Este es el gobierno de la más lucida incompetencia. Hace más de un año fueron varias las advertencias de senadores y expertos sobre el complejo panorama del sector eléctrico del país, que hoy por incapacidad y desidia de los ministros del ramo se nos ha convertido en peligro de racionamiento en todo el territorio nacional. Reiteradas fueron las advertencias y alarmas proferidas, desechadas con olímpica despreocupación por el presidente y su corte de funcionarios encargados del tema.
Petro no quiso desde el inicio de su mandato integrar la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) que hasta hace pocos días solo contó con la presencia de solo uno de sus miembros, Hoy, integrada a las volandas, su presidente no tuvo manifestación distinta a la de informarnos que la opción más probable es la “un racionamiento de energía en Colombia.”
El Gobierno estaba advertido: “Se observa con preocupación la disminución en la disponibilidad de las plantas hidráulicas asociadas a los niveles de sus embalses por otras restricciones, lo cual puede llevar a situaciones de riesgo para la atención de la demanda en algunas horas del día por no contar con la potencia necesaria para mantener una operación confiable y segura del Sistema Integrado Nacional (SIN), en especial en los periodos de máxima demanda”, aseguro XM. El ministro de Minas y Energía, al igual que su desastrosa antecesora, desestimó las alertas, señalando, como arúspice que no es, que “el fenómeno del Niño está en su última fase y que atrás quedaron los meses más duro de sequía.”
Procuraduría y Contraloría han tomado cartas en el asunto. La Contraloría instó al gobierno a ejecutar un plan de choque para garantizar el suministro de energía y promover un marco regulatorio transitorio que permita a los proyectos de generación que se encontraren listos conectarse al sistema, sin merecer respuesta hasta la fecha. A su vez, la Procuraduría instó al Ministerio de Minas y Energía a informar sobre las medidas adoptadas para mitigar el riesgo de desabastecimiento y de interrupción de suministro de energía en el país, y sobre los planes de emergencia y contingencia para atender las amenazas generadas por el Niño, sin concitar atención alguna.
Por el contrario, insiste el ministro en afirmar contra toda evidencia, que las semanas que vienen son importantes para superar el fenómeno, porque tenemos todas las capacidades para superarlo.
Todo parece indicar que estamos a punto de que se reduzca la capacidad hídrica del país que podría obligar a un racionamiento de incalculables perjuicios, sin que se escuchen reacciones y protestas de casi todos los partidos políticos, engolosinados con las ofertas de mermelada del gobierno. Es tan profunda e incontenible la decadencia de la política que el mayor interés de la mayoría de partidos y movimientos radica en la aprobación del proyecto de ley de transfuguismo en vez de las urgencias que amenazan la vida de los ciudadanos y la sostenibilidad de la economía nacional.
Como es frecuente en este gobierno, Petro, en medio de sus incontables delirios, tuvo premonición de la sequía que hoy nos amenaza. Pero, como siempre, se limita a la expresión de sus presentimientos en vez de ejecutar. El cambio en tinieblas. Así gobiernan los agitadores.