Una huelga de ocho días comenzó este domingo en el mayor puerto de carga de Reino Unido, último episodio de una oleada de paros en varios sectores para pedir salarios más altos frente a una inflación récord del 10%.
Al cabo de tres días consecutivos de huelgas que perturbaron los transportes, en particular el ferroviario, ahora el afectado es el gran puerto de Felixstowe.
Es la primera huelga desde 1989 en este puerto del este de Inglaterra, por el que pasan unos cuatro millones de contenedores por año.
Unos 1.900 miembros del sindicato Unite, entre ellos operadores de grúa y de máquinas, así como estibadores, cesaron el trabajo para pedir alzas salariales, en medio de una gran crisis del poder adquisitivo en Reino Unido.
La inflación llegó en julio al 10,1% interanual y podría superar el 13% en octubre, según el Banco de Inglaterra, el nivel más elevado de un país del G7.
Todo ello ha provocado una serie de paros en varias industrias británicas. El gigante de telecomunicaciones BT se va a enfrentar a su primera huelga en décadas, igual que el personal de almacenes de Amazon, el sector de los abogados penalistas, o el de la recogida de basuras.
Los precios se han disparado principalmente por las cotizaciones de gas, de las que el país es muy dependiente, y que aumentan por la guerra en Ucrania, pero también por las perturbaciones en las cadenas de abastecimiento y la falta de trabajadores, como consecuencia del covid-19 y el Brexit.
Un puerto "muy rentable"
Según el sindicato Unite, que convocó la huelga en Felixstowe, el paro tendrá fuerte impacto en el puerto, por el que transitan anualmente unos dos mil cargueros.
También justifica las demandas de mejores salarios por los elevados beneficios de la empresa.
"Felixstowe es muy rentable. Las últimas cifras muestran que en 2020 obtuvo beneficios por 61 millones de libras (72 millones de dólares)", declaró la secretaria general de Unite, Sharon Graham.
"La empresa matriz, CK Hutchison Holding Ltd, es tan rica que el mismo año distribuyó 99 millones de libras esterlinas a sus accionistas. Pueden por tanto conceder a los trabajadores de Felixstowe un aumento correcto de salario", agregó.
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La empresa, por su lado, dice haber propuesto un alza salarial que le parece "justa", del 8% en promedio, y cerca del 10% para los sueldos más bajos.
La autoridad del puerto dijo, a su vez, que "lamenta el impacto de esta acción en las cadenas de distribución británicas" y afirmó estar trabajando con sus clientes "para limitar las perturbaciones".
La huelga de Felixstowe, además de los paros registrados esta semana en los trasportes públicos, metro de Londres o correos, configuran según analistas un movimiento social que podría durar más allá del verano y extenderse a los funcionarios de la educación y de la salud, donde los sindicatos han calificado de "miserables" las ofertas de aumentos salariales.
Cabe recordar que los transportes públicos del Reino Unido también se vieron afectados este sábado por esta nueva jornada de huelgas, tras las movilizaciones del sector ferroviario del jueves y del metro de Londres el viernes, para protestar contra la fuerte inflación.
En plenas vacaciones escolares, este sábado solo circuló un tren de cada cinco en el país, a raíz de la huelga convocada por los sindicatos Rail, Maritime and Transport (RMT); Transport Salaried Staffs Association (TSSA) y Unite, que reclaman un aumento de sueldos para hacer frente al costo de la vida.
Entre tanto, el ministro de Transportes, Grant Shapps, acusado de bloquear la situación, ha culpado a las organizaciones sindicales de negarse a aceptar reformas para modernizar el sector y aseguró que estas podrían ser impuestas por la fuerza.
"Creo que los británicos están bastante hartos de que este gobierno y los empresarios británicos los estafen, con compañías como BP y British Gas registrando unos beneficios enormes mientras a la gente le cuesta ganarse la vida", declaró Mick Lynch, secretario general del sindicato RMT del ferrocarril, asegurando que el pueblo británico apoya a los huelguistas.
Se trata del mayor movimiento de huelga en décadas contra la inflación, que en julio alcanzó el 10,1% interanual y que podría superar el 13% interanual en octubre.