Economías latinas 2024: crecieron exportaciones regionales | El Nuevo Siglo
SEGÚN informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones regionales de América Latina y el Caribe crecieron, para 2024, un 4.1%. /Foto archivo AFP
Viernes, 17 de Enero de 2025
Giovanni Reyes

De conformidad con cifras dadas a conocer recientemente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones regionales de América Latina y el Caribe crecieron, para 2024, un 4.1%. Ha aumentado el total de ingresos de los productos que la región vende en los mercados internacionales. Aunque también ha influido esencialmente el “quantum” o cantidad exportable. Los precios de las exportaciones regionales habían caído un 1.6% durante 2023.

Por otro lado, por el de importaciones, también es importante tener presente que las mismas se expandieron un 3.2% durante el año recién finalizado. En este sentido, las importaciones se habían contraído significativamente, un -6.85% durante 2023. 

Tómese en cuenta que las cifras en positivo de las balanzas comerciales pueden lograrse no sólo por el crecimiento neto de las exportaciones, sino también por lo que sería una importante contracción de importaciones para los diferentes países, las subregiones y para la región latinoamericana en su totalidad.

Para 2024, en general, la expansión de los resultados netos de exportación se debió a las cantidades de productos que se vendieron.  Para muchos de los componentes de la oferta exportable los precios tendieron al estancamiento, en el mejor de los casos. Con ello se estaría confirmando la teoría Prebisch-Singer, según la cual, muchos de los países emergentes -a medida que transcurre el tiempo- tienden a ver como decaen los precios de sus productos de exportación, a la vez que los bienes que importan tienden a ser más caros.

Uno de los retos más importantes que debe enfrentar Latinoamérica y el Caribe es transformar, innovar la naturaleza de sus exportaciones, haciendo que las mismas tengan un mayor valor agregado. Que se pueden exportar bienes con más procesamiento, que nos vayamos desligando de la venta de productos poco elaborados, muy relacionados con la venta de materias primas, más en crudo.

Por otro lado, el teorema de Stolper-Samuelson nos ayuda a reconocer los avances necesarios en productividad, competitividad, valor agregado de exportaciones y con ello el mayor nivel de ingreso exportador para los países.  El estudio clásico que permite ver esta secuencia, estos procesos de desarrollo y de mejor inserción en los mercados foráneos -aunque desde luego no el único caso- se refiere a la transformación y revolucionaria innovación de la oferta exportable de Japón luego de la Segunda Guerra Mundial.

Tal y como el mismo documento del BID lo establece, “el balance de los riesgos para el comercio regional se mantiene equilibrado y las proyecciones apuntan a un crecimiento más bien limitado, en un marco de alta incertidumbre sobre la economía mundial”. La referencia en este caso se hace en función de la no sostenible tasa de crecimiento de las economías de Estados Unidos, Europa, China e India.

Tres factores estarían afectando al respecto.  Primero, la llegada de Donald Trump, de nuevo, a la Casa Blanca, con todas las incertidumbres que conlleva este dado en el aire.  No se tiene muy claro cuál puede ser el conjunto de medidas que concretamente se aplicarían, y si las mismas tendrían una articulación en el corto o medio plazo. Segundo, los efectos de las guerras o conflictos actuales: Gaza, Ucrania, Rusia, Nagorno Karabaj, Sudán. Tercero, la expansión de comercio internacional con una política que puede ser más aislacionista por parte de Washington.

El comportamiento del comercio exterior en general y de las exportaciones en particular tuvo diferencias en función de las subregiones. De manera fundamental, el incremento de los volúmenes de exportación de las economías sudamericanas fue factor esencial en la explicación de los números regionales.

Los envíos desde México tuvieron un repunte (4.1%). Como se sabe, esta economía tiene en un 87% de sus productos, como destino a Estados Unidos. El Caribe también tuvo importante recuperación de exportaciones, las mismas aumentaron en esta subregión un 18% en 2024, luego de una caída notable, de casi 15% durante 2023. 

En este caso, en especial en las economías de mercados más pequeños del Caribe, la dependencia se sitúa con mayor énfasis en el turismo; casos de texto al respecto están constituidos por los de Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Aruba, Bonaire, Curacao y San Kits y Nevis. En Centroamérica, en general, las exportaciones tendieron a mostrar estancamiento, más que cifras de incremento sobresaliente (aumento de 0.1%).

Además de México, los mejores resultados ocurrieron en Sudamérica donde las ventas al exterior aumentaron 4.0%; venían de una caída de este indicador en 2023 de 4.4%.  En este caso, los volúmenes exportados aceleraron su comportamiento, pasando de 3.6% en 2023, a 6.9% en 2024. Todo ello a pesar de que los precios de los productos tendieron a contraerse.  De nuevo, estos aumentos se lograron con base en los volúmenes de exportación, más que a la factura que se tuvo en los mercados internacionales.

Específicamente los productos que tendieron a contraer sus precios en los mercados foráneos fueron: soya en -22%; azúcar -14%; hierro -9%; petróleo -3%; por otro lado, marcando un notable contraste, también hubo aumentos de precios, tales los casos de café –expansión de un 57%; y el cobre, con aumentos de precio de 9%.

Es indudable, tal y como el informe del BID concluye, la región latinoamericana debe hacer esfuerzos en función de que el comercio internacional continúe siendo un motor clave para el crecimiento económico. Para ello, las medidas incluyen fomento de reformas que fortalezcan las inversiones productivas. Se trata de fortalecer las economías en cuanto a productividad y competitividad, facilitando el comercio y las inversiones en la economía real.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor Titular, Escuela de Administración de la Universidad del Rosario