LA NUEVA subasta de arte moderno de Bogotá Auctions cuenta con más de 100 piezas de importantes artistas colombianos e internacionales de los siglos XX y XXI.
Cabe destacar que la primera sección es la de paisaje, que cuenta con una serie de obras seleccionadas de artistas del calibre de Jesús María Zamora, Ricardo Borrero Álvarez, Pierre Daguet, Óscar Rodríguez Naranjo, Ricardo Gómez Campuzano y Gonzalo Ariza.
La vanguardia nacionalista de la primera mitad del siglo pasado está representada por algunas piezas significativas.
Se destaca, en particular, el monumental Minero de Miguel Sopó Duque, una talla directa en madera de caoba de África que fue realizada en Nueva York en 1948, donde ganó un premio en el prestigioso concurso internacional de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation.
Sobresalen también las “Tres gracias” de Luis Alberto Acuña, una técnica mixta sobre papel de 1938, proveniente da la colección del noto antropólogo Gregorio Hernández de Alba, en la cual la acentuación de los volúmenes de las figuras atestigua un diálogo personal del artista con los modelos mexicanos, y un gran lienzo sin título de Alipio Jaramillo, fechable en los años cincuenta, donde un tema posiblemente ligado a la época de la Violencia (1948-1958) es tratado con un estilo que funde un puntillismo de derivación postimpresionista con un realismo social y político cercano a los mexicanos.
Por otro lado, una sección especialmente importante en el catálogo es representada por una serie de raras piezas abstractas de corte expresionista lírico o matérico-informalista realizadas en los primeros años sesenta, época en la cual en Colombia hubo un auténtico boom de esta clase de trabajos.
El gran Matyri
A este grupo pertenecen una acuarela de Guillermo Wiedemann, un óleo de 1963 de Álvaro Herrán y el lienzo “El gran Matyri” (1963) de Augusto Rivera, aunque la pieza más destacada es quizás “Genesis” N.°18 de la artista María Thereza Negreiros, artista mujer de origen brasileño que estuvo entre las pioneras de la abstracción en Colombia y en su momento gozó del respaldo de Marta Traba.
A estas obras se pueden acercar también otras piezas relevantes de la subasta, como una construcción abstractizante de Enrique Grau realizada 1959, periodo en el cual el artista se acercó a la abstracción, y el óleo “Frutas N.°3” (1961) de Luciano Jaramillo, donde se adivina un diálogo con artistas como Obregón y Botero.
Las artistas mujeres, además que por la pieza de Negreiros apenas mencionada, están representadas por tres preciosos trabajo de Emma Reyes, artista muy pujante en las últimas subastas, un sugestivo múltiple escultórico de Feliza Bursztyn, unas abstracciones geométricas de Ana Mercedes Hoyos (Proyecto, de 1976, acrílico sobre lienzo de la seria de las ventanas) y Fanny Sanín (el acrílico sobre papel Composición N.°19, de 1984), una pieza contemporánea de María Fernanda Cardoso (Espigas de Emú, 2007), una tinta sobre papel de 1959 de Lucy Tejada, un trabajo de grandes dimensiones en crin y tela de la artista textil Marlene Hoffmann y la pieza quizás más importante de todo el conjunto, un gran lienzo de Cecilia Porras.
En el catálogo no faltan obras de grandes artistas internacionales, entre las cuales cabe mencionar un gran lienzo escultórico de los años setenta del importante artista inglés Richard Smith, un acrílico sobre papel, siempre de los años setenta, del argentino Julio Le Parc y un múltiple en plexiglás y metal de la histórica serie Sotomagie, realizada a finales de los sesenta por venezolano Jesús Rafael Soto.
Omar Rayo
Uno de los artistas modernos colombianos con mayor proyección internacional, se presentan dos piezas: un trabajo bejuquista de su periodo formativo, donde se nota un diálogo con el surrealismo de Salvador Dalí, un monotipo intervenido a mano de finales de los cincuenta (Vendedor de pescado) en el cual un tema autóctono es tratado por medio de un sistemas de líneas geometrizantes, y el valioso Luz íntima, óleo sobre lienzo de los primeros años sesenta que atestigua una fase importante, muy escasa en el mercado, de la evolución del artista hacia sus fórmulas más conocidas.
Al lado de Rayo, otro gran maestro del arte abstracto colombiano representado en esta subasta es Carlos Rojas, del cual figuran una preciosa cuanto sugestiva intervención pictórica de 1977 sobre una tela indígena peruana y una pieza de grandes dimensiones de 1978, de su serie más afortunada, la de Horizontes de América.
Nutrida es la sección neofigurativa en la cual cabe destacar la presencia de un importante óleo temprano de Carlos Granada (Madrid, 1961), al lado de piezas de distintas épocas de Luis Caballero y de un trabajo del mejor periodo de Norman Mejía.
No se puede soslayar, en fin, la sección de esculturas, que cuenta con piezas muy representativas de grandes nombres como Eduardo Ramírez Villamizar, Edgar Negret, Hugo Zapata, Ramiro Gómez y Germán Botero.