Vuelve el progreso
Luego del caos, vuelve el orden. Esa es la dinámica del universo, que se da en todas las esferas de la vida, y la política y la administración pública no son la excepción.
Los niveles de corrupción que vamos conociendo crecen cada día más, pero ello no parece importarle mucho a la opinión pública: de hecho, el tema ocupa el último lugar en la agenda de las preocupaciones ciudadanas, de acuerdo con algunas encuestas. ¿Será que nos acostumbramos tanto a la corrupción que ya la vemos como parte natural del paisaje público? ¿Será que sentimos tanta impotencia que creemos que es imposible algún contrato sin mordida? ¿Será que estamos tan desesperanzados que no estamos dispuestos a movernos hacia el orden?
El caos de Bogotá nos puede servir para tomar acciones acertadas en el aquí y en el ahora. Una de ellas consiste en reconocer que la crisis de la ciudad no sólo ha sido responsabilidad del ejecutivo, sino que el Concejo ha tenido todo que ver en lo que ocurre en el Distrito: nunca hizo control político; falló en la elección de Contralor y Personero; y participó, mediante redes clientelistas en el saqueo de los recursos públicos. Así que resultará clave para que la ciudad recupere el orden, saber elegir tanto concejales como alcalde.
Creo que es importante ahora valorar la experiencia, acompañada de nuevas ideas. Es momento de regresar a la austeridad en el manejo de los recursos, a la honestidad a toda prueba en lo público. Y no ha habido en ello alguien mejor que Antanas Mockus.
El año pasado generamos un gran movimiento que nos devolvió la esperanza de un país más justo. Ahora, nos corresponde generar lo mismo para la ciudad, una que ya conoce muy bien la gestión de Mockus en sus dos exitosas alcaldías. Podemos retomar el rumbo del progreso con garantía de transparencia y eficiencia. Podemos corregir aprendiendo de las equivocaciones del pasado.
Mockus y su equipo hacia el Concejo, entre ellos Juan Carlos Flórez -dos veces concejal, historiador y periodista- y Fernando Medina -quien ya ha hecho parte del Ejecutivo de la ciudad, abogado y experto en temas de paz-, nos permitirán a los habitantes de Bogotá contar con personas probas, tanto en la Alcaldía Mayor como en el Concejo. Vuelve el progreso, se va la corrupción. Hemos llegado al punto en que es necesario hacer énfasis en la honradez en el ejercicio de la política, algo que debería ser una condición irrenunciable, e incluso no habría que mencionar. Es lo que hay. Así que con Antanas Mockus, la ciudad será nuevamente viable, con decencia e integridad. Eso ya lo hemos comprobado anteriormente, y no estamos para improvisar.