Los líderes de la OTAN se han comprometido a invertir como mínimo el 2 por ciento de su PIB en gasto militar, reconociendo a su vez que será necesario ir más allá de este listón ante las necesidades que genera el nuevo entorno de seguridad en relación con la invasión rusa de Ucrania.
Así lo recoge la declaración de la cumbre de Vilna, en Lituania, en la que los 31 aliados prometen invertir "al menos" el 2 por ciento y reconocen la necesidad de llegar "urgentemente" a este umbral para "cumplir de forma sostenible con los compromisos como aliados de la OTAN".
Este compromiso renueva el alcanzado en la cumbre de Gales en 2014, cuando la OTAN se puso como meta llegar al 2 por ciento en el plazo de una década. Cumplido casi ese plazo, solo 11 de los 31 aliados llegan al baremo aunque en la Organización valoran que el gasto ha crecido ininterrumpidamente desde hace una década, cuando solo tres aliados llegaban al objetivo.
Ahora la lógica es que esta cifra sea la exigencia mínima y no una perspectiva de futuro, sino una realidad acuciante. Tanto es así que el texto pactado por los líderes aliados reconoce que "en muchos casos" será necesario un gasto superior a este umbral ya que los países de la OTAN tienen que "remediar las carencias existentes y satisfacer las necesidades en todos los ámbitos derivadas de un orden de seguridad más disputado".
Junto al compromiso del 2 por ciento en Defensa, los líderes reiteran el objetivo de gastar al menos el 20 por ciento del presupuesto en equipamiento e investigación militar. "Reconocemos que esto debería cumplirse junto con un mínimo del 2% del PIB de gasto anual en Defensa", ha subrayado.
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Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN reiteran el compromiso a aportar las fuerzas, capacidades y recursos necesarios para las operaciones, misiones y actividades de la OTAN. Para ello, tendrán en cuenta los requisitos de disuasión y defensa marcados por los planes de Defensa de la OTAN, que han recibido el visto bueno de los líderes tras meses siendo confeccionado por los mandos militares de la alianza.
Todo esto va acompañado del objetivo de contar con una base industrial "fuerte y capaz" que suministre de las capacidades necesarias a los miembros de la OTAN. "Una industria de defensa fuerte en toda la Alianza, que incluya una industria de defensa más fuerte en Europa y una mayor cooperación industrial de defensa dentro de Europa y a través del Atlántico, sigue siendo esencial para proporcionar las capacidades necesarias", subraya.
De otra parte han acordado invitar a Ucrania a integrarse en la Alianza cuando cumpla condiciones de seguridad y complete reformas democráticas y en su sector de la Defensa, con el que mandan una señal a Ucrania para reforzar su perspectiva euroatlántica.
"La alianza apoyará a Ucrania en la realización de estas reformas en su camino hacia la futura adhesión. Estaremos en condiciones de cursar una invitación a Ucrania para que se adhiera a la alianza cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones", ha recogido la declaración final de la cumbre que busca ir más allá de la declaración de Bucarest hace 15 años cuando los aliados señalaron a Ucrania como futuro miembro de la Organización.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha explicado que se tendrá la lucha contra la corrupción y la modernización de las fuerzas de Defensa, para concluir que además mientras haya una guerra no es momento de integrar a Kiev.
"Hay otra dimensión y es que hay una guerra a gran escala en Ucrania y todos los aliados están de acuerdo en que mientras hay una guerra no es el momento para hacer a Ucrania miembro de la alianza", ha señalado.
Entre tanto, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ha informado la creación de una coalición de más de una decena de países para proceder al entrenamiento de pilotos ucranianos en el uso de los cazas F-16 de cara al próximo agosto./Europa Press