La alta desaprobación a la personalidad del presidente Duque contrasta con las buenas cifras de la economía que presentó el Minhacienda, José M. Restrepo, en reciente entrevista con María Isabel Rueda, en El Tiempo. La exposición clara y lúcida con números y programas precisos habla del éxito de una gestión pragmática e inteligente. Restrepo hizo un rescate oportuno de una nave que zozobraba.
A su pesar, el espíritu neoliberal sigue presente hasta en el orden de las cuentas oficiales, pues el combate a la pobreza y la creación de empleo se presentan como subproducto del crecimiento económico. Es una de las debilidades del sistema democrático. Los gobiernos siguen sin entender los crujidos de las bases sobre las cuales se han erigido. Muchos tratadistas, de los que habla con frecuencia Posada Carbó, están abordando el tema, pero en la mayoría de sus textos apenas campea la descripción del fenómeno y un sociologismo interpretativo poco realista. Sin embargo, fue un novelista quien dio en el clavo. Javier Cercas, en extensas declaraciones a medios de habla hispana, dijo: La crisis actual empezó en 2008”. Y así es: del crack financiero no se ha recuperado el mundo todavía, y menos los pobres. Ese fue el momento de regreso del Estado como actor principal en la reconstrucción de la armonía social. Pero, como lo estamos sufriendo todos, la pandemia del covid- 19 y la guerra ruso-ucraniana le han dado duro golpe a la economía de los países. La inflación se resiste a las múltiples medidas tomadas para controlarla, lo que se percibe como indiferencia del Estado.
Entre tanto, se habla de que siguen las construcciones de avenidas gigantescas, de amplias carreteras, de metros elevados y subterráneos, de grandes estadios y modernos parques, en fin, que sigue la ampliación del espacio público, pero no se mira la vida al interior de los hogares humildes, que tienen hambre y solo ven pasar raudos ese símbolo de bienestar que es el automóvil. La complejidad del momento plantea la pregunta la pregunta ¿por qué persisten las brechas sociales a pesar del crecimiento de la economía?
Es preciso anotar que el empresariado colombiano está bien consciente de la situación. En el instante convulsionado de la reforma tributaria de Carrasquilla, dio un paso adelante y expresó: “cóbrennos a nosotros”. Ahora, acabo de leer la introducción a un documento de propuestas que se hacen desde la ANDI a los candidatos presidenciales, donde se dice: “El país debe enfocarse en una estrategia claramente delimitada por dos carriles: la superación de la pobreza y el robustecimiento de la actividad empresarial.
Ninguno de los dos carriles puede funcionar independiente del otro, los necesitamos a los dos, y necesitamos que avancen a un ritmo similar. Solo de esta forma podemos pensar en un futuro sostenible desde el punto de vista económico y social. Es decir, políticas basadas solamente en desarrollo empresarial, no tendrán éxito, como tampoco lo tendrán políticas basadas solamente en desarrollo social”.
No es poca cosa que de los dos carriles se mencione primero el de la superación de la pobreza. En las que estamos, lo considero un acierto psicológico que invita a los demás actores sociales a encontrar un camino hacia la superación de tantas dificultades que deberá afrontar el próximo gobierno. Aunque no recuerdo el autor, suscribo la definición que le da título a esta nota: Democracia: gobierno a término fijo.