La elección de Javier Milei como presidente de Argentina el 19 de noviembre de 2023 tomo por sorpresa a muchos. Ya sea para los mismos argentinos, que fueron testigos de la relación inversamente proporcional entre el descenso económico y moral del país, con el ascenso ante la opinión pública de ese economista excéntrico que entre cifras y gritos encarno la indignación de sus compatriotas. Sorpresa por supuesto para el resto del mundo, especialmente para el de habla hispana, el ver la llegada por primera vez de un libertario a la presidencia. Sin embargo, muchos todavía se hacen la pregunta de que es un libertario, y en Colombia, de si acá existen.
Para empezar, los libertarios son la versión más radical del liberalismo clásico, es decir, aquellos que en defensa de la libertad y la propiedad privada ya no les basta con buscar restringir al Estado sino incluso pensar en abolirlo: todo lo demás son discusiones de grado, que ya bien pueden extenderse a los terrenos de la filosofía, la economía, el derecho, la historia, y hasta la cultura, la moral y la religión. Ahora bien, ¿hay libertarios en Colombia? Efectivamente los hay: o al menos quienes intentan serlo. Con el título expreso de “libertarios” el fenómeno es relativamente reciente, remontándose al movimiento que con dicho nombre fue fundado por Daniel Raisbeck en 2015 para apoyar su candidatura a la alcaldía de Bogotá, aunque incluso ya se había hecho explicita la intención de consolidar una opción libertaria cuando el mismo Daniel fue candidato por Bogotá a la Cámara de Representantes por el Partido Conservador en 2014: básicamente las mismas fechas en las cuales Milei empezó a darse a conocer fuertemente ante la opinión pública argentina.
Desde entonces, el “fenómeno Milei” no ha sido sino, tanto en Argentina, como en el resto del mundo, la continuación del legado del liberalismo clásico y su actualización, ya sea para mantener sus logros o incluso para superarlos. En dicho esfuerzo no solo han destacado figuras como Daniel Raisbeck en Colombia o Javier Milei en Argentina, sino también Ron Paul en Estados Unidos, Juan Ramón Rallo en España o Axel Kaiser en Chile, por dar unos ejemplos. También han destacado centros de pensamiento como el Mises Institute (EE.UU.), el Instituto Juan de Mariana (España) y la Fundación para el Progreso (Chile), vinculados o cercanos respectivamente a las personas mencionadas antes. Y ni hablar de pensadores como Friedrich Hayek, Milton Friedman, Murray Rothbard, Jesús Huerta de Soto, Alberto Benegas Lynch, entre muchos otros, que han fundamentado con sus ideas la defensa de la libertad e inspirado a las organizaciones y personas ya aludidas.
Ahora bien, un fenómeno como el de Milei genera la inquietud de si en otras partes del mundo puede replicarse, especialmente en el de habla hispana, inmediato receptor de liderazgo del presidente argentino. La verdad es que teniendo ejemplos como los anteriores, cuya actividad es fácilmente rastreable con una búsqueda rápida por Internet, no hay país que no esté expuesto a que surgen nuevos Milei: así de hecho lo reconocen sus principales enemigos, los comunistas y demás gamas de estatistas cómplices, que están desesperados de que la agenda de la liberta avance. Basta leer al respecto el artículo “El asalto de la sin razón: la trayectoria del LUMPENneoliberalismo de Rothbard a Milei”, escrito en el número 117 de la revista “Izquierda”, órgano de difusión del comunismo colombiano y latinoamericano. Si para los comunistas buscar acabar la inflación, reprimir el crimen y facilitar la libre iniciativa es un “asalto de la sinrazón”, está más que justificado seguir estudiando y hasta replicando “el fenómeno Milei”: en Colombia y en todo el mundo.