“Populismo tiene castada la capacidad autocritica”
Un maestro Internacional del juego ciencia varias veces campeón de Colombia, Miguel Cuellar Gacharná, enseñaba a sus alumnos que evitaran determinadas aperturas en las competencias universitarias por cuanto llevaban al desastre ante un buen adversario. Si por ventura alguno se dejaba embelesar de la variante envenenada y ocurría lo que tenía que ocurrir, lo sacaba del equipo.
Un maestro mucho más severo es la realidad que empobrece a un país por haber seguido un débil modelo de desarrollo. Tal el caso de Venezuela bajo el chavismo, con la bandera de igualdad y de bienestar popular, en suma, de buena voluntad hacia los más desprotegidos, fracasó. Aumentó la miseria, y disminuyó los ingresos reales. El índice Gini de concentración de riqueza (que el gobierno no menciona) semeja los de Haití. Al parecer les hemos tomado treinta años de ventaja. Su salario mínimo mensual, que a principio de siglo fue uno de los más altos del continente, hoy no alcanza los dos dólares al mes, mientras el de Colombia es de unos 260 dólares.
Los pensionados han quedado en la inopia con una inflación de un millón por ciento anual, antiguos profesores están buscando de empleo y enviando sus añejas hojas de vida al exterior… Y recién el gobierno Maduro ha reconocido al fracaso, en regaño público a sus administradores: les dijo que dejaran de quejarse del imperialismo y asumieran su responsabilidad, pues todos los planes habían fracasado...
Ellos y los cubanos cogen al tío Sam de coartada, de chivo expiatorio, como si la función de ese tío fuese ayudar a que las revoluciones antimperialistas tuvieran éxito con su modelo de desarrollo. Y ahora sufren la agonía de un ajedrecista que en la partida en la que se juega la vida, escogió una variante envenenada.
Y así como en ese juego no conviene dejar expuesto al Rey, tampoco ayuda quitarle la autonomía al Banco Central, principio de autonomía que desde la revolución francesa despojó a esa monarquía del manejo del tesoro público. Pero la inmadurez política del populismo les castra la capacidad autocritica, a la que postergan cuando ya tienen el ojo en la mano. Tampoco la Argentina peronista ha respetado este principio de autonomía elemental del ajedrez social, y está siendo desplazada por Colombia en importancia continental, tras de haber sido uno de los seis países más prósperos del mundo hacia 1910.
Continuando con el símil, pero cambiando el tema, el maestro Cuéllar enseñaba a mantener la delantera en el juego, incluso a veces haciendo sacrificios en otros frentes. Es el caso de Trump que mantiene la pérfida iniciativa mientras los poco imaginativos noticieros gringos le regalan espacio valioso, sin notar que las explicaciones que dan casi no importan a la mayoría de la audiencia. Al igual que en la victoriosa campaña contra Clinton, Trump maneja los ritmos, las pausas y genera los suspensos. En suma, él es el espectáculo, y tiene la iniciativa. Los medios son su incauta caja de resonancia.