La Sergio y el Periodismo
“Una comunidad puede morir por lo que la prensa calla”
Una universidad es en relación con un país, lo que el cerebro en relación con el cuerpo humano, su parte más trascendental y luminosa. Y estos centros de irradiación cultural deben tener como norte en sus grandes objetivos, la imprescindible cultura humanística. Así lo expresó Rodrigo Noguera Calderón al exaltar al prestigioso intelectual y periodista Ramiro de la Espriella, al cumplir 90 años de vitalidad y lucidez mental.
El humanismo constituye la esencia viva de los pueblos. Todas las transformaciones y avances decisivos en la civilización se deben a la poderosa dirección del intelectual. Son los intelectuales y pensadores quienes van sembrando lenta, pero eficazmente la inconformidad y el descontento. Los intelectuales, los pensadores actuaron antes que los mariscales en las revoluciones. El intelectual es el gran orientador, el que vive en la cresta de la ola, en el ojo del huracán.
La Universidad Sergio Arboleda, no sólo tiene una de las facultades de Comunicación más exigentes, sino que patrocina la revista Crónica Universitaria, dirigida por Ramiro de la Espriella, que estudia con elevado criterio los temas más agobiantes de Colombia. Dado el altísimo costo de los libros, la revista constituye hoy día el libro del pobre y del intelectual medio. La revista analiza sumariamente lo esencial de un tema fundamental. La revista es el mejor medio para poner a circular ideas, tesis y teorías. El ensayo breve se dirige a un público que a veces no tiene tiempo, ni oportunidad de profundizar asuntos de interés cívico y cultural. Los variados tópicos difundidos en revistas serias, de sólido perfil académico, ponen al lector en contacto con las grandes corrientes del pensamiento. Nunca se sabe hasta dónde un estudio leído circunstancialmente puede motivar a una persona a ampliar investigaciones o decidirse por una disciplina determinada. Siempre se ha considerado inacabado el proceso de formación
de un individuo.
Suele decirse que la labor del periodista es efímera. Es verdad a medias. Es efímera la forma, la exterioridad; la página que se escribe un día puede olvidarse; pero la influencia y la sugestión de esa inquietud inteligente, persiste y queda sembrada para siempre en el cerebro de multitud de lectores ansiosos. Así se forma la opinión y la consciencia de los pueblos. Por eso se repite que pocos poderes superan el poder avasallante de los medios. Cuando los medios callan, su silencio grita. La mordaza hace más incisivos a los intelectuales. Una nación se puede convulsionar por lo que la prensa dice. Pero una comunidad puede morir por lo que la prensa calla.