Uno de los propósitos de la política exterior de la administración Petro es mantener el equilibrio en las relaciones con las potencias mundiales: por un lado con Estados Unidos y por el otro con el eje Pekín-Moscú, según algunos internacionalistas consultados.
Colombia, desde el gobierno de Julio César Turbay, adhirió al principio de una sola China, por el cual la República Popular reclama que Taiwán es parte de su territorio. Por ello llama la atención que a pesar de que nuestro país ha conservado esta postura por más de cuatro décadas, la Cancillería les recordara en una directriz reciente a sus funcionarios abstenerse de manifestar apoyo a las pretensiones independentistas de esta isla. Internacionalistas consultados consideran que con ello la administración Petro busca enviar un mensaje a Pekín, de cara a afianzar las relaciones con esa potencia.
Indica la Cancillería que “en línea con las políticas del Gobierno del presidente Gustavo Petro de profundizar las relaciones con las naciones de la región Indo- Pacífico y teniendo en cuenta la relevancia del relacionamiento con la República Popular China, me permito llamar su atención sobre la importancia de acoger y aplicar el principio de una sola China por parte de todos los funcionarios”.
Agrega en la circular el Ministerio de Relaciones Exteriores que “el Estado colombiano adhiere firmemente al principio de una sola China, reconociendo a la República Popular China y sus autoridades como el único estado legítimo. Por lo tanto Colombia no mantiene relaciones diplomáticas oficiales ni semioficiales con la región de Taiwán, China”.
El exembajador ante la OEA, ONU y Estados Unidos Fernando Cepeda Ulloa le dijo a EL NUEVO SIGLO que “no entendí realmente el sentido de esta comunicación. Tal vez tenía que ver, pero adivinando, intentando, con la visita de la presidente de Taiwán a Centroamérica, que estuvo en Belice, y de golpe se supo o hubo rumores de que iba a venir a Colombia, y quisieron ponerle un freno a eso. De otra manera, no entiendo la razón de ser de esa comunicación porque no había nada nuevo, nadie intentaba hacer nada diferente”.
Por su parte, el excanciller Julio Londoño Paredes dijo a este diario que “es evidente que un país que tenga relaciones con China Popular no puede tener relaciones diplomáticas con Taiwán. Se puede tener relaciones comerciales con Taiwán, pero no relaciones diplomáticas”.
Agregó Londoño que “el principio que Colombia ha tenido siempre obviamente es el reconocimiento a China continental como la única China. Eso es así desde el tiempo del doctor Julio César Turbay Ayala, que estaba de presidente, que rompió relaciones con Taiwán y estableció relaciones con China Popular. Esa ha sido la posición de Colombia tradicionalmente y, por lo tanto, en ningún momento desde entonces el Gobierno de Colombia ha dejado entrever que la China de Taiwán es la verdadera China”
Explicó el excanciller que “solamente dos países latinoamericanos lo han aceptado: uno es Guatemala y el otro es Belice. Y en el mundo solamente hay nueve países que lo aceptan".
Finalizó diciendo que “entonces creo que la circular de la Cancillería es coherente con la posición que Colombia ha sostenido”.
Política pendular
En tanto que el internacionalista Vicente Torrijos explicó a este medio que “lo que hay que tener en cuenta aquí de fondo es que el Gobierno está desarrollando lo que denomino la política pendular o también la podemos llamar oscilatoria, que se mueve desde las relaciones muy fluidas con Estados Unidos, pero oscila buscando tener también las mejores relaciones con el eje Pekín-Moscú, tratando de lograr lo mejor de los dos mundos”.
En ese sentido Torrijos consideró que este enfoque “busca que Colombia obtenga los mejores beneficios, la mayor rentabilidad de desarrollar proyectos estratégicos, tanto con unos como con otros. Eso está claro desde el mismo programa del presidente Petro y sus intenciones, ya muy claras, de fortalecer al máximo proyectos de desarrollo regional y local de infraestructura con el Gobierno chino”.
Agregó que para poder lograr que esa política pendular se haga realidad y “que todos esos proyectos tanto con un polo como con el otro tengan éxito, se requiere no desairar totalmente a ninguno. Es decir, no inclinar la balanza tanto que el otro se sienta menospreciado, desplazado. Por lo tanto con China en particular hay que tener muy en cuenta que para Pekín, Taiwán es tan solo una provincia rebelde, pero que China es una sola”.
Dijo el internacionalista que “eso lo han reconocido desde Estados Unidos hasta Colombia desde mucho tiempo atrás. O sea que no ha cambiado en nada nuestra política hacia China con esta directriz”.
Indicó que en Colombia hay una oficina comercial de Taiwán, “pero por supuesto que no hay una embajada de Taiwán. Solamente 10 países reconocen y dependen económicamente de Taiwán, pero son países marginales en la comunidad internacional”.
Consideró Torrijos que “la circular tiene el objetivo de alertar para que a pesar de que se desarrollen a nivel privado todo tipo de relaciones, negocios, con Taiwán, no se caiga en la imprecisión de ir a mantener ninguna aproximación que puede ser interpretada por Pekín como si fuera un tratamiento más o menos o similar al diplomático”.
Sin embargo, previno que en un futuro podría producirse un escenario complicado para Colombia, si es que China Popular decide usar la fuerza para someter a Taiwán.
“Al fin y al cabo Washington se ha comprometido a defender a Taiwán en caso de que haya una ocupación de la República Popular China. Ahí la situación sería muy delicada para Colombia. Eso puede suceder en cualquier momento. La pregunta no es si van a ocupar Taiwán, es cuándo lo harán, y Colombia tendría que tomar partido o mantenerse neutral”, escenificó Torrijos.
Agregó que en ese momento Colombia tendría que analizar para determinar cuál sería el interés “colombiano en eso y cómo tendría que tomar partido o declarar su neutralidad, a sabiendas de que la neutralidad también tiene un costo, y es que fácilmente puede perder a alguno de los dos aliados en la contienda”.
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Diálogo con la potencia asiática
El programa de gobierno del presidente Petro establece que se busca “el fortalecimiento de los lazos de cooperación con las demás naciones, en especial a nivel regional con la CAN y a nivel global con la ONU, la UE, los EE.UU., los países de la cuenca del Pacífico, en especial China, Japón, Corea y los países del Sudeste Asiático”.
El mandatario chino Xi Jinping felicitó a Petro por su elección y se mostró dispuesto a trabajar con éste para "profundizar en la confianza política mutua, avanzar en la cooperación práctica y trabajar en un mayor desarrollo de las relaciones bilaterales".
En noviembre pasado, el ministro de Relaciones Exteriores recibió al representante especial del Gobierno chino para Asuntos de América Latina y el Caribe, embajador Qiu Xiaoqi. Durante la reunión se hizo seguimiento a los temas bilaterales y a las oportunidades que surgen para fortalecer las relaciones en asuntos de mutuo interés, como comercio, transición energética, cooperación cultural, infraestructura, vacunas, desarrollo sostenible y gobernanza, entre otros.
En febrero pasado, el presidente Petro dijo que “he recibido invitación del Gobierno chino para dialogar sobre sus obras en Colombia y establecer el futuro de nuestras relaciones estatales y sociales”.
En marzo pasado, el canciller Álvaro Leyva anunció que “felicitamos al presidente Xi Jinping por su reelección como mandatario de la República Popular China. Esperamos reafirmar los sólidos lazos de amistad y cooperación que nos unen. La asociación integral entre nuestros países avanza para el beneficio de nuestros ciudadanos”.