Las tres guerrillas agrarias ELN, EPL, FARC, surgen aquí entre 1962 y 1966 durante la presidencia de Guillermo León Valencia, gobierno atrapado en un holograma de realidad alterna que afirmaba que entregaba un país “en paz”. Presidente único al que se le ocurrió anunciar por anticipado una devaluación de la moneda creando una fuga masiva de capitales. Y quebrando varias industrias nacionales.
Confundía el reparto milimétrico de los empleos públicos entre liberales y conservadores con la paz social. Y como si parafrasease al vate, de su padre, sacrificó un mundo por pulir un disparate. Por supuesto por fuera del bipartidismo continuaba vivo el resto del país excluido por ley de representación política. De modo que al final del Frente Nacional en el cual ese gobierno estaba cobijado, el dictador Rojas contra el cual se había creado, obtuvo la mayoría de los votos y el establecimiento optó por el fraude electoral el 19 de abril de 1970, generando así la primera guerrilla urbana nacional el M-19. La peculiaridad del fraude es que el ministro de gobierno de la progresista administración de Lleras Restrepo lo confesó en artículos y libros, lo cual es hasta donde sé, algo inédito en la ciencia política. En suma el bipartidismo que se repartió la torta administrativa alegando la salud de la república, hoy no es alternativa de gobierno en el siglo XXI. Algo similar ocurrió en Venezuela con el acuerdo del punto fijo . Allá a diario los mediocres ex Adecos y Copeis demuestran que cada país tiene el gobierno y la oposición que se merece.
Las Farc anuncian que generaran un movimiento cívico, lo cual significa que renuncian al marxismo leninismo. Así soslayan el lastre del populismo paranoide de Venezuela o el aislamiento represivo de Cuba, y parecen optar por un sesgo democrático de respeto a los derechos humanos, tipo Uruguay. Una suerte de Social Democracia, en suma. Vale decir rompieron con su holograma al que dieron vida por más de medio siglo. Y esto sí merece el termino de histórico.
Esto permite una sinergia nacional, una suma de fuerzas que ayer nos desangraba y ahora busca salidas civilizadas. Aun si el narco consumo generado en USA continuara. Su último informe confirma que murieron este año 62..000 estadounidenses por sobre dosis.
Pero en el otro extremo del panorama nacional perduran los hologramas que prefieren prolongar el conflicto interior, que para ellos no existe, ni va a existir, ni ha existido. Y sacrifican un país por pulir un disparate.