Enmarcados
Guiados por una especie de instinto necrófilo, algunos sectores se desgarran pidiendo diálogo y solución negociada del conflicto cada vez que las Farc ejecutan una matanza.
Honran con ello al criminal que, lejos de percibir como reprochable su conducta, se solaza al constatar que el terrorismo reporta réditos políticos al perpetrador, y que a mayor sevicia más fuerte es el llamado a “negociaciones de paz”.