EL PRODUCTO Interno Bruto de Colombia presentó un crecimiento de 0,7 % en el primer trimestre de este año, frente al mismo periodo de 2023 cuando registró 2,7 %. Frente al cuarto trimestre del año anterior, el crecimiento fue de 0,4 % real.
De acuerdo con el DANE, las actividades económicas que más contribuyeron a este resultado fueron administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; educación; actividades de atención de la salud humana y de servicios sociales con un aumento de 5,3 % y contribuyeron con 0,7 puntos porcentuales a la variación anual. Los sectores de la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca aumentaron en 5,5 %.
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La directora del DANE, Piedad Urdinola, dijo que el comportamiento se aceleró levemente frente al cuarto trimestre del 2023, periodo en el que se reportó un PIB de 0,3 %.
Urdinola dijo que “en marzo hubo una variación negativa de la industria, comercio, agricultura, actividades financieras, explotación de minas e información y comunicaciones”.
De acuerdo con el reporte la industria manufacturera registró una variación de -5,9 %, mientras el comercio al por mayor presentó -0,8 %.
El decaimiento
Al respecto, el exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, dijo a EL NUEVO SIGLO, que el resultado del primer trimestre, “es una muestra palpable del decaimiento que trae la economía. Si no se tiene en cuenta la administración pública (burocracia) el crecimiento no solo sería pobre, sino negativo. Se están apagando los motores de la economía”.
Mientras tanto, el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dijo a este Medio de forma concluyente, refiriéndose al Gobierno: “sigan así dándole palo a la economía. La tienen en estado COMATOSO. De ahí comemos y vivimos TODOS”.
A su vez, el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, reveló a este Diario que “con este resultado se completaron cuatro trimestres de estancamiento económico, que son un llamado de alerta para el país. Por el lado de la demanda, se observa un relativo estancamiento del gasto de consumo final, con una tasa de 0,4 % para el primer trimestre de 2024 y, dentro de este, el consumo de los hogares creció 0,6 %, mientras que el consumo final del gobierno, registró una tasa negativa de -0,7 %, lo que se relacionaría con la baja ejecución presupuestal”.
Manifestó el dirigente que “preocupa en particular, el comportamiento de la inversión que se refleja en el indicador de formación bruta de capital, el cual cae en el primer trimestre (-13,4 %), y en particular, en la caída de -6,5 % en la formación bruta de capital fijo. Conviene anotar que la formación bruta de capital incluye tanto inversión como inventarios”.
Política de reactivación
Ante esta situación, Mac Master reclamó: “consideramos que el Gobierno nacional debe enviar señales de confianza y certidumbre jurídica para que el sector empresarial ponga en marcha proyectos de inversión productiva y, a través de estos proyectos, se dinamice la economía y se generen más oportunidades de empleo”.
Indicó que “así mismo, insistimos, una vez más, en que se debe crear e implementar con urgencia una política de reactivación económica que envíe un mensaje de optimismo y nos permita pensar que el país se dirige hacia una senda de crecimiento sostenible, distinta a la perspectiva actual en la que se proyecta que el PIB nacional crecería solo entre el 0,5 % y el 1 % en todo el 2024, una cifra que no es suficiente para que el país avance hacia la dirección que todos queremos”.
Mientras tanto, el presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), Guillermo Herrera Castaño, señaló que los resultados del PIB nacional también reflejan la crisis de confianza que enfrenta la economía, que han impactado los niveles en la inversión agregada y en vivienda. “Cuando se analiza la inversión en vivienda en el primer trimestre del 2024 se observa una caída de -6,8 %. Como porcentaje del PIB (3,78 %), este nivel de inversión en vivienda es el más bajo desde el 2005 para un primer trimestre, descontando la pandemia”.
Herrera afirmó que “las unidades licenciadas durante el primer trimestre del 2024 cayeron 35,7 %, con contracciones más marcadas en el segmento VIS (-51,8 %). Las cifras del DANE confirman los diagnósticos realizados por Camacol, así como la necesidad de implementar una estrategia de reactivación que permita revertir los malos resultados comerciales y de actividad, y evitar que se sigan perdiendo empleos”.
El estancamiento
El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, dijo a EL NUEVO SIGLO, que “definitivamente continúa el estancamiento de la actividad económica. Es preocupante por supuesto lo que está pasando con la industria, que en el primer trimestre de este año tuvo una caída del 4,7 %”.
Sostuvo Mejía que “no creemos que se deban impulsar medidas por el lado de la demanda, más allá de lo que viene haciendo el Banco de la República, que es continuar reduciendo la tasa de intervención para abaratar el costo del crédito e impulsar el crecimiento de la demanda agregada tanto de los hogares como de las empresas”.
Recomendó al Gobierno que “desde la política pública acelerar el crecimiento, primero con la adecuada ejecución del presupuesto que continúa por debajo del promedio histórico de los últimos cinco años y en ese sentido es fundamental que el gobierno pueda acelerar ese ritmo”.
Al mismo tiempo, el director de Fedesarrollo, sostuvo que, como segundo factor, “tiene que ver con eliminar los factores de incertidumbre que ha sido una barrera especialmente frente al crecimiento de la inversión, de la formación bruta de capital”.
Agregó Mejía que “lo que se requiere en este momento es claridad en las reglas de juego, certidumbre para la inversión pública y, por supuesto, para la inversión privada”.
A su turno, el centro de pensamiento, ANIF, dijo sobre el resultado del primer trimestre que “este insípido crecimiento obedece a la dinámica positiva que se observó en los dos primeros meses del año de los servicios sociales y de las actividades agropecuarias, la cual fue contrarrestada por las fuertes contracciones de la industria y el comercio, que siguen en terreno negativo. De manera similar, por el lado de la demanda, la formación bruta de capital y las importaciones mantuvieron su tendencia negativa. Con los datos del ISE año corrido a febrero (con una variación de 2,2 %), el primer trimestre tenía un buen augurio, pero el buen desempeño se vio opacado por la contracción de marzo (-1,5 %), que contrarrestó la dinámica positiva del trimestre en 0,5 %”.
Sostuvo el presidente de ANIF, José Ignacio López, que “vemos que la dinámica económica sigue débil, debido al bajo desempeño de los principales sectores productivos y generadores de empleo como la industria, la construcción y el comercio, conforme a la menor demanda por parte de los hogares y los bajos niveles de inversión. Creemos que los siguientes trimestres tendrán un comportamiento similar al primer trimestre, repuntando hacia el segundo semestre del año para tener un cierre cercano al 1,1 % anual”.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en su cuenta de X dijo: “¡Mejoran perspectivas de crecimiento para 2024! En el 1T, el PIB desestacionalizado (sin festivos, entre otros) fue de 0,9 %. El 1T-2024, frente al 4T-2023, avanzó 1,1 %. En su serie original, la economía creció 0,7 % anual”.
A la deriva
Por su parte, Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia, dijo: “El crecimiento económico completó cuatro trimestres consecutivos con variaciones anuales cercanas a cero. De hecho, cuando se revisa el nivel del PIB ajustado por estacionalidad, su valor prácticamente es el mismo desde mediados de 2022. Esto es, la economía tiene casi 18 meses sin crecer, si bien mostró un ligero impulso al inicio del año”.
Sostiene que “el resultado del trimestre fue de más a menos, siendo marzo el mes con la menor actividad dentro de los tres meses, tanto en términos anuales (enero 1,4 %; febrero 2,2 %; marzo -1,5 %. En este último, se dio un efecto calendario negativo: la presencia de menos días hábiles que en 2023, ante la presencia de Semana Santa. Fue destacable (y preocupante) la desaceleración del sector manufacturero que, en marzo, cayó a dos dígitos (-10,8 % anual) y en el total del trimestre también tuvo un desempeño muy negativo (-5,9 % anual)”.
Sostuvo el analista que “la inversión sigue siendo el componente del PIB que más preocupa, no solo por sus efectos negativos en el corto plazo, arrastrando a la baja el PIB del país, sino también, porque condiciona la capacidad de crecimiento a largo plazo. Sin inversión es difícil pensar en que el crecimiento potencial del país se puede expandir en los próximos años”.