Las coaliciones de Gobierno
“Dejó claro, se convocó no para ganar sino para gobernar”
DESACOSTUMBRADA, oportuna e importante la convocatoria de Germán Chica, Alto Consejero para Asuntos Políticos, a los Partidos, Centros de Estudios, Académicos y periodistas para analizar los gobiernos de Coalición en América Latina.
Según Reniu Vilamala en ese examen se deben tener en cuenta las siguientes variables: a) el número de partidos y la importancia de los socios; b) la fuerza parlamentaria; c) el momento en que se coligan; d) la ideología de los socios; e) el ámbito organizativo de los partidos; f) la estabilidad de los gobiernos; g) el rendimiento electoral.
La multiplicidad de estos elementos prueba las dificultades que hay que sortear para realizar los programas y proyectos. Una muy notoria es el recelo de las fuerzas iníciales. Casi siempre acusan de “desviacionismo” y de “traición” al Presidente, ya que pretenden el reino solo para ellos. Casi nunca tienen razón.
El Presidente explicó ampliamente la concepción de su gobierno y reconoció los obstáculos, cada vez más crecientes, de gobernar en democracia. (A nuestro sentir, este sistema nunca ha enfrentado retos desde adentro como el de los estudiantes chilenos y los “indignados” europeos). Santos dejó claro que la Mesa de Unidad Nacional se convocó no para ganar, sino para gobernar y, por lo tanto, una apreciable mayoría del 90% en el Congreso no era para abundar en dilaciones sino para aprobar las reformas acordadas. Concretamente dijo: “En la Reforma a la Justicia, se puede señalar que el camino es por aquí o por allá, pero hay que tomar decisiones. No más aplazamientos”. Resaltó, que no se trata de dimensionar el unanimismo, porque los partidos integrantes de la mesa de unidad, bien pueden insistir en sus iniciativas, aunque no formen parte de los acuerdos.
Entre los dirigentes se comentó que se debió llevar a la mesa de unidad la decisión del Ministro del Interior de financiar y avalar las investigaciones de Arco Iris. No es consecuente que, a quien transitó por la violencia, tiene una carga ideológica innegable y ejerce el anti-uribismo, se le dé, por el Gobierno, la función de certificar a los actores democráticos. El estupendo ministro Germán Vargas no es de la estirpe de los “idiotas útiles”. Pero esta vez erró el camino y si no rectifica a tiempo le puede costar muy caro.
Finalmente, se puso de presente, por autorizados expertos, que los gobierno de Lula, en Brasil y de Michelle Bachelet, en Chile, se centraron en derrotar la pobreza. El éxito obtenido en tamaña tarea se debe a que no se desviaron de ese propósito. Lo dicho: como les va a los pobres es el indicador de cómo les va a los gobiernos. Buen ejemplo para nuestra Colombia desigual. Evidentemente, la gran misión de la política es combatir la pobreza.
P.S.: La llegada del general Navas al Comando de las Fuerzas Armadas es una excelente noticia.