A comienzos de este mes el Gobierno radicó en el Congreso el proyecto que ratifica el Acuerdo de Escazú; así lo hizo saber en su momento el ministro de Ambiente, Carlos Correa. ¿Qué ha pasado desde entonces?
El anuncio se hizo desde Glasgow, en plena Conferencia Anual sobre Cambio Climático COP26. Si se aprueba este proyecto, Colombia pasaría a sumarse a la lista de países que trabajan mancomunadamente para definir estrategias orientadas a cuidar el medio ambiente, así como para velar para que haya un acceso a la información en este sentido.
Aunque el proyecto se presentó a última hora, este no va con mensaje de urgencia, lo que hará que su trámite no se atienda lo más pronto posible en conjunto. Pese a esto, el presidente Iván Duque y su gabinete esperan que sea aprobado cuanto antes.
La senadora Paola Holguín (Centro Democrático), presidenta de la Comisión, advirtió sobre las graves consecuencias que podría generar para Colombia la aprobación del tratado de Escazú.
La legisladora se refirió, especialmente, al momento en el cual no haya acuerdo entre las partes, dado que sería la Corte Internacional de Justicia la encargada de dirimir esas diferencias.
“Reitero mi compromiso con el tema medio ambiental, creo que Colombia ha avanzado mucho en materia jurídica para la protección del medio ambiente. Sin embargo, me sumo a las enormes preocupaciones de los distintos sectores productores del país, sectores como el agropecuario, minero, energético y demás sectores que se han manifestado sobre este acuerdo”, advirtió la congresista.
Proyecto oportunista
Por otro lado, Antonio Sanguino, senador del Partido Alianza Verde, dijo: “A mí me parece que el Gobierno nacional retrocede en relación con el Acuerdo de Escazú, pero al mismo tiempo mantiene una conducta hipócrita en relación con estos asuntos, porque uno es el discurso que enarbola el Presidente en los escenarios internacionales y otro es muy distinto la conducta del Gobierno nacional a nivel interno en el desarrollo y cumplimiento de compromisos internacionales. Este Acuerdo se presentó en la pasada legislatura en 2020 y a pesar de tener mensaje de urgencia y tuvo toda la legislatura para su trámite fue precisamente el partido de Gobierno y su coalición en el Senado quienes sabotearon el trámite de este proyecto de ratificación del Acuerdo de Escazú”.
Recordó que “hubo un debate nacional alrededor de que se cumpliera con este compromiso y Colombia incluso quedó por fuera de los países que tuvieron la oportunidad de que el acuerdo de Escazú entrara en vigencia”.
Le puede interesar: Juzgado suspende modificación a la Ley de Garantías
En la misma línea opinó Iván Cepeda, del Polo Democrático. “Muy seguramente va a ser archivado, a mi modo de ver es lo que ha calculado el propio Gobierno, que hace una presentación meramente formal, protocolaria, para que la imagen del presidente Duque no aparezca tan cuestionada en el plano internacional y en el plano doméstico, lo que hace es presentar un proyecto que no tiene mensaje de urgencia. Y va a languidecer como lo hizo la vez pasada. La diferencia es que esta vez no será ni siquiera con comisiones conjuntas ni en un debate que tenga alguna premura, sino que esto se va a agenda con toda la parsimonia, para evitar que se llegue a la votación que es lo que quiere el Centro Democrático, puesto que es quedar en evidencia frente a un tema estratégico como es el de contrarrestar los efectos del cambio climático y la situación de crisis planetaria del medio ambiente”.
“El acuerdo tiene cuatro componentes que son esenciales. Plantea la defensa de los líderes medioambientales, el acceso a información de proyectos que puedan tener un impacto medioambiental, la necesidad de la consulta previa con las comunidades que puedan ser impactadas con estos proyectos e igualmente la necesidad de reformar la justicia ambiental, todo eso molesta al Gobierno y a su bancada”, recordó el senador.
Senador que hundió el proyecto
También llamó la atención que un miembro de la comitiva que acompañó a Iván Duque a Escocia fuera el presidente del Senado, Juan Diego Gómez, quien muchos consideran fue la persona que ayudó a hundir el acuerdo radicado en 2020 con mensaje de urgencia incluido.
El congresista publicó un video en su cuenta de Twitter en el que se refiere a que Colombia tiene que acoger el llamado de la ONU para salvar el planeta. “Acompañamos la agenda del presidente Iván Duque haciendo grandes anuncios en materia ambiental”.
“Los ponentes consideran que el Estado colombiano no se encuentra en condiciones de cumplir a la fecha, ni en un futuro cercano, la totalidad de las obligaciones que se derivarían de la ratificación del Acuerdo de Escazú”. Así justificó Gómez, en su momento, la ponencia negativa que hizo del proyecto.
Dentro de las críticas estuvo Angélica Lozano, quien trinó: “El presidente del Senado, Juan Diego Gómez, logró hundir Escazú, incluso con mensaje de urgencia del Gobierno. Ahora Duque nos quiere hacer creer que esta vez sí pasará la ratificación del Acuerdo, cuando ni mensaje de urgencia hay. ¿A quiénes engaña?”.
Por su parte, el representante Fabián Díaz trinó: “¡CÍNICOS! Al senador Juan Diego Gómez, quien presentó ponencia negativa al proyecto que ratifica el acuerdo Escazú... de premio lo envían a la #COP26 a posar de ambientalista con Duque”.
El Acuerdo Escazú
El presidente Iván Duque, desde Glasgow, tuvo una charla con algunos ambientalistas en el marco de la COP26, en la que los jóvenes le criticaron las demoras en el trámite del Acuerdo de Escazú, a lo que el jefe de Estado justificó que el Congreso y el país deben darle una discusión profunda al tema y terminó diciendo que si en algún momento se necesita mensaje de urgencia para que avance más rápidamente, el Gobierno utilizará esa figura.
El Acuerdo de Escazú es un tratado histórico para la defensa de los derechos ambientales en América Latina y El Caribe, firmado por 15 países de la región. Este compromiso es un paso adelante para asegurar el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia ambiental en un continente con un creciente número de ambientalistas asesinados: cuatro cada semana durante el año 2017, según cifras de Global Witness.