La negociación con el ELN se inicia en medio de un generalizado pesimismo sobre sus eventuales resultados. Y no podía ser otro el sentimiento de los colombianos por las lecciones aprendidas en negociaciones anteriores con esta guerrilla, y porque las numerosas concesiones acordadas a las Farc constituirán el punto de partida de las pretensiones elenas.
El ELN se asemeja más a una confederación de fuerzas que a una organización militar vertical en sus líneas de mando y disciplinada en el cumplimiento de las órdenes de su instancia directiva. Inmersa en el negocio del narcotráfico, sus réditos determinan el poder de cada uno de sus frentes y su grado de independencia en relación con el Comando Central. “Gabino” es un “primo inter pares” y las ´directivas del Coce tienen que someterse a cierto grado de consenso para ser obedecidas.
Es una organización criminal más fundamentalista que las Farc y también contaminada por la cultura mafiosa que impone la dedicación al narcotráfico. Se valdrán de todos los procedimientos que garanticen la prolongación de las conversaciones para desgastar al Gobierno y asegurar la obtención de la mayoría de sus objetivos estratégicos. Para iniciar la negociación canjearon la liberación de Odín Sánchez por la continuación del secuestro y la abstención de revelar la identidad y suerte de todas las personas que conservan en cautiverio, o que asesinaron durante el mismo. Todo ello presagia nuevas concesiones cuando aborden los temas humanitarios de la Agenda, como lo sugiere la incorporación al equipo gubernamental de negociadores con las Farc.
La agenda convenida facilitará la dilatación de las conversaciones y el ablandamiento de un Gobierno acosado por el tiempo y debilitado por su declinante aceptación ciudadana. Concebida para dar paso a la narrativa que atribuye al Estado la responsabilidad del origen del conflicto, como si las guerrillas no fueran hijas de la Guerra Fría, facultará a las organizaciones sociales afines a la subversión para aportar insumos con carácter vinculante a los trabajos de lo que denominan el Diálogo Nacional. Ya se desarrollan los foros necesarios, con la asesoría programática de organizaciones latinoamericanas de reconocida militancia y orientación ideológica y política de extrema izquierda, como el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, el Frente Popular Darío Santillán, el Congreso de los Pueblos Continental, Vía Campesina y la Fundación Rosa Luxemburgo.
Las concesiones logradas por las Farc palidecerán frente a los objetivos de los elenos que se sumarán al repudio creciente de la opinión con la calamitosa situación que padece el país. No la tiene fácil el jefe de la delegación de gobierno. Suerte le deseamos.