“El país necesita nuevo marco institucional”
Al iniciarse el año empieza a agitarse el escenario político. El presidente Santos convocó a los comandantes del partido Farc y a los expresidentes Felipe González y José Mujica, con el fin de evaluar la implementación del acuerdo de paz. Las deliberaciones no fueron pacíficas. Prefirieron minimizar las diferencias en torno a los incumplimientos del gobierno y a la prepotencia de la Farc para elaborar una estrategia que les permitiera encarar las elecciones de congreso y presidencial, que se cumplirán en los próximos meses.
Al presidente Santos le corresponderá la intimidación y la arbitrariedad, que resumió en el poder que supuestamente le asiste para hacer uso de “potestades constitucionales para manejar exclusivamente las riendas de la paz”, y para posesionar a los magistrados de la JEP, antes de que la Corte Constitucional examine la exequibilidad de la ley reglamentaria de esa justicia autónoma, sin límites y carente de todo control.
De las declaraciones de Mujica y de González se desprenden las acciones políticas en los escenarios internacional y doméstico con las que se pretende reducir los niveles de ilegitimidad y rechazo del acuerdo de paz. El falso lamento de Mujica de que “si fracasa la paz de Colombia, fracasa la historia de América Latina”, constituye una convocatoria a la izquierda continental e internacional para intervenir en los asuntos que los colombianos debemos dirimir democráticamente en momentos en que esa opción política pierde pie en el continente americano. Encarna admonición que recoge la Farc para deambular por los organismos internacionales y presentar el acuerdo de paz como tratado internacional para buscar la obligatoriedad de su cumplimiento. González, por su lado, pregona la conveniencia de que los colombianos deben “centrarse ahora más en la trascendencia del acuerdo” que en el “debate sobre su contenido”, precisamente porque su contenido es el que deslegitima su trascendencia.
El Gobierno y la izquierda insisten en colocar el acuerdo de paz en el centro del debate electoral. No será fácil desconocer esa dinámica, como tampoco lo será superar los debates de izquierda y de derecha, como lo sugiere el candidato Iván Duque, porque el contenido del Acuerdo abre o cierra la posibilidad del eventual acceso al poder. Pero también es cierto que el desbarajuste que vive Colombia requiere un marco jurídico e institucional nuevo, porque, como acertadamente lo pregona Alejandro Ordóñez, “no se puede gobernar con el actual diseño institucional que hicieron Santos y las Farc”. Duque ha propuesto la elaboración conjunta de un programa común para la coalición de las fuerzas que triunfaron en el plebiscito. Sería la hoja de ruta para restituir la confianza de los colombianos en su futuro y el temario de la Asamblea Nacional Constituyente que propone Ordóñez.