La posibilidad de un paro laboral en el primer semestre de este año es cada día mayor, según se desprende  de las declaraciones ayer de muchos dirigentes sindicales en protesta por el aumento del 6,77 por ciento de la inflación en 2015.

Uno de los temas más urgentes en enero para varios congresistas es el referido a una convocatoria previa del Gobierno para analizar el informe que está por presentar la Comisión de Expertos creada para proyectar las bases de una reforma tributaria estructural.

Algunos sindicatos están pensando en crear su propia metodología para hacer seguimiento a la evolución de los precios de los productos, bienes y servicios de la canasta familiar básica.

Todo hace indicar que el relevo en la cúpula policial será en el primer trimestre de este año y que la poda de generales será superior a lo normal, pues tanto el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, como el presidente Santos  están conscientes de que hay una puja interna por el poder en esa institución que ha afectado gravemente el respeto por la cadena de mando y la credibilidad institucional, una crisis que debe ser cortada de raíz.

Un dirigente que años atrás hiciera parte de un intento de diálogo y negociación con las Farc fue consultado por un periodista de EL NUEVO SIGLO en torno a si veía en la guerrilla la persistencia de las alas “política” y “militarista” de que tanto se hablara como posible obstáculo para que la subversión firmara un proceso de paz con el gobierno Santos.

El sector de la construcción se encuentra expectante  respecto a lo que puede ser el 2016.  De un lado hay preocupación por el impacto que pueda tener el aumento de las tasas de interés del sector financiero así como la escalada del dólar durante los primeros meses del año.

Aunque el eslogan del saliente gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, era “Antioquia, la más educada”, lo cierto es que, según la gobernación de Cundinamarca, de acuerdo con los resultados de las pruebas saber 11, aplicadas en el país durante los últimos 3 años, este departamento se encuentra con el mayor número de estudiantes ubicados en los primeros puestos.

En algunas altas instancias gubernamentales se asegura, en voz baja, que al propio presidente Santos y su equipo negociador de paz en La Habana le han sugerido que vayan tomando distancia prudente del compromiso adquirido a finales de septiembre por el Jefe de Estado y el máximo cabecilla de las Farc, alias ‘Timochenko’, en torno a que el 23 de marzo (23-M) debe ser la fecha máxima para la firma de un acuerdo final.

En las toldas del liberalismo se asegura que el próximo año empezaría a reacomodarse la jerarquía de poder e influencia en ese partido político. Hoy el senador Horacio Serpa es la voz cantante pero entre los parlamentarios rojos consideran que es necesario empezar a abrir espacio a varios exministros e incluso sondear la posibilidad, siempre presente, de que el expresidente César Gaviria acepte tomar las riendas del partido de nuevo en la antesala de la campaña presidencial.

En círculos cercanos a la Casa de Nariño se asegura que hay varios ministros que le han pedido al presidente Santos que sus respectivos proyectos de ley y de reforma constitucional tengan prioridad en la agenda legislativa que se presentará a partir de marzo entrante. Para varios integrantes del gabinete es evidente que las iniciativas relacionadas con el proceso de paz le han quitado espacio político y parlamentario a los proyectos de otras carteras que no tienen nada que ver con la búsqueda de una salida negociada al conflicto.

En el alto Gobierno existe la certeza de que el uribismo alista para el próximo año dos estrategias básicas para oponerse y quitarle piso político al Ejecutivo. En primer lugar, el Centro Democrático se reunirá en enero para definir las bases de la estrategia con la que se enfrentará al llamado “plebiscito por la paz”.

Varios temas quedaron pendientes en la entrevista publicada en la edición del pasado lunes con el fiscal general Eduardo Montealegre. Por ejemplo, se le preguntó al jefe del ente acusador qué sabía de las denuncias del uribismo en su contra a nivel internacional. “El uribismo carece de argumentos para sustentar la presunta persecución política en su contra. Sus quejas no son más que formas para atraer la atención de los medios de comunicación y hacer noticia en los periódicos nacionales.