Montos de las divisas digitales son impactantes
Peligran soberanía monetaria y lucha antilavado
El auge de las criptomonedas se está convirtiendo en un problema global con múltiples flancos, sobre todo para los países en desarrollo o aquellos en donde la legislación financiera es débil o sus mercados tan porosos que permiten la rápida incursión de estas divisas digitales que operan en una línea muy difusa entre lo legal y lo ilegal.
Las alarmas se dispararon aún más luego del cónclave organizado días atrás por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. El diagnóstico de los expertos y las cifras que se pusieron sobre la mesa son impactantes así como resulta imperativo que las autoridades transnacionales y nacionales tomen medidas urgentes y contundentes al respecto.
Por ejemplo, se reveló que actualmente hay más de 450 criptobolsas que, con corte a mayo del año pasado, alcanzaron un valor estimado combinado de 500 mil millones de dólares en operaciones diarias. Para hacerse una idea de lo que ese monto significa, baste con señalar que equivale al máximo de operaciones diarias alcanzado en Nasdaq, la segunda bolsa de valores más grande del mundo, especializada en los mercados tecnológicos.
Como se ve no se está hablando aquí de un fenómeno aislado o de baja cobertura. Por el contrario, el mercado de las criptomonedas ya tiene un alcance global y los análisis respecto a las consecuencias de su rápida expansión coinciden en que el impacto de estas divisas virtuales e inestables dificulta la respuesta reguladora de muchos países, afecta la soberanía monetaria, pone en riesgo la seguridad financiera e incluso puede facilitar la transferencia de recursos de origen ilícito.
Entre los temas más importantes en el evento de la agencia de la ONU que se especializa en los asuntos económicos y atinentes al desarrollo, estuvieron las conclusiones de los tres últimos estudios sobre al problema de las criptomonedas. El primero analizó el argumento de sus defensores en torno a que la rápida implantación de las criptodivisas en los países en desarrollo facilita el flujo de remesas y crea una protección contra los riesgos monetarios y de inflación. Sin embargo, para los investigadores es claro que su uso puede provocar riesgos de inestabilidad financiera, ya que si los precios se desploman de un día a otro las autoridades monetarias tendrían que intervenir para amortiguar el daño. A ello se suma, como se advirtió, que proporcionan un nuevo canal para los flujos financieros ilícitos, socavan la eficacia de los controles de capital e incluso pueden convertirse en un medio de pago generalizado e informal que podría llegar a sustituir a las monedas nacionales.
Un segundo estudio se enfocó en las implicaciones de las monedas digitales en la estabilidad y la seguridad de los sistemas monetarios y financieros. Una de las conclusiones va en la dirección de que para combatir el auge de un mercado no regulado como este, deberían los Estados trabajar en la dirección de crear un sistema nacional de pagos digitales que actúe como bien público. Incluso, las autoridades respectivas podrían proporcionar una moneda digital a nivel del banco central o un sistema de pago rápido al por menor.
El tercer estudio es más preocupante puesto que advierte cómo las criptomonedas se han convertido en un nuevo instrumento que debilita la movilización de los recursos nacionales en los países en desarrollo. Señala que aunque se facilita el flujo de remesas, esta clase de mercados también pueden propiciar la evasión y elusión fiscales mediante movimientos de dineros ilegales, “actuando como si fueran un paraíso fiscal donde no es fácil identificar la titularidad”.
¿Qué hacer? La citada conferencia puso sobre la mesa una serie de recomendaciones. Sin embargo, algunos expertos señalaron que, dada la magnitud del problema y sus implicaciones, debería pasarse ya del diagnóstico y las alertas, a la toma de medidas globales, concretas y vinculantes en el sistema financiero trasnacional, so pena de seguir arriesgándose a una crisis global y de imprevisibles consecuencias por el peligro de un crash de las criptomonedas.