta algo peligroso y es que ha habido un año muy lluvioso, precipitaciones con más del 60% por encima de los promedios históricos que han causado una disminución en la producción. Y otra razón es que el incremento en el precio de los costos de los fertilizantes y los agroinsumos hizo que subiera la estructura de costos de producción. Por eso se les da plazo a los caficultores para que entreguen ese café, pero realmente la solución estructural es que aparezca el café físico de quienes se comprometieron, porque si hay algo que hemos tenido los caficultores colombianos ante el mundo es palabra y el cumplimiento.
ENS: ¿Cómo podría ayudar el Gobierno?
AC: Para que los exportadores puedan tener liquidez y seguir garantizando la compra de café, la solución es que el Gobierno genere líneas de crédito y que se le dé liquidez a la parte comercial.
ENS: ¿Algunos dicen que se está viviendo una bonanza cafetera?
AC: Para que haya una bonanza cafetera debería estar la carga en más de cuatro millones de pesos y hoy está a dos millones. Y en Nueva York debería estar cercana a los 5 dólares y hoy está a 2,20.