El inicio de una nueva era | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Junio de 2018

“Cambiará desvencijado escenario político”

El hoy presidente electo resultó una revelación política que el país nunca había conocido. Inicialmente etiquetado como el favorito del expresidente Uribe y calificado de títere por los malquerientes del exmandatario, o de inexperto por sus contendores, en menos de seis meses ganó todos los pulsos electorales que libró, creció vertiginosamente en las encuestas y obtuvo la presidencia con la mayor votación que haya obtenido un presidente electo. En cada certamen electoral superó ampliamente la votación de partidos y fuerzas que lo acompañaron y en cada debate dio muestras de su talento, preparación conocimiento del país y agilidad y contundencia para la controversia.

Desde el día siguiente a las elecciones sus declaraciones han motivado un ambiente de confianza en sus ejecutorias de gobernante. Al tiempo que su contendor confronta, el presidente electo une, y aborda los temas de mayor preocupación para los ciudadanos promoviendo unión y orientando a la construcción de una nación libre de los males que confronta. Corrupción, clientelismo, inseguridad, desbarajustes en salud, debilitamiento de las instituciones, abandono de parte del territorio en manos de delincuencias locales y foráneas, crecimiento exponencial de los cultivos de coca, gravámenes tributarios que desalientan el emprendimiento, la inversión y el empleo y destrucción de la rica biodiversidad de nuestro país. La paz, aún esquiva, debe consolidarse con los ajustes que se requieren para convertirla en realidad.   

Las soluciones que divulga han reactivado los mercados antes desestimulados por las amenazas populistas, han desvirtuado los apocalípticos escenarios que sus contradictores señalaron y han abierto espacios de entendimiento para adelantar las más urgentes reformas que reclama el país. El anuncio de un gabinete con amplia participación de la mujer y de una nueva generación abre las puertas a una era de mayor participación ciudadana y a una modernización y eficiencia de la gestión pública. La presencia de la vicepresidenta en todos los actos preparatorios de su gobierno augura un entendimiento que potenciará la gestión del ejecutivo con los aportes de una mujer de tan destacadas capacidades y enriquecida experiencia.

Nos encontramos en el umbral de una nueva época que modificará por completo el desvencijado escenario político que padecemos. Los partidos y organizaciones políticos deben tener conciencia de los tiempos que empiezan a correr si no quieren perecer por falta de apoyos ciudadanos. La reforma política, que incluye la electoral, obligará tanto a las colectividades cercanas al gobierno como a las que ejerzan la oposición. Ser partido de gobierno no puede limitarse al usufructo de prebendas, como hacer oposición no puede reducirse a la crítica sistemática y caprichosa. Se exigirá coherencia, representatividad y responsabilidad que hoy no distinguen a los partidos en Colombia. De ello dependerá su supervivencia.