Lionel Messi logró una meta más en su carrera de ensueño: su Argentina venció 1-0 a Brasil este martes en el mismísimo Maracaná y quebró la invencibilidad histórica como locales de los pentacampeones del mundo en la eliminatoria sudamericana.
El astro, de floja actuación, y sus compañeros dieron un nuevo golpe en el legendario estadio de Rio de Janeiro, donde el juego tuvo un retraso de casi treinta minutos debido a incidentes entre hinchas argentinos y la policía en las gradas.
En el escenario en el que perdió con Alemania la final del Mundial-2014, el capitán albiceleste amenazó con no jugar y regresó junto a los suyos a los vestuarios, pero finalmente retornaron al campo cuando los ánimos ya se habían calmado.
En aquella grama ya había vencido a la Seleção en la final de la Copa América-2021, rompiendo 28 años sin títulos para los argentinos y abriendo espacio a la conquista de Catar-2022.
A los 36 años, en la que quizás fue su última visita al templo futbolístico, donde fue aplaudido cuando sonó su nombre en los parlantes, derrumbó una marca custodiada a sangre y fuego por Brasil: nunca había perdido en casa por la clasificatoria mundialista, en la que debutó en 1954.
La victoria, con un golazo de cabeza de Nicolás Otamendi (63), tiene sabor a gloria para los campeones mundiales, pues además de quebrar un hito, agravó la crisis del equipo que dirige Fernando Diniz, diezmado por las bajas de los lesionados Neymar, Vinícius Jr y el capitán Casemiro.
Sin magia ni chispa, los locales pudieron haber visto el último partido oficial de Diniz como seleccionador brasileño. La clasificatoria se reanudará en septiembre de 2024, cuando el italiano Carlo Ancelotti ya debe haber asumido el comando 'amarelo', según garantiza la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Alta tensión
Con 68.000 espectadores como testigos, ya sin las elevadas temperaturas que azotaron a Rio en los últimos días, la 'Canarinha' encajó por primera vez tres derrotas consecutivas en el premundial, tras los reveses con Uruguay (2-0) y Colombia (2-1).
Con todo y la derrota ante su mayor rival, parece difícil que se quede fuera del Mundial-2026: Sudamérica tiene seis cupos directos y otro más a una repesca.
El mazazo, sin embargo, la dejó parcialmente en la sexta posición de la eliminatoria, con siete puntos en seis juegos, lejos de la Albiceleste, que cerrará 2023 en la punta, con 15 de 18 unidades posibles.
El nuevo asalto de los hombres de Lionel Scaloni al Maracaná, un bálsamo después de haber perdido la imbatibilidad con Uruguay (2-0) la semana pasada, en Buenos Aires, fue un latigazo en la segunda casa de Diniz.
Allí, a principio de mes, conquistó la Copa Libertadores con Fluminense, el club cuya dirección técnica compagina con la del combinado nacional.
El duelo comenzó con los ánimos caldeados debido a los incidentes en las gradas que dejaron al menos un aficionado herido, según observó un periodista de la AFP.
La situación hizo recordar el anterior superclásico disputado en Brasil, el 5 de septiembre de 2021, en Sao Paulo.
Entonces, agentes de la agencia de salud brasileña interrumpieron el juego buscando a jugadores argentinos a los que señalaban de haber violado las normas anticovid. El choque fue suspendido y cancelado casi un año después.
La tensión de las plateas se trasladó al césped. En el primer tiempo prevaleció el juego duro, con apenas una chance clara de gol: un remate de Gabriel Martinelli (43) que el zaguero Cristian Romero despejó cerca de la línea final.
"Olé" en las gradas
Para el regreso del entretiempo la Seleção quedó más diezmada con la salida del capitán Marquinhos por una aparente dolencia física. Aunque los de Scaloni, con un Messi ausente, tuvieron problemas para forzar a su reemplazo, Nino.
Los brasileños en cambio graduaron de figura al portero Emiliano Martínez con una atajada heroica a Martinelli (58) en un cara a cara tras un contragolpe.
Pero Argentina tiene aura desde la conquista de la Copa América-2021 y, en su primera opción de gol, derrumbó la valla de Alisson con un tiestazo de Otamendi al ángulo en un córner cobrado por Giovani Lo Celso, novedad en la titular.
Diniz quemó todas las sustituciones e inclinó un poco la balanza a su favor.
La salida de Messi (78), sustituido por Ángel Di María, le ayudó como empujón psicológico. Pero la tribuna no lo sintió igual y empezó a abandonar el estadio a falta de diez minutos, justo después de que el volante Joelinton, quien ingresó por el defensa Gabriel Magalhaes (72), fue expulsado por golpear a Rodrigo De Paul en el rostro.
La Albiceleste controló las intentonas brasileñas y sostuvo el marcador para hacer historia de nuevo, esta vez a costa de la 'Canarinha' de Diniz, que escuchó a su propia afición cantarle el "olé".