“Buscar el centro en política es perderse”
Numerosos han sido los comentarios sobre el hecho de que en las elecciones presidenciales son más los candidatos avalados por firmas que los proclamados por los partidos políticos. Muchos atribuyen esa realidad a la pérdida de confianza de los ciudadanos en las colectividades políticas, inmersas en el clientelismo corruptor que sustituyó la representación popular con un mercado en el que se negocian las adhesiones y las curules, sin importar las ideas y creencias que identificaron a los partidos. Hoy, éstos, son albergues temporales para quienes transitan por ellos de acuerdo con la comodidad que les depare cada coyuntura electoral. Estos migrantes tienen tal capacidad de metamorfosis que pueden hoy representar a colectividades situadas en las antípodas ideológicas de las que fueron su anterior morada. No hay régimen de partidos que soporte semejante trashumancia.
Ese malabarismo que afecta la capacidad representativa de los partidos y sugiere la adopción de actitudes “políticamente correctas”, no tiene la capacidad de modificar la realidad política que hoy en Colombia se debate entre la las utopías de la izquierda y la defensa de los valores que han permitido la supervivencia de las sociedades humanas. La izquierda promete un paraíso terrenal igualitario que apunta a la modificación de las reglas prevalecientes de la vida social para dar paso a la uniformidad que caracteriza a los regímenes socialistas y comunistas, sin tener en cuenta las especifidades de los pueblos, de las civilizaciones y hasta de los sexos. Encarna el propósito de homogeneizar la sociedad para dar vida al nuevo sujeto social, y con alcances como el del matrimonio homosexual o la feminización de la ortografía. Una especie de nuevo ciudadano elaborado con la doctrina del estado al que pertenece, como el que yace en Cuba y que con violencia se pretende erigir en Venezuela
La derecha, por el contrario, no persigue utopías Simplemente defiende los valores morales que han permitido la supervivencia de las sociedades: el respeto de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el valor de la familia, el respeto de las libertades, los derechos a pensar, a disentir a creer, a decidir y a la propiedad privada.
La pérdida de identidad ideológica de los partidos explica las postulaciones por firmas, como también sugiere la necesidad de alianzas que agrupen las visiones de izquierda y derecha. El centro en política es terreno que carece de coordenadas, tanto geográficas como ideológicas; buscarlo es perderse.
Ello explica las estrategias de centro izquierda -Fajardo, Robledo, Claudia López, de la Calle-; de izquierda- Petro, Clara López, Caicedo y Timochenko y de derecha-Uribe, Ordóñez, Duque con el aporte de su juventud y porvenir, y seguramente Marta Lucía Ramírez.