Con el corredor biológico más grande para la conservación de la danta, el puma y el jaguar, especies amenazadas, cuenta a partir de ahora la Orinoquía colombiana.
Con 228.000 hectáreas, este corredor se convierte en ejemplo de conservación y se da como resultado del trabajo conjunto de diferentes instituciones y del compromiso de empresarios y propietarios de predios de la cuenca del Sitio Ramsar del Río Bita.
De acuerdo con el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, este corredor es un ejemplo de conservación de la biodiversidad en la Orinoquía colombiana. “Resaltamos los esfuerzos que organizaciones aliadas, comunidades locales, el sector productivo y la academia vienen adelantando por la protección de las especies de la Orinoquía. Estamos desde los territorios reconociendo nuestra riqueza natural y construyendo con las comunidades acuerdos de conservación, emprendimiento y legalidad”.
Esta iniciativa permitirá la conservación de 34 especies de mamíferos medianos y grandes, y buscará articular a la sociedad civil, la empresa privada, propietarios rurales, las instituciones gubernamentales y la academia a través de diferentes iniciativas de investigación, manejo y conservación que, a lo largo de 21 años, han permitido convertir al río Bita en uno de los ecosistemas acuáticos más conservados y mejor estudiados del país.
Se estima que en toda la cuenca del río Bita, habitan alrededor de 600-700 individuos de danta (Tapirus t errestris), 60-70 Jaguares (Panthera onca), y 100-120 pumas (Puma concolor). Bita Corredor para la Vida, espera incluir la conservación de otras especies como pavones, rayas, nutrias, tortugas y delfines. Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha, señala que: “Esta iniciativa del Bita como corredor de vida, busca generar oportunidades para muchas especies como las dantas y los felinos, además de sumar otras igualmente amenazadas como los delfines, nutrias, tortugas y algunos peces. “El espíritu es generar sinergias con otros actores y poder replicar en otras regiones del país lo positivo que está pasando en el Bita”.
La construcción y consolidación de este corredor que conectará la cuenca alta y media del río Bita, se logra gracias a las empresas forestadoras, propietarios locales del grupo Witzara, y a los ejecutores del Acuerdo para la Conservación de Bosques Tropicales (TFCA): Fundación Omacha, Ecolmod, Resnatur, Fundación Orinoquía, el Grupo de Especialistas de Tapires de la IUCN y Project Design Developers – Folgers Inc.
El Ministerio de Ambiente y la Fundación Omacha, realizaron además la firma de un Acuerdo de Voluntades con el sector forestal y propietarios ganaderos que conforman el corredor biológico en el Sitio Ramsar del río Bita.
Entre los compromisos establecidos están el desarrollo y promoción de prácticas agropecuarias sostenibles y de producción ganadera, forestal maderera o frutal responsable, el suministro de información disponible para los monitoreos biológicos y el reporte de los eventos de depredación del ganado doméstico ocurridos en sus predios y los de caza furtiva de animales silvestres.
Así mismo, se plantea la promoción de campañas regionales a favor del manejo sostenible de las especies priorizadas en el Plan de Manejo del sitio Ramsar río Bita y el cumplimiento de las disposiciones legales emitidas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Corporinoquia, en relación a la caza furtiva, la comercialización de especies de fauna silvestre en condición de amenaza y la destrucción y comercialización de los recursos forestales.
Acciones de conservación
Gracias al liderazgo de la Fundación Orinoquía Biodiversa (FOB), con la participación de Wildlife Conservation Society (WCS), la Fundación Yoluka y la Corporación Ambiental La Pedregoza, en el periodo 2015 y 2017 se adelantó primera fase del “Proyecto Vida Silvestre” con el objeto proteger y mejorar el hábitat de la danta.
Esta estrategia de conservación ha permitido además el mantenimiento y restauración de las poblaciones de moriche (Mauritia flexuosa) y de congrio (Acosmium nit ens), que hacen parte de las coberturas vegetales donde hábitat la danta; por medio de acuerdos voluntarios de conservación con propietarios privados, actividades de restauración de áreas degradadas, protección de bosques de galería y morichales, y apoyo técnico para mejorar las prácticas productivas resultados que se suman en pro de la vida del Río Bita