Hay 5 trillones de piezas plásticas que están atrapadas en la gran isla de basura, y que gracias a este invento, tendrían los días contados.

HACE cinco años el mundo quedó anonadado con la brillantez de un joven de 16 años que se hartó de ver los océanos contaminados y decidió que era tiempo de limpiarlos. Su nombre es Boyan Slat y después de que los medios de comunicación de todo el mundo pusieran su lente sobre él y su proyecto de ciencias del colegio, la cual era una máquina con la capacidad de recoger las toneladas de basura que flotan sin rumbo en los océanos, los 300 dólares en su bolsillo se convirtieron en más de dos millones, convirtiéndose así, en una de las mayores apuestas ambientales en la historia de la humanidad.

En la época en que se empezó a implementar el primer plan de limpieza de los océanos no había una diagnóstico real de los niveles de contaminación marítima, por lo que ese monto recaudado y el interés de un buen número de científicos e ingenieros voluntarios, se convirtieron en  el “primer tornillo” de la expedición que iba a descubrir y entender de primera mano un problema que, hasta entonces, nadie había querido enfrentar.

Los resultados fueron contundentes, dramáticos y hasta escalofriantes. En la primera travesía por el Atlántico norte, donde se encuentra la isla de plástico más grande del mundo, que actualmente ya tiene el tamaño de Colombia y Venezuela juntas, se halló un monstruo flotante de una dimensión de 80 millones de Kg.

Lo realmente escandaloso fue la cantidad de microplástico que se encontró. Aunque no se sabe con precisión el aumento de partículas que se han ido descomponiendo sin control alguno, es claro que se ha disparado dada la cantidad de plástico que se arroja desde las costas a diario.

De hecho, este fenómeno se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchos gobiernos, no solo porque con el paso de los años se hace más difícil recolectarlo, o porque deteriora la vida marina, sino porque ya ha penetrado la cadena alimenticia y gran parte de lo que consumen los humanos ya está plagado de este contaminante.

“The Ocean Clean Up”

El pasado 22 de marzo “The Ocean Clean Up”, la empresa constituida por Slat, entregó el compendio de todo lo que encontraron mientras navegaron, rodearon y examinaron el también llamado “parche de basura”, el cual se encuentra entre California y Hawai y que ya cuenta con una masa que ronda entre las 80.000 y las 100.000 toneladas.

Mientras se llevaba a cabo la investigación, el equipo también iba perfeccionando los detalles de ‘System 001’, el primer ejemplar de la “aspiradora mágica” con la que se pretende sacar del gran charco todos los grandes elementos plásticos de la isla y gran parte del material microparticulado que flota a mayores profundidades.

El sueño de ese joven holandés gracias a los 31 millones de dólares en donaciones y el trabajo del equipo de científicos que lo acompañan, ya encendió los motores y emprendió su travesía rumbo a exterminar ese monstruo de plástico. System, el cual funciona como un flotador gigante en forma de “U”, empezó sus labores.

Para muchos, este momento es un hito en la historia o al menos de esta generación, pues se convierte en la primera acción contundente para frenar la contaminación a gran escala. En pocas palabras, se dejó el discurso a un lado y se emprendió un verdadero plan que tiene como foco eliminar los 5 trillones de piezas de plástico que hay hoy.

System abrió la puerta para que este modelo siga aumentando su escala y las metas de limpieza se logren e menos tiempo de lo que se espera, pues de no tomar medidas con urgencia, como se dijo anteriormente, la salud de los seres vivos de todo el planeta podría verse afectada.

Esta iniciativa marca el inicio de lo que podría ser una nueva era en la que el hombre enfrenta las consecuencias y dilemas ambientales ignorados por años. Más sin embargo, en esta carrera el enemigo es el tiempo y aún quedan cuatro océanos por limpiar.

¿Cómo funciona?

Para eliminar en cinco años la mitad de residuos del “gran parche”, la expedición viaja en barco desde San Francisco hasta el lugar programado, allí se despliega el flotador (dependiendo de la cantidad de plástico que haya). Como es un sistema pasivo, la gran U está a la espera de que las corrientes de aire arrastren los desechos para que así los pueda almacenar. Al estar de vuelta a la costa, se recicla y se convierte en plástico de alta calidad, para convertirlo en materia prima de casas, parachoques de carros, teléfonos y muchos más elementos. Es decir, es una limpieza autosustentable.