Sin tregua
Hay algo ingenuo en la forma en que nos acercamos al conflicto como sociedad. Pensar en una “tregua navideña” es hacer la vista gorda a nuestra realidad, es como sentarse a hacer un picnic en un rincón tranquilo, cuando en realidad se está en medio de un monumental incendio.
Defiendo la posición de aquellos que no avalan la tregua navideña, y en medio de lo cínico que me siento escribiendo esto desde la comodidad de un escritorio voy a explicar mi punto: