El tiempo se les acortó a los gobiernos. Sin reelección los resultados se exigirán más pronto; las reformas claves salen en las primeras legislaturas, o no salen; los ministros y gerentes tendrán que demostrar su eficiencia y eficacia desde el primer día; la comunicación pueblo-gobierno debe ser espontanea partir del mismo 7 de agosto; será obligante para el Congreso sesionar cuatro días a la semana; la democracia colombiana, como sistema, deberá probar que trabaja y respeta al pueblo que elige y legitima. Ardua y hermosa tarea para nuestro joven Presidente.
Alberto Carrasquilla sobresalía entre los jóvenes que Roberto Junguito vinculó al Ministerio de Hacienda (2002): Beatriz Uribe, J.P Córdoba, Andrés Felipe Arias, entre otros. Su presentación fácil de los temas económicos indicaba lo robusto de sus conocimientos. Posteriormente, con él como ministro de esa cartera, y a solicitud del Presidente Uribe, trabajamos en la creación de la Banca de Oportunidades, que con el nombre de Banco de los Pobres le habíamos planteado al Presidente desde la Academia del Pensamiento en Agosto 17/05. La B. de O. Se creó en septiembre del 2006.
Por ahora, Colombia tiene que prepararse para encarar las consecuencias impredecibles de la guerra comercial que Trump le ha declarado a China. Al interior, la expansión de los cultivos de hoja de coca ha desatado una ola de criminalidad que creíamos enterrada para siempre. Combatirla exigirá más recursos mientras nuestra frágil situación fiscal puede ser sacudida por menor inversión extranjera dada la creciente inseguridad.
Alberto Carrasquilla tiene experiencia y ha demostrado que sabe combatir por sus ideas, por su gobierno y por su país. Su nombramiento es un gran acierto del Presidente Duque.
Carlos Holmes Trujillo es un veterano de la política y de la diplomacia. Su serenidad y su elocuencia lo señalaban como el Canciller por antonomasia. En el crispado cuadrilátero electoral batalló con gallardía y elegancia. Y, sin dar un paso atrás. Tendrá que lidiar, entre tantos problemas, con las pretensiones de Nicaragua en el Mar Caribe. Como el fallo de la Corte de La Haya es impracticable, deberá insistirse en un tratado bilateral. Juristas y expertos aún se preguntan cómo fuimos a ese litigio después del rompimiento unilateral del tratado de Esguerra-Bárcenas por el gobierno nicaragüense, en 1980. El nuevo Canciller colombiano sabrá navegar en esas aguas acompañado de la sin par Alba Lucía. Otro acierto de Iván Duque.
José Manuel Restrepo es un analista económico realista y agudo. Sus notas en El Espectador así lo evidencian. Académico relevante, siente el palpitar de la ciudadanía y otea con interés el horizonte de la política cuyo escenario siempre lo ha atraído. Le tocará lidiar de entrada con el neoproteccionismo de la potencia del norte que empieza a extenderse a Europa. ¿Cómo aprovechar los TLC y superar la baja productividad de nuestra economía?, fue uno de los interrogantes en el reciente foro de Concordia. Es cierto que se han modernizado nuestros puertos en El Atlántico y que la Alianza Pacifico hay que ampliarla y acelerarla, pero seguimos rezagados en las exportaciones. ¿En la agroindustria y el turismo está la solución? En todos esos temas debe estar pensando el joven Ministro de Comercio Exterior quien, por su compromiso con el bien común, abandona las vetustas e ilustradas aulas de la Universidad del Rosario que rectoraba con éxito. Otro tanto inatajable del Presidente Duque.