Según el Informe de Cartera del Sector Salud realizado por la Superintendencia Nacional de Salud, la brecha reportada entre Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) y las Entidades Promotoras de Salud (EPS) está en $2,8 billones, lo que constituye un mejor reconocimiento de facturación respecto a reportes anteriores.
De acuerdo con la Supersalud, “es importante anotar que el total de la cartera de EPS con las IPS corresponde al conjunto de obligaciones pendientes de pago, dentro de las cuales se encuentran las cuentas por cobrar radicadas y no radicadas por las IPS, descontando los giros directos recibidos”.
Con el fin de comparar adecuadamente los reportes de EPS e IPS, se observa que las reservas y pasivos de las primeras, -sin incluir Entidades indígenas- por servicios de salud llegaron a $16,8 billones en diciembre de 2019 mientras que las Instituciones reportaron cuentas por cobrar de $18 billones.
Así mismo, teniendo en cuenta que las EPS reportaron $2,6 billones de cuentas por cobrar a IPS por concepto de giros anticipados y otros, a la vez que estás últimas evidenciaron $1,1 billones de cuentas por pagar a Entidades por conceptos similares, se establece que la cartera neta se encuentra entre $14,1 billones y $16,9 billones.
Señala la entidad supervisora que “por su parte, el valor reportado de cuentas por cobrar de IPS a EPS activas y no activas presentó un crecimiento anual de 2,3% entre diciembre de 2018 y el mismo mes de 2019, llegando a un total de $22,7 billones. Las cuentas por cobrar a EPS activas disminuyeron en 1,8%, pasando de $18,5 billones a $18,2 billones”.
Reportes
Indica el informe que “mientras que las IPS reportaron un total de $4,4 billones de cuentas por cobrar, de los cuales $3,8 billones corresponden a EPS en liquidación forzosa y $497 mil millones corresponden a entidades con programas de EPS ya liquidados, lo que representan un crecimiento del 24,2% con respecto al año inmediatamente anterior”.
Asimismo, las cuentas por pagar de las EPS activas y no activas crecieron un 19,2% entre diciembre de 2018 e igual periodo de 2019, pasando de $13,2 billones a $15,7 billones, lo cual se explica en buena parte por un mejor reconocimiento de algunas EPS activas, en cuanto a sus cuentas pendientes con IPS.
En este documento también se refleja que, las cuentas por cobrar de las EPS ascendieron a $15,2 billones con corte a diciembre de 2019, de las cuales el 59,6% corresponde a cuentas de Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), el 14,8% a IPS privadas y el 8,9% a entidades territoriales. Así, de los $10,3 billones de cuentas por cobrar a Adres y entidades territoriales; teniendo en cuenta las cuentas por pagar de EPS a estas entidades por $3 billones, se establece una cartera neta pendiente por $7,3 billones reportada por las Entidades.
Cuentas
Sostiene la Supersalud que “este informe refleja que debemos seguir trabajando para eliminar las malas prácticas contables en el sector e intensificar la realización de los procesos de depuración que nos permitirá tener información más veraz”.
Cabe anotar que la Supersalud analizó la información de cartera de las EPS en sus cuentas por pagar, por cobrar y estados financieros, mientras que de las IPS solo en aquellas por cobrar. A modo de comparación, se presentan los saldos de facturación según la Circular 030 de 2013.
Con anterioridad, la Supersalud había confirmado que tras evaluar a 50 IPS del país, en 12 ciudades, encontró una serie de problemáticas en el pago de salarios a los trabajadores, pero también en la entrega de los elementos de bioseguridad.
El superintendente Fabio Aristizábal señaló que la situación es crítica en algunos centros hospitalarios donde les adeudan el salario a sus trabajadores.
“Observamos que en once IPS de cinco ciudades se reportaron algún tipo de incumplimiento en los elementos de protección, cinco IPS reportaron falta de pago en salarios, diez IPS anunciaron incumplimiento en el pago de honorarios en el talento humano en salud, y dos IPS señalaron incumplimientos en los elementos biomédicos”, afirmó.
El jefe del organismo de vigilancia además destacó que dentro de este trabajo también se realizó una proyección de los elementos de bioseguridad que requiere el talento humano en salud para la atención de la pandemia.