Discurso grandilocuente, gobernar para un nuevo mundo y ensoñación sobre el futuro: está sería la descripción más poética que podríamos hacer del primer año del gobierno Petro.
El presidente se ha embelesado escuchándose a sí mismo. En sus discursos mezcla los retos mundiales del calentamiento global, con fantasías -mal construidas-de lo que quiere hacer con Colombia -que como todo lo nuevo-, en la que considera que no hay nada. Por eso, crea, para esa nada, unas soluciones apenas esbozadas que después recogen en proyectos de ley, repletos de buenas intenciones, pero absolutamente carentes de técnica y de realidad.
Por eso, el gobierno se ha convertido en una amenaza destructiva. Desconoce la necesidad de construir sobre lo construido, la paciencia con la que la política pública se debe ajustar permanentemente y ojalá de manera ágil, para estar siempre en la solución de los cambiantes problemas sociales.
El “cambio” ha sido un bulldozer que arrasa con todo a su camino: la salud, el sector hidrocarburos, el sector eléctrico, el sector vivienda, el sector turístico, el sistema penal, la defensa nacional, las Fuerzas Armadas, el empresariado.
La seguridad en el país se ha deteriorado. El gobierno renunció a la lucha contra las drogas, firmó ceses al fuego con Eln, disidencias y grupos armados que fracasaron y que pese a ello, siguen renovándose. Benefician solo a los violentos, que han ido ampliando su control territorial, ejerciendo no solo violencia sino extorsión y hasta carnetización de los habitantes. Las fuerzas armadas están desmoralizadas y perseguidas, con un ministro que poco entiende de seguridad.
Ahora le pagaran jóvenes criminales para que dejen de matar. En el primer año de gobierno Petro, el secuestro ha aumentado en 105%, la extorsión un 30,8%, el hurto a personas un 25,8%. En lo corrido del 2023 el país ha tenido 55 masacres con 179 víctimas. Para mayo, la erradicación de coca cayó en un 87%, la cocaína incautada bajó un 18%, la heroína un 45%, la incautación de insumos solidos un 41%, y de insumos un 28%. Se estiman cerca de 20 mil hombres en armas.
La reforma a la salud, que destruye el sistema de aseguramiento, sigue su camino en el Congreso, pero el gobierno ya viene propiciando la crisis en el sector. Este año el sistema de salud quedó desfinanciado en 8 billones de pesos. Las EPS no recibirán el dinero suficiente para la compra de medicamentos y procedimientos, y no podrán pagar a hospitales y clínicas.
En el sector turismo la demolición avanza. El gobierno Petro le puso IVA del 19% a los servicios hoteleros y aumentó el IVA del 5% al 19% a los tiquetes aéreos. La ocupación hotelera estuvo entre 43,2 % y 51,3 % en semana santa, en San Andrés solo llegó al 30%. Según Anato, las frecuencias de vuelos pasaron de 5.462 en abril de 2022 a 4.713 este año. Una caída del 14%. Dos aerolíneas quebraron esperando respuesta del gobierno: Ultra Air y Viva Air.
El sector constructor lo acabó el gobierno. Petro cambió las reglas del programa “Mi Casa Ya”, destruyéndolo. Para marzo del 2023 las ventas de vivienda cayeron un 66%, en lo corrido del gobierno cayó un 41%, alcanzando las tasas de interés más altas registradas, cerca de 40 mil hogares quedaron sin recibir el subsidio de vivienda, y hay en espera unos 82 mil hogares más. En el último mes se perdieron 50 mil empleos en el sector.
El sector hidrocarburos está amenazado. La política de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación dejará al país sin autosuficiencia energética. La subida del impuesto de transferencia eléctrica del 1% al 6% en energías no convencionales como la eólica o solar generará una barrera en la transición energética. La sobretasa de impuesto de renta a las hidroeléctricas que el gobierno puso en la reforma tributaria subirá las tarifas de energía aún más durante el fenómeno del niño.
El aumento de la burocracia ha sido otro propósito de este gobierno. Crearon un nuevo ministerio- de Igualdad- con cinco viceministerios. Los gastos de personal para 2023 en todo el gobierno alcanzarán los 3,8 billones, cuando en 2022 fueron 1,5 billones. Un aumento del 153%. Esto sumado a una reforma tributaria que le quitó al sector productivo 16,9 billones de pesos.
La corrupción también ha sido el día a día del gobierno. Gran parte de su círculo cercano está investigado. Por financiamiento ilegal de la campaña, el hijo del presidente, Nicolás Petro, el gerente de la campaña, y hoy presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, uno de líderes de la campaña, Armando Benedetti. Por chuzadas ilegales, su ex jefe de gabinete, Laura Sarabia. Por entrega de contratos, el ex presidente del FNA, la ex ministra de deporte, otro ex directivo de Prosperidad Social…
El gobierno ha demostrado ser soberbio, tiránico, sordo y antitécnico.