El covid-19 aquí está, se queda y permanecerá no sólo en Colombia sino en el mundo por muchos meses más. Sin embargo, el terreno que se le ha ganado restándole velocidad de contagio y letalidad permitirá que el país -como se está haciendo globalmente- restablezca la movilidad plena en todos sus frentes para adoptarnos a lo que han bautizado como 'nueva realidad'.
A cinco meses de decretada cuarentena preventiva obligatoria, Colombia se apresta este martes a iniciar un desconfinamiento pleno con, afortunadamente, un impacto del virus muchísimo menor al previsto, pero que sin embargo tiene al país dentro de los diez países con mayor afectación en el mundo. Y, es por esa misma razón, que las alarmas se mantienen encendidas, ahora que con excepción del regreso a clases en colegios y universidades, los ciudadanos retoman sus actividades laborales y comerciales.
Presente a lo largo y ancho del territorio nacional, ya que el coronavirus hace presencia en más de 1.200, ha venido ralentizando su capacidad de propagación gracias a las políticas sanitarias adoptadas. Así del 2,68% con que arrancó a comienzos de marzo, bajó al 1,11% la semana anterior, última fecha de medición. La disminución en la letalidad también ha bajado y se mantiene en dicha tendencia, según los registros, ya que si tomamos de domingo a viernes, los fallecimientos por el virus fueron inferiores a los 2.000, cifra que se sobrepasó -en este mismo periodo de referencia- la última semana de julio.
El país se alista para enfrentar este desconfinamiento masivo y la 'nueva realidad' de aprender a convivir con el covid-19, cuyo repunte puede evitarse en la medida en que se observe rigurosamente el autocuidado, los protocolos de bioseguridad y se eviten desplazamientos innecesarios. Pero veamos cómo llega el país a esta fase:
1. Muy lejos de las proyecciones iniciales. El decreto 417 del pasado 17 de marzo, cuando el Gobierno declaró la emergencia económica, social y ambiental por la pandemia del covid-19 proyectaba, con el Rt de ese momento (2,68%) que se darían en el país 3.989.853 de casos, de los cuales, el 81,5% (3.251.730) serían leves y el porcentaje restante, 728.123 corresponderían a críticos y severos, de los que un 13,8% requeriría tratamiento en las Unidades de Cuidado Intensivo, UCI. Al pasado viernes, el acumulado de contagios era de 590.520 (85% menos de los previstos), los pacientes en UCI solo el 1%, los fallecidos totalizaban 18.769 y los recuperados casi 430.000. Mientras, los casos activos eran 140.926, casi 15.000 menos que el viernes inmediatamente anterior.
2. Freno al Rt. Si bien no se puede hablar de una curva epidemiológica nacional porque el virus ha tenido un comportamiento muy disímil en las regiones, es evidente que el número de reproducción efectivo del mismo ha caído drásticamente y, ello se refleja en los reportes diarios de nuevos positivos. Tras cerrar julio con contagios por debajo de los 10 mil, comenzó una escalada que tuvo su pico el pasado 19 de agosto con 13.056. De allí empezó a bajar, rompiendo la barrera de los 10.000 dos días después, siguiendo con unos mínimos sube y baja, hasta ubicarse en 8.498 el viernes, una de las más bajas de este mes. Ello porque el Rt en la mayoría de las principales ciudades, bajó a 1,11%.
3. Panorama regional. A casi seis meses del primer caso del virus en el país, el escenario nacional es disímil, pero se puede ver que la mayoría de las regiones parecen haber pasado el pico de la pandemia. Ejemplo de ello son Bogotá, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Amazonas, Valle, Cauca, La Guajira y Chocó, los primeros impactados, en marzo con el coronavirus y que, tras las medidas sanitarias, ahora marcan clara tendencia a la baja tanto en contagios como en fallecidos.
Otros departamentos como Antioquia, Nariño, César, Sucre y Córdoba parecen estar en meseta epidemiológica, mientras el resto, especialmente Santander, Norte de Santander, Huila, Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Risaralda y Quindío escalan fuerte o están en la cima. Por su parte, con acumulados de positivos muchísimo menores pero también en ascenso se encuentran Arauca, Vichada, Vaupés, Guaviare, Putumayo y Casanare. Y, definitivamente la capital del país, que ha estado a la cabeza tanto de afectados como de fallecidos, en la última semana ha mostrado una drástica reducción en ambos registros, con cifras que no marcaba desde mediados de julio.
- De su interés: Primer fallecido por Covid en San Andrés
4. Letalidad se concentra en mayores de 65 años. Desde final de abril, cuando el país ya registraba 236 fallecidos se confirmó que en las personas de 65 años o más, debido a sus patologías de base, el covid-19 tenía altísima probabilidad de ser letal. Y, con el paso de los días, las cifras fueron reafirmando esa premisa. Tomando del 30 de mayo a este viernes 28 de agosto, fueron 11.290 los decesos en ese grupo etario, es decir el 62% del total registrado.
Aunque muchos se reportaron como “caso en estudio”, también se evidencia que la hipertensión arterial, seguida de diabetes, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la enfermedad cardiovascular y la enfermedad renal fueron las comorbilidades de mayor relevancia.
El 1% de los fallecidos eran fumadores. Al mirar las defunciones en los otros grupos de edad se tiene (en el mismo período de análisis): De 0 a 9 años: 3; de 10-19 (25); 20-29 (195) 30 a 39 (527) 40 a 49 (1.177), 60-59 (2.495), 60-61 (1.882), 65 a 99 (11.290) y 31 centenarios, de los cuales 17 eran mujeres. El de mayor edad fue un hombre de 107 años, cuya defunción fue el 27 de julio, en Popayán.
5. Emergencia en salud pero no colapso. El gran temor de un desborde en el sistema de salud, atizado por la falta de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) para atender a los previsibles miles de afectados por un virus tan desconocido como poderoso pudo disiparse gracias a las políticas sanitarias, la consecución de ventiladores y las donaciones internacionales.
Si bien en marzo, abril y parte de mayo la mayor preocupación era quedar sin capacidad de atención en las UCI, el esfuerzo del Gobierno central, así como de varios regionales y la colaboración internacional (donó desde trajes de bioseguridad hasta respiradores),sortearon la situación prontamente con éxito.
Así mismo, la adecuación hospitalaria que se logró también incidió en mejor el control a la pandemia. Con la mayor realización de pruebas PCR y posteriormente de antígeno, hizo posible que se detectaran pacientes asintomáticos o gran cantidad de casos donde apenas estaba iniciando el proceso infeccioso del virus. Ello se evidencia en que el mayor porcentaje de afectados, un 86% no necesitaron hospitalización.
Colombia se apresta a entrar en una nueva fase. La cuarentena se acaba pero el virus sigue y eso es lo que cada uno debe tener presente porque si no se cumplen las mínimas normas (higiene, bioseguridad, distanciamiento) el repunte de la pandemia podría ser más fuerte y letal.