Pocos expresidentes han sido tan vapuleados injustamente por algunos medios y personajes, como Andrés Pastrana Arango. Medios y personajes que claramente han tenido y continúan teniendo agresivas agendas políticas, rotundamente opuestas al expresidente, que los hacen incapaces de presentar o analizar los hechos honesta e imparcialmente.
Y, ¿quiénes han sido los enemigos de Pastrana Arango, que lo odian tan encarnizadamente? Naturalmente, Ernesto Samper, sus acólitos y amigos; entre ellos los capos del Cartel de Cali y otros narcos, que aportaron dineros importantes a la campaña presidencial samperista en 1994. Dineros que muchos aseguran, fueron la causa de la derrota de Andrés Pastrana, su contrincante en dicha elección.
Recordemos que al saberse la existencia de esos dineros se tendió una vergonzosa capa de sospechas sobre el recién electo Presidente que hasta hoy, 37 años después, Samper no ha logrado disipar.
Esa historia la conocemos bien, el Proceso 8.000 todos lo vivimos y al “elefante blanco” metido en la casa, todos lo vimos; porque ciegos no somos. Conocimos también el escándalo de la “Monita Retrechera”, Elizabeth Montoya de Sarria, supuesto enlace entre los narcos y el expresidente Samper, asesinada misteriosamente. Tampoco olvidamos las “cajas de zapatos” llenas de billetes, aparentemente para pagar la segunda vuelta presidencial, transportadas por Horacio Serpa a San Andrés, en el avión de José Sarria, el marido de la monita; ni las declaraciones de Fernando Botero sobre el conocimiento de los hechos por su jefe Ernesto Samper.
Como dice el expresidente Pastrana, en su reciente respuesta a una envenenada misiva de Samper contra él, que pretenden tapar con falsedades su relación con el Cartel del Valle: “No desmiente en ninguno de sus apartes, la carta firmada por los Rodríguez Orejuela sobre la financiación del Cartel de Cali y otros narcotraficantes a la Campaña de Ernesto Samper en 1994. Al contrario, ratifica una vez más, que el narcotráfico compró la presidencia en ese entonces”.
Hoy las pruebas de que los dineros del narcotráfico entraron en la campaña samperista han quedado ratificadas por la carta firmada por los Rodríguez Orejuela, presentada por Andrés Pastrana. Así los amigos de Samper traten, por todos los medios, como lo han hecho en el pasado, de desprestigiar a Pastrana.
Colombia debe reconocer el valioso trabajo de Andrés Pastrana durante su presidencia, su decidida batalla contra los narcotraficantes y sus carteles, sus valerosos esfuerzos para lograr un acuerdo de paz con los terroristas de las Farc, sus logros internacionales para que dicha guerrilla fuera reconocida y sancionada como terrorista y la colaboración de USA a través del Plan Colombia, sus esfuerzos por modernizar y dotar al ejercito de Colombia; algo que le permitió al presidente Álvaro Uribe desarrollar su programa de Seguridad Civil que estuvo a punto de acabar con esos narcoguerrilleros.
Recordemos cómo 18 días después de posesionarse como Presidente, en 1998, se reunió con Manuel Marulanda, (Tirofijo), en la selva, con el propósito de cumplir su promesa de campaña de iniciar diálogos de paz con las Farc. Diálogos, que desgraciadamente, por trampas de esa guerrilla, fracasaron.
Tarde o temprano la historia le dará la razón a Pastrana. Colombia lo reconocerá como un hombre de paz, un acérrimo enemigo del narcotráfico y, ante todo, un Presidente comprometido con la paz y el bien de los colombianos.