CON APENAS ocho meses en el cargo, el general Henry Sanabria fue relevado el miércoles pasado de la Dirección General de la Policía por el presidente Gustavo Petro y en su reemplazo se designó al general retirado William Salamanca, quien venía fungiendo como cónsul de Colombia en Miami.
El remezón sorprendió ya que, si bien Sanabria había protagonizado algunas controversias, sobre todo por una presunta injerencia de sus posturas religiosas en el día a día de su gestión y también por el confuso caso del secuestro de 76 uniformados por una turba campesina en zona rural de San Vicente del Caguán, nadie esperaba su relevo con tan poco tiempo como Director.
Igualmente, aunque Salamanca, “mayor general de la reserva, con más de 37 años de experiencia en la institución”, manejó todo el empalme policial entre los gobiernos Duque y Petro, nadie esperaba que terminara siendo reactivado de forma tan rápida para venir a dirigir la Policía.
El cambio generó un alud de reacciones a favor o en contra, así como múltiples análisis respecto a lo que está pasando en la institución durante este Gobierno, que incluso ha planteado la posibilidad de sacar la institución de la órbita del Ministerio de Defensa, al tiempo que modificó el énfasis de la lucha antidrogas y hasta los protocolos de reacción ante la protesta social.
¿Qué está pasando en la institución?
EL NUEVO SIGLO habló con el general de la reserva activa, Teodoro Ricaurte Campo Gómez, el primer alto oficial reintegrado al servicio activo por el entonces jefe de Estado, Álvaro Uribe Vélez, para que asumiera la Dirección General. Y también con el ex subdirector de la institución y hoy presidente del Colegio de Generales en retiro de la Policía Nacional, general (r) Héctor Darío Castro Cabrera.
A los dos oficiales en retiro se les formularon las mismas preguntas, con el objetivo de conocer cuáles deben ser las prioridades operativas de la Policía, el impacto del giro en la política antidroga e incluso los efectos de la estrategia de paz del gobierno Petro en el accionar de esta dependencia de la Fuerza Pública.
- En medio de las alertas actuales en materia de seguridad y orden público ¿Cuál debe ser la prioridad de la Policía?
- ¿La Policía debe salir de la órbita del Ministerio de Defensa y pasar a otra cartera, como la de un eventual Ministerio de Seguridad Ciudadana?
- ¿Cree que la política de “paz total” del gobierno Petro está afectando o limitando la operatividad de la Policía?
- Con la erradicación de narcocultivos disminuyendo este año ¿Cree que la extensión puede llegar a más de 300 mil hectáreas?
- Tras lo ocurrido con el secuestro o “retención” de 76 policías en el Caguán y de 10 militares en Cauca ¿Cree que esta clase de situaciones se repetirá? ¿Qué hacer para evitarlas?
- En enero de 2022 entró a regir la Ley de Seguridad Ciudadana ¿Ha funcionado para atacar el desborde violento de la protesta social y la reincidencia criminal?
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Policía no debe salir del sector Defensa: Campo Gómez
- La Policía tiene muchos frentes que atender y la prioridad para la institución es la relación con la comunidad. Los procesos de incorporación de los miembros de la entidad deben ser muy rigurosos para evitar que ingrese gente que no llena los requisitos o que está buscando a través de la Policía obtener beneficios personales. El tema del orden público es un tema manido, es un asunto que tenemos que aprender a dejarlo atrás. Tenemos hechos que se presentan a lo largo y ancho de la geografía nacional, en los cuales tenemos la necesidad de comprometernos y trabajar conjuntamente con las Fuerzas Militares en esa área. Pero el tema en si del orden público, preferiría cambiar la denominación, porque el orden público lo asumimos nosotros como un hecho de empleo de la institución en actividades que no son de su propio resorte.
En seguridad, nosotros tenemos una función que es supremamente amplia y que tiene que ver tanto con el área urbana y la rural. Nos corresponde intervenir en aquellos lugares donde hay vulneración de la tranquilidad, del sosiego y de la vida en comunidad.
La Policía tiene un sistema de obtención de información a través de medios electrónicos, hasta el punto de que nosotros nos hemos constituido en los mayores generadores de información para que otras instituciones puedan llevar a cabo operaciones, debido a que no cuentan con las capacidades que tiene hoy en día la institución. La Policía está a la vanguardia y busca siempre ir un paso adelante para fortalecer la seguridad de los colombianos y robustecer el binomio ciudadano-Policía.
- Estoy convencido de que quienes andan pregonando que la Policía debe salir del sector Defensa no tienen conocimiento real de cuál es la situación que atraviesa el país. Nosotros debemos continuar en el sector Defensa mientras subsistan las circunstancias que llevaron, en su momento, a adscribir la institución a esta cartera. Patentar un nuevo criterio y pensar en el Ministerio del Interior o en el de Justicia son elucubraciones. Esa es la tarea que vienen haciendo cumplidamente las personas que están interesadas en socavar las posibilidades de éxito que tienen la Policía y las Fuerzas Militares actuando aunadamente.
- No, en nada. La Policía es una institución que presta su concurso y apoyo, como le corresponde, de acuerdo con las decisiones del Gobierno Nacional de turno. Si el gobierno del presidente Petro hoy en día está interesado en llevar a cabo una política de ‘paz total’, pues la institución no tiene otra posibilidad diferente de acatar y someterse a esas directrices, pero siempre y cuando se den los parámetros de ley que nos regulan a nosotros.
- No es que se pueda disparar, es que se disparó el cultivo de hoja de coca. Y con el agravante de que han introducido modificaciones genéticas a la planta, de manera que hoy en día la productividad es superior a la de hace unos años. Estoy de acuerdo con los planteamientos del nuevo presidente de Acore, general (r) Guillermo León León, en cuanto a que debe enfatizarse en la erradicación. En este proceso nosotros hemos utilizado dos vías: la forzosa y la voluntaria. La erradicación voluntaria, lamentablemente no dio los frutos que se esperaban. La erradicación forzosa se hace a través del desmonte de las plantaciones con la aplicación de herbicidas que se comprueben, previamente, que no afectan al ecosistema ni a la salud de los seres vivos.
- Las manifestaciones de las comunidades no se deben aplacar básicamente a través del empleo de la fuerza. Ese sería un error. Lo que sí se debe hacer es entrar, previamente a dialogar con esas comunidades sobre cuáles son las afugias y cuáles son las demandas que tienen y por qué su intención de retener ilegalmente a esas personas (policías y soldados), constituyéndose en secuestradores necesariamente.
- La Ley de Seguridad Ciudadana le dio herramientas a la Policía. Sin embargo, como toda norma, es objeto de los cuestionamientos y la impugnación por parte de personas que no están de acuerdo con esa medida. Pero es efectiva para enfrentar a la criminalidad.
Pie de foto
EX DIRECTOR de la Policía, general de la reserva activa, Teodoro Ricaurte Campo Gómez.
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“No es que se pueda disparar, es que se disparó el cultivo de hoja de coca. Y con el agravante de que han introducido modificaciones genéticas a la planta”
Inteligencia y operatividad, prioridades: Castro Cabrera
- Indudablemente, la Policía tiene que desarrollar una actividad importante de inteligencia para ubicar todos los focos de la delincuencia organizada que están amenazando a gran parte de la sociedad, especialmente en las grandes ciudades. Y, complementarla, desde luego con operativos, conjuntamente con la Fiscalía, para lograr dar captura a todas estas personas que se han colocado al margen de la Ley y se han convertido en una amenaza muy preocupante. Entonces, creo que son prioridad estas dos actividades coordinadas: la de inteligencia, para identificar y localizar esos focos de perturbación, y la parte operativa, para neutralizar a los delincuentes y capturarlos con la Fiscalía y entregarlos al juez.
- Creo que es un error pensar en esa posibilidad. La Policía en 1953 pasó definitivamente a Defensa y ahí ha permanecido durante 70 años. En esos 60 años anteriores al 53 estuvo en 16 oportunidades entre el Ministerio de Guerra y la cartera de Gobierno. Regresó al Ministerio de Guerra porque se politizaba y se convertía en un elemento peligroso para la comunidad, ya que estaba al servicio de un solo partido político.La ubicaron a depender en una oportunidad del Ejército, en otra de la Jefatura Civil y Militar de Cundinamarca; también quedó dependiendo de una Gendarmería y es poco lo que hay que rescatar de esos primeros 60 años, porque la Policía estuvo totalmente politizada. Ya, desde 1953 en adelante, es que se reorganiza y comienza a darle forma a su profesión como tal, reconociendo su naturaleza civil y dedicada al servicio de todos los colombianos y no solo de un sector político. Entonces, consideramos que es totalmente inconveniente para la nación que la Policía salga del Ministerio de Defensa donde se ha garantizado la apoliticidad.
- No creo. En algunas oportunidades nos hemos referido a este tema y dicho que la Policía está es en las ciudades y en los campos protegiendo a los ciudadanos para garantizarles sus derechos. La Policía no está en operaciones ofensivas contra ningún grupo, a excepción de los narcotraficantes que están tratando de ganar las costas para sacar la cocaína al exterior. Pero fuera de esa actividad, la Policía no está persiguiendo, sino al delincuente que está amenazando a los ciudadanos en su quehacer diario.En el proceso de paz total con los grupos armados, desde que ellos cesen de hostigar y atacar a la población civil, al ciudadano trabajador, la Policía para nada los va a perseguir. Si hay un receso en sus actividades criminales, la Policía, creo, permanecerá vigilante para que ese receso sea el comienzo de la paz que está reclamando Colombia.
- El problema del narcotráfico no es el total del problema de las drogas. El problema del narcotráfico es una de las etapas, de las fases, pero hay que comenzar por el narco-cultivo, por el narco-proceso, hay que seguir con el narcotráfico y, luego, atacar el narco-consumo para evitar que haya demanda y, después la narco-economía. Entonces esos cinco factores hay que atacarlos, porque cualquiera de ellos que se deje libre incrementa el problema de las drogas ilícitas y aumenta toda la criminalidad que nace a raíz de todas estas actividades ilícitas.
- Creo que se debe lanzar una gran campaña que incentive al ciudadano a respetar a la autoridad. Es complicado para un ciudadano de bien, que se siente protegido por una fuerza del Estado, ver a una Fuerza Pública secuestrada o lanzada de un territorio por un grupo de personas, no se sabe con qué intereses. Entonces ¿A quién acude el ciudadano si cuando hace presencia la Fuerza Pública tiene que abandonar el lugar porque no los reciben? Creo que no debería haber un solo centímetro vedado para las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. Todo el territorio nacional debe controlarlo el Estado y para eso está la Fuerza Pública. ¿Por qué va la Fuerza Pública a un sitio de donde tiene que salir corriendo? ¿Entonces sale corriendo toda la ciudadanía también? La fuerza del Estado es para eso, para hacer cumplir la ley y garantizar a todos los ciudadanos el ejercicio de sus derechos. Es necesario, generar una gran campaña a través de la cual se logre que la autoridad sea respetada. Si hay un hecho irregular de la Fuerza Pública, ahí están los entes de control y los mandos que recibirán las quejas y aplicarán los correctivos. Pero la Fuerza Pública debe ser respetada como un requisito sine qua non para que el Estado de Derecho subsista ante situaciones difíciles como las que vivimos.
- Es un buen aporte, pero todavía falta porque es necesario entrar a hilar una serie de cabos que han quedado sueltos. Por ejemplo, el hecho de hacer desaparecer la figura del estado de cuasiflagrancia. Es decir, cuando una persona se encuentra con un elemento que, presuntamente, fue hurtado, pero no se sabe dónde y simplemente lo lleva. La Policía y la autoridad en general no lo pueden retener para averiguar cómo lo consiguió. Entonces, hay una serie de cositas que requieren un poco más de fortaleza de la Fuerza Pública frente a la amenaza de la delincuencia.