Muchos de los problemas que aquejan a la sociedad colombiana, pueden resolverse a través de la implementación de la ciencia y la tecnología, complementada con el conocimiento específico de cada sector.
Los beneficios y retornos de invertir en ciencia y tecnología son irrebatibles. Ejemplo de ello son los famosos tigres asiático. Sin embargo durante el gobierno Santos el panorama es desalentador. En primer lugar, la larga lista de ocho directores de Colciencias en siete años, la caída del presupuesto asignado, solo del 2017 a 2018 bajó en $41.000 millones; los $1.5 billones que provenían de regalías y que se destinarían a proyectos de ciencia y tecnología ahora pasarán a financiar vías terciarias, resultado del compromiso adquirido por este gobierno en los acuerdos de La Habana. Y finalmente ni hablar de los casos de corrupción en algunas regiones, donde los recursos para la ciencia y la tecnología terminaron en spas y asaderos de pollos.
La ciencia y la tecnología brindan herramientas prácticas para resolver diversos problemas. Un ejemplo de ello es el sistema de salud. El sector actualmente enfrenta retos en cobertura y acceso en zonas rurales, altos costos, prevención, y sobretodo problemas financieros y administrativos que incluyen las
millonarias deudas de las EPS con los hospitales, las cuentas por pagar del antiguo Fosyga y las aparatosas liquidaciones de EPS´s como Cafesalud, Saludcoop y Caprecom, que afectan a miles de pacientes.
Frente a esto, la C y T incorporan el uso de herramientas para solventar diversos problemas. Por ejemplo ofrece el uso y masificación de datos como historias clínicas digitales que cuentan con la capacidad de prevenir enfermedades crónicas en los pacientes, conociendo sus antecedentes e información hereditaria; también el uso de analítica de datos permite hacer un control más efectivo de la actividad financiera de las EPS evitando problemas como los ocurridos. Así mismo, frente al acceso, la tecnología ofrece herramientas como la telemedicina que permite llegar a los pacientes en zonas apartadas, a médicos especialistas, reduciendo costos y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
De igual forma es posible encontrar herramientas útiles para resolver problemas del sector agropecuario e, inclusive, aprovechar la potencialidad de nuestra biodiversidad. La incorporación de técnicas de agricultura de precisión, medición de huella hídrica, saber el uso adecuado de nuestros suelos y climas para optimizar las siembras, mejorar productividad y generar más ganancias para los empresarios del campo, son algunos ejemplos de ello.
Respecto a nuestra biodiversidad, este activo nos puede convertir en una potencia mundial en la producción de alimentos funcionales, ya que contamos con productos como la sacha inchi, la quinoa, y por supuesto a partir de la disponibilidad de tierra arable, nos convierte en uno de los países con posibilidad de ser despensa agrícola mundial. Sin embargo, y aquí se evidencia la carencia de una política para aprovechar estas ventajas, a pesar de ser el país más biodiverso del mundo por kilómetro cuadrado, teniendo más de 35.000 plantas diferentes, el problema radica en que solo hemos investigado el uso de 160, mientras en toda Europa cuentan apenas con 7.000 variedades, pero ya conocen el uso e implementación de 6.700. Ellos si hacen la diferencia.
De manera que la adecuada estructuración y financiación de proyectos, utilizando la C y T, nos ayudará a descubrir y profundizar en los usos médicos o industriales de nuestras plantas y biodiversidad, y podremos dar un salto cualitativo para que Colombia ingrese a la biotecnología, la industria farmacéutica y los alimentos funcionales, entre otros sectores.
Podríamos continuar con muchos otros proyectos como: La optimización de procesos para reducir la congestión en el sistema judicial, un sistema de compras gubernamentales abierto y en línea y el libre acceso de los ciudadanos a la información para facilitar la rendición de cuentas de los gobernantes. Sin duda, la ciencia y la tecnología ofrecen una esperanza para resolver de manera transversal muchos de los problemas que enfrentamos los colombianos todos los días. Desde mi campaña al Senado, estoy apoyando el programa de gobierno del Centro Democrático para que Colombia deje a un lado el rezago en competitividad, direccionemos los recursos a proyectos de alto impacto en la innovación, y retomemos de una vez el rumbo perdido.