
LA NEGOCIACIÓN del Gobierno con el Eln pareció quedar en un punto muerto tras la decisión del presidente Petro de suspenderla por los graves hechos de violencia en los últimos días en el Catatumbo, en Norte de Santander, en los que se vio involucrado este grupo armado por la guerra que libra con las disidencias de las Farc. La delegación del Gobierno en los diálogos advirtió que reanudar conversaciones solo será posible si esta organización decide caminar hacia la paz.
El presidente Petro anunció en la red X que “lo que ha cometido el Eln en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el Eln no tiene ninguna voluntad de paz”.
A renglón seguido, la Delegación del Gobierno nacional en los diálogos de paz indicó en un comunicado que ahora que se preparaba una reunión para retomar la conversación sobre temas como la participación de la sociedad civil, el cese el fuego y la proyección del proceso de este año, “el Eln desata una cruenta ofensiva en la región del Catatumbo cuyo blanco son los líderes sociales, los firmantes de paz y en general la población civil”.
Anunció la Delegación que siguiendo las instrucciones del presidente Petro, “a partir de este momento están suspendidas las negociaciones con el Eln; que cualquier reanudación solo será posible si el Eln se decide caminar hacia la paz. Se buscarán mantener las dinámicas humanitarias y están abiertos los canales para que el Eln comunique su decisión”.
Planteada así la situación podría pensarse que la negociación con el Eln está muerta porque por sus antecedentes parece poco probable que cambie de actitud, pues desde que se instaló la mesa con el Gobierno en noviembre de 2022, no ha hecho más gestos de paz que un par de cese el fuego que acordó.
Mientras tanto, no ha dejado de secuestrar, extorsionar, reclutar menores, atentar contra la Fuerza Pública y la población civil, como esto último hizo decretando varios paros armados en el Chocó, el más reciente en diciembre pasado cuando los habitantes del departamento tenían el agua al cuello por una fuerte temporada de lluvias.
Sin embargo, no se puede descartar de plano que el Gobierno quiera darle otra oportunidad al moribundo proceso, hay que recordar que ya lo había suspendido en septiembre pasado tras el ataque que hizo el Eln con cilindros bomba a la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó dos militares muertos y 29 heridos.
En esa oportunidad el presidente Petro fue tajante en señalar que “prácticamente es una acción que cierra un proceso de paz con sangre, y es como un eterno devenir, silenciar a una parte del pueblo y seguir en guerras y matándonos entre nosotros una y otra vez como si esa fuera nuestra historia”.
Entonces el Eln acusó al Gobierno de incumplimientos por negociar por fuera de la mesa con un frente suyo que se hizo disidente, Comuneros del Sur, y responsabilizó al jefe de Estado por la crisis del proceso.
A lo que el presidente Petro respondió abriendo la puerta a la posibilidad de reiniciar los diálogos. “Si el Eln no quiere romper el proceso de paz, dígalo. No se silencien, que la paz es para gritarla y la violencia para enterrarla”, dijo el mandatario.
En el mismo sentido, Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), lamentó que los actos violentos del Eln interrumpan los esfuerzos por construir una paz estable. En su cuenta de X, señaló: “Lamento profundamente que los esfuerzos por una Colombia en paz se vean truncados por actos violentos como el de Catatumbo. La suspensión de los diálogos con el Eln es una decisión difícil, pero correcta. Es imperativo que los grupos armados demuestren una real voluntad de paz y cese la violencia que tanto dolor ha causado al pueblo colombiano".
En la primera semana de noviembre pasado, se concretó una reunión de las delegaciones del Gobierno y el Eln para analizar la difícil situación del proceso y buscar la forma de reiniciar el diálogo. Este acercamiento fue también posible por el concurso de los países garantes y acompañantes, la Iglesia Católica y Naciones Unidas.
En esa oportunidad el Eln manifestó interés en que se descongele la mesa y sostuvo que tiene voluntad de paz. Además, en un documento planteó 13 principios, como es avanzar lo máximo posible a 2026, que es cuando finaliza la administración Petro, y un nuevo modelo de negociación implementando lo que se va acordando.
Con ese nuevo ambiente las delegaciones del Gobierno y el Eln preparaban una reunión para reactivar la mesa este mes o a más tardar en febrero próximo en una sede por definir, que podría ser Caracas. Sin embargo, nuevamente el presidente Petro suspende el proceso por los violentos acontecimientos de los últimos días en el Catatumbo.
La pregunta ahora es si con ello la mesa de diálogos está muerta o si el Gobierno en unas semanas le da una nueva oportunidad. Mientras tanto para distintos sectores políticos y buena parte de la opinión pública el proceso no lleva a ninguna parte porque entienden que el Eln no tiene voluntad de paz.
Alerta de Defensoría
La Defensora del Pueblo, Irís Marín, señaló que la situación que hoy se presenta en el Catatumbo ya había sido alertada por el organismo humanitario desde noviembre.
"Lo que se está presentando en el Catatumbo es de extrema gravedad. La Defensoría del Pueblo había alertado varias veces y había emitido una alerta de inminencia en noviembre. Hoy tendremos que reportar su consumación", indicó la funcionaria en su cuenta de X.
En su comunicado, también agregó que "se reportan más de 30 personas muertas según información en confirmación, al menos cinco firmantes de paz asesinados, 10 heridos, líderes han sido asesinados o se encuentran refugiados, secuestros, niños sin acompañamiento o personas con discapacidades fuertes sin poder huir, desplazamientos forzados, confinamientos, inclusive de profesores que se alistaban para el inicio de clases".