Vienen dos meses clave para campaña presidencial | El Nuevo Siglo
A SIETE meses y medio de las urnas la pelea por la sucesión en la Casa de Nariño entra en la etapa de definición de candidaturas
/Presidencia
Domingo, 25 de Julio de 2021
Redacción Política

La carrera por la sucesión en la Casa de Nariño sigue tomando ritmo poco a poco. De hecho, instalado el Congreso el martes pasado y definida la agenda parlamentaria prioritaria, se espera que los próximos dos meses sean determinantes para despejar el escenario de la campaña presidencial.

Aunque ya faltan apenas siete meses y medio para la primera cita a las urnas en la contienda por el reemplazo de Iván Duque, la mayoría de los partidos siguen sin tomar las decisiones de fondo y, por obvias consecuencias, la confección de las respectivas coaliciones está en veremos.

En el Centro Democrático, por ejemplo, si bien tienen casi una decena de precandidatos (la mayoría congresistas), la advertencia del expresidente y jefe natural de esa colectividad, Álvaro Uribe, en torno a que antes de arrancar campaña es necesario tener el “equipaje de reformas” tributaria, social y de seguridad, puso una especie de ‘freno de mano’ a la actividad proselitista al interior del uribismo.

De hecho, aunque en muchos sectores del partido de gobierno se daba por seguro que el exministro y excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga anunciaría en julio su aspiración para 2022 o máximo en agosto, ahora se dice que solo se lanzaría al agua en septiembre, una vez esté aprobado el proyecto de reforma de Inversión Social que el Gobierno presentó el martes pasado al Congreso.

“… Uribe fue claro: no tiene sentido hacer campaña sin tener qué mostrar… Ya tienen la ley que rebaja la jornada laboral, también el arranque de matrícula cero en universidades públicas, los incentivos a la contratación de jóvenes… Solo falta, la reforma de Inversión Social, que tiene la ampliación de Ingreso Solidario, subsidios a nómina y otros programas de asistencia a las clases más golpeadas por la pandemia… Eso, más las mejoras en materia de seguridad y orden público, es el ‘equipaje’ del que habla Uribe para empezar a hacer campaña creíble y viable… Por eso agosto y septiembre serán claves para completar el ‘equipaje’ y arrancar la campaña interna, definiendo primero cómo se elegirá el candidato…”, precisó una alta fuente uribista.

Por el momento, está visto que mientras para no pocos sectores del Centro Democrático la carta fuerte debería ser Zuluaga (siete millones de votos en la primera vuelta de 2014), otros consideran que perfiles como el de la senadora María Fernanda Cabal han venido tomando más vuelo tanto al interior como en otros sectores de centro y derecha.



Otras toldas

Pero el uribismo no es el único ‘crudo’ en materia de campaña presidencial. En el Partido Conservador las alarmas están prendidas porque en menos de dos meses perdieron a tres cartas de su baraja de precandidatos: la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez no renunció y ahora es canciller; Juan Carlos Pinzón es el embajador designado de Colombia en Washington; y el exministro Juan Carlos Echeverry se lanzó al agua pero no como aspirante conservador directo sino por la vía de las firmas, esperando recibir más adelante el apoyo de las toldas azules.

De esta forma, el conservatismo se está quedando sin cartas. Aunque se ha mencionado al exministro Mauricio Cárdenas y los senadores Efraín Cepeda o David Barguil, al primero no se le ve en plan de candidato y los segundos parecen más interesados en su reelección congresional.

Pese a ello el presidente del Directorio Nacional, exsenador Omar Yepes, sigue insistiendo en que el partido tendrá candidato propio y competirá con este dentro de la coalición de centroderecha que escogerá su aspirante único en las consultas interpartidistas de marzo 14 (día de elecciones parlamentarias). Sin embargo, muchos sectores en el partido consideran que se está pensando más con el deseo que con la realidad política.

En La U, el otro partido grande de la coalición oficialista, el tema tampoco está claro. Aunque meses atrás se habló de la aspiración del exjefe de filas, Aurelio Iragorri, para no pocos sectores su carta a jugar sería la de su directora única Dilian Francisca Toro, que ha tenido un papel clave dentro de la coalición de exgobernadores que busca abrirse camino en la campaña presidencial como bloque político emergente.

Sin embargo, este es un proceso todavía a medio camino, con un pulso de liderazgos entre varios de los exgobernadores, que también son aspirantes. También está visto que la idea inicial de sumar a los exalcaldes Enrique Peñalosa, Federico Gutiérrez y Alejandro Char no cuajó. De hecho, el primero ya se lanzó por firmas, al segundo le coquetean desde el uribismo, en tanto el tercero se debate entre este último partido o lanzarse bajo la sombrilla de Cambio Radical o un movimiento multipartidista (también por firmas) de la costa Caribe.

Incluso la posibilidad que hace dos meses se consideraba viable en torno a que los tres exalcaldes hicieran una segunda coalición de centroderecha, que le compitiera a la del uribismo, conservadores y La U, ya hoy no se ve tan clara. Con el pasar de las semanas es más evidente que cada quien apostará a dar la sorpresa en las encuestas y las urnas en pos de que el resto se le terminen uniendo para atajar a los aspirantes de izquierda y centroizquierda, Gustavo Petro y Sergio Fajardo.  

En cuanto a los partidos de origen religioso, como MIRA o Colombia Justa y Libres, es evidente que tienen poco peso político para jalonar una candidatura viable, aunque tienen nombres en el escenario, como el del senador Jhon Milton Rodríguez, para tratar de posicionarse mejor en las alianzas presidenciales y aumentar sus posibilidades de alcanzar y sobrepasar el umbral de votación para Senado y Cámara.



Todo depende…

En la orilla de los partidos que hoy se encuentran en la franja independiente tampoco hay una hoja de ruta definida. Por ejemplo, en el liberalismo, que ha arreciado su postura crítica ante la Casa de Nariño,  la mayoría de las apuestas, empezando por la de su jefe único (el expresidente César Gaviria), están giradas a que el exministro y hoy rector de la universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, acepte por fin la invitación a ser el candidato de las toldas rojas.

Sin embargo, Gaviria no da señales de querer lanzarse al agua. Si bien se ha reunido con Petro, Fajardo y otros sectores, así como con varios dirigentes liberales, todavía no se sabe si piensa postularse, pues además de los temas típicamente políticos y electorales, debe sopesar cuestiones de orden familiar, de su salud, el compromiso de largo plazo asumido con la universidad y hasta el hecho de que su esposa es codirectora del Banco de la República.

Gaviria tiene muchos pretendientes, es claro, pero debe analizar bien en dónde aterriza. Por ejemplo, el liberalismo tiene plante electoral (dos millones de votos en la elección a Senado en 2018) pero le puso menos de 400 mil a su candidato presidencial Humberto de la Calle. En cuanto a ir a las coaliciones de Petro y Fajardo, allí llegaría, máximo, como segundo a bordo y posible fórmula vicepresidencial, porque ninguno de esos candidatos, siendo realistas, está dispuesto a sacrificar su aspiración a la Casa de Nariño.

Y en cuanto a Cambio Radical la cuestión es más sencilla: todo depende de lo que finalmente decida el ex vicepresidente y jefe natural Germán Vargas Lleras en torno a si vuelve a lanzarse. Hasta ahora no ha dado señal alguna y se dice que en privado ha descartado la posibilidad. Sin embargo, es un dirigente político con peso específico y partido, que si decide entrar en la contiende moverá todo el ajedrez. Además, debe despejarse qué pasará con Alejandro Char, que hoy está en esas filas pero podría armar toldo aparte.

Como se ve, tanto en la orilla de los partidos gobiernistas como en los independientes el panorama electoral está todavía muy crudo, pero es seguro que en los próximos dos meses vendrán las grandes decisiones y el panorama empezará a aclararse. Por ahora, hay que esperar…