MARTHA TOLEDO, una filósofa, educadora y líder ambientalista que le dio al mundo la oportunidad de conocer la flor de Inírida o también llamada flor eterna, habló con EL NUEVO SIGLO sobre esta planta especial que parece haber sido eternizada por la naturaleza, pues soporta intensas inundaciones y sequías, y adicionalmente, no pierde ni su forma ni su esencia con el paso de los años.
En medio de la charla, Toledo nos contó que esta es una flor exótica que solo se da en Inírida, la capital de Guainía, y que ella pudo conocerla cuando llegó vivir al municipio. Luego de apreciar sus sorprendentes cualidades, se encontró con la situación de que la planta no se podía comercializar, porque no se tenía mucho conocimiento sobre ella. Fue entonces cuando su primer paso fue estudiar la especie, aprender sobre ella y empezar a cultivarla.
El nombre de flor eterna responde precisamente a una particularidad y es que, incluso cuando se marchita, no deja de ser tan hermosa como cuando brotó, una característica que Toledo aseguró es similar al amor eterno, pues muy bien conservada la flor puede durar muchos años.
“Se llama flor eterna porque al marchitarse no pierde su estructura. Por lo tanto, al secarse queda como una artesanía”, puntualizó.
Adicionalmente, hay que decir que cuando la flor ya ha perdido el color original en su totalidad, adquiere un color marrón similar a la madera, es allí cuando las personas pueden sacar a flote su creatividad y pintarla.
La flor eterna tiene dos clases: la Guacamaya superba, que es la de invierno, que se da en la temporada de lluvias y es totalmente roja, y la Schoenocephalium teretifolium, de verano, la cual es resistente al fuego y las altas temperaturas y tiene diferentes colores atractivos que terminaron por llamar la atención de varios países y por las que en el 2022 la compañía Liwi Flor Eterna empezó a exportarla, teniendo desde entonces un gran crecimiento.
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Un largo viaje
El inicio de la exportación fue desafiante y muy difícil, pues Toledo aseguró que “enviar el producto desde la selva, es una cosa de locos”.
Las razones por las que la líder ambientalista hace esta declaración están relacionadas principalmente con internet, pues asegura que en la zona no hay buena señal y esto impide un poco las exportaciones, pues reconoce que la mayor parte de los negocios se hacen por ese medio.
“El Estado colombiano no está facilitando que los pueblos pequeñitos donde no hay internet exporten, porque todo se hace por internet”, puntualizó.
Otra de las problemáticas es la energía. Por suerte, desde Liwi han resuelto la situación con paneles solares, de lo contrario, según explica Toledo, “todo sería más difícil”.
Otra gran piedra en el camino para la exportación de la flor eterna y por la que la gerente de la organización asegura han perdido clientes, es el tema aéreo, pues solo tienen vuelos de carga dos veces a la semana, situación que según indicó no sucede en Leticia, Amazonas, donde sí hay vuelos constantes.
En cuanto a transporte aéreo hay otra opción que Liwi podría utilizar, y es un vuelo de Satena de pasajeros. No obstante, Toledo asegura que exportar por esa vía les costaría el triple de lo que normalmente les costaría a productores ubicados en cualquier finca de Medellín o Bogotá.
Debido a dichos desafíos, en Liwi Flores Eternas han tenido que ir aprendiendo sobre distintos aspectos, un compromiso en el que la señora Martha está acompañada de sus hijos y su grupo de trabajo, pues recalca nuevamente que el país no está diseñado para la Amazonía.
“Ha sido un reto muy difícil, esto es una locura. El país no está pensado para el país amazónico, está pensado para el país andino”, enfatizó.
La compañía tiene aprobada anualmente por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) una carga de exportación de más o menos 170.400 unidades; no obstante, solo han logrado utilizar 120 mil.
Dependiendo del arreglo floral y de dónde se compre, la flor eterna varia en su precio, aunque, según dijo Toledo, la unidad podría estar costando dos mil pesos colombianos.
La magia sucede desde Inírida
En Liwi Flores Eternas trabajan formalmente cuatro personas, mientras los cultivos son cuidados por 10 indígenas, cifra en la que la población de mujeres tiende a ser mayor, quizás porque son un poco más delicadas a la hora de tratar la planta. No obstante, dicha afirmación es un poco compleja, según Toledo, pues los temas de género son distintos en esa comunidad.
En un día de exportación, los cortadores de flores están trabajando desde muy temprano, a las cuatro de la mañana y terminan sobre las 11 a.m. Esto debido al calor que está haciendo no solo en Inírida, sino en Colombia, ya que en la zona están soportando una temperatura cercana a los 41 grados.
Para estas épocas, precisamente por el fenómeno de El Niño, la situación es compleja, pero el cuidado del cultivo es fundamental para los trabajadores de Liwi, ya que, según Toledo, Inírida no cuenta con cuerpo de bomberos.
En cuanto a ventas, a la flor le ha ido muy bien, a pesar de que se está dando a conocer y, por ende, es nueva en el mercado.
Como aliado principal, la gerente de Liwi posiciona a Estados Unidos, según ella por muchas razones: “Porque es muy buen comprador; el transporte con el país es mucho más fácil, en el sentido en que, si tú por alguna razón pierdes un vuelo para Miami, a las tres horas hay otro; así mismo, el proceso de papeleo y la documentación de exportación por los tratados internacionales de Colombia con Estados Unidos son muy favorables para el sector floricultor”.
Según cuenta Toledo, la plaza de mercado de Estados Unidos es muy grande, aun así, la flor eterna ha llegado a varios estados y es tanto su éxito en ese país, que canales internacionales los han llamado para hacerles entrevistas. A esto también se une una propaganda con un agricultor que hicieron en Washington.
Pese a que Estados Unidos encabeza la lista entre los países a los que exportan, la gerente de la empresa indicó que en China y Holanda también les ha ido muy bien.
Fiestas especiales
En Liwi desde ya se están alistando para las entregas en San Valentín, aunque, según la líder ambientalista, la cifra de exportaciones a China no será tan buena, ya que para esta fecha ellos compran rosas. Este panorama no sucede con Holanda y Estados Unidos, países que, para la denominada fiesta de Cupido de este año, elaboraron una campaña con base en la flor de Inírida.
Algo que resalta Toledo es la comprensión que tienen sus clientes con respecto a que el cultivo de la flor es estacionario y no ofrecen una planta distinta a la que la naturaleza les da, pues aseguró que no van a intoxicar la tierra para que dé más producción.
Basados en dicha teoría, Liwi ha tenido que limitar sus pedidos incluso en la fiesta de las madres, pues al acercase la fecha, por lo general siempre tienen todo vendido. Por suerte, sus tres grandes clientes han entendido que esta es una flor especial que llega a personas específicas, las cuales también han comprendido que no todo significa sembrar para venderles.
“Nosotros no podemos sembrar para marzo, porque en Liwi nos debemos a la naturaleza. Es importante resaltar que no utilizamos ningún pesticida ni nada distinto a lo que el ecosistema da por sí solo, precisamente porque creemos que no hay que hacerlo, para así poder seguir conservándolo”, indicó.
Flor eterna 2024
Según lo dicho por Toledo, en Liwi están pensando en seguir sembrando y lo más importante es continuar fortaleciendo la parte natural del cultivo y todo el ecosistema.
“Eso es lo que nos interesa, no cambiar nuestra esencia, que es demostrar que se puede producir sin deteriorar”, afirmó Toledo.
Sobre nuevos mercados, la gerente de la organización aseguró que quieren seguir manteniendo los que tienen; sin embargo, están abiertos a nuevas propuestas, como, por ejemplo, la posibilidad de exportar a Australia.