Off the record | El Nuevo Siglo
En los pasillos de la Casa de Nariño se decía ayer que varios ministros del equipo económico tienen la agenda llena para los próximos días, debido a que ganaron más de un almuerzo en las apuestas que habían hecho con colegas de gabinete y altos funcionarios, e incluso dirigentes gremiales, respecto a lo que sería el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el segundo semestre, que según lo anunció ayer el DANE fue de 3 por ciento.
A varios congresistas de distintitos partidos les sorprendieron las declaraciones del ministro del  Interior, Juan Fernando Cristo, y el propio presidente Santos en torno de que la Casa de Nariño no es muy partidaria de la idea de que en el acto legislativo que se piensa presentar para acelerar la implementación de un acuerdo de paz con las Farc, se le otorguen al Jefe de Estado facultades  extraordinarias. “… A veces no entiendo qué es lo que pasa en la Casa de Nariño.
Una de las principales conclusiones de la reunión del  lunes en la tarde en la Casa de Nariño entre el jefe negociador  de paz en La Habana, Humberto de la Calle, el Ministro del Interior y los líderes de las bancadas de la coalición de Unidad Nacional es que la palabra “congresito” debe ser erradicada a toda costa  para identificar la instancia legislativa extraordinaria que se crearía para acelerar la implementación de un acuerdo de paz con la Farc.
En los pasillos del Congreso hay quienes consideran que la crisis en la frontera colombo-venezolana va a golpear fuertemente a los candidatos de opinión o independientes en las grandes ciudades e incluso a nivel de gobernaciones.
Para nadie resulta un secreto que las relaciones entre el Gobierno nacional y la alcaldía de Bogotá son como una montaña rusa. Una semana se dan sorpresivas coordinaciones entre entidades y altos funcionarios de los dos ámbitos, y otras los choques son el pan de cada día, no sólo desde el punto de vista de obras y proyectos, sino en los asuntos ideológicos.
Hace un año que el contralor Edgardo Maya se posesionó ante el presidente Santos. Como se recuerda, su elección generó algunos roces entre la Casa de Nariño y el partido Liberal, ya que mientras fue claro que el Gobierno le dio su ‘guiño’ al exprocurador, las toldas rojas, por entonces bajo el comando del expresidente César Gaviria (quien había sido clave en el triunfo de la reelección en la segunda vuelta presidencial apenas dos meses atrás) tenía como candidato a Gilberto Rondón.
Se espera, tras los anuncios de las Farc y el Gobierno días atrás, que antes de terminar este mes se esté oficializando en La Habana el acuerdo sobre el punto cinco, referido a las Víctimas, así como el primer borrador del consenso sobre el modelo de justicia transicional a aplicarle a los subversivos.
No es la primera vez que  Eduardo Montealegre contempla la posibilidad de denunciar al Gobierno venezolano ante la Corte Penal Internacional. Ya en el Gobierno Uribe  el exmagistrado de la Corte Constitucional había sido encargado de analizar la posibilidad de interponer una causa contra el entonces presidente Hugo Chávez y varios de sus altos funcionarios por su presunta complicidad  con las Farc, considerada, en ese entonces y hoy todavía, como grupo terrorista responsable de múltiples delitos de lesa humanidad.
Tras la derrota sufrida por Colombia en el Consejo Permanente de la OEA, el lunes pasado, en donde no se lograron los votos suficientes para convocar una cumbre extraordinaria de cancilleres que analizara el tema de la crisis fronteriza con Venezuela, son muchos los análisis hechos sobre la causa del traspié diplomático. Por ejemplo, se especuló respecto a qué habría hecho Cuba si ya hubiera reingresado plenamente al ente continental y recuperado, como Estado miembro, todo su derecho a voz y voto.
En las toldas del Centro Democrático hay quienes consideran que no es  bueno que varios de sus dirigentes estén anunciando a los medios de comunicación metas mínimas sobre el número de gobernadores,  alcaldes,  concejales,  diputados y hasta ediles que esa colectividad debería lograr en los comicios del 25 de octubre.  “…Así suene burdo decirlo, no hay que dar tanta papaya ni tan seguido”, dijo un alto cargo del uribismo  cuando un periodista de EL NUEVO SIGLO le interrog&oacut
En los pasillos del Senado y la Cámara se dice que pasado ya mes y diez días de la instalación de la segunda legislatura, es poco el trabajo que se ha realizado en las comisiones y las plenarias. Si bien hay una gran cantidad de proyectos radicados, la mayoría de origen parlamentario, las discusiones no han arrancado en forma. Por lo mismo se estaría impulsando un acuerdo entre las distintas bancadas con el fin de definir una lista de prioridades legislativas para septiembre y la primera semana de octubre.
Esta semana se completó un año de la designación del entonces Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, general Javier Alberto Flórez, al frente de lo que entonces el presidente Santos calificó como el “nuevo Comando de Transición” cuya misión sería encargarse “de todo el proceso que nos va a exigir muchos esfuerzos para ir de la guerra a la paz, del conflicto al posconflicto”. La designación, como se recuerda, tuvo muchas críticas de varios sectores, como el uri