HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Septiembre de 2011

De DAS en peor
La  sentencia condenatoria que la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia le acaba de imponer al ex director del DAS Jorge Noguera Cotes como responsable de los delitos de concierto para delinquir, homicidio, destrucción, supresión u ocultamiento de documento público y revelación de asunto sometido a secreto, es la guinda del pastel de la corrupción en que se convirtió ese organismo de Inteligencia por cuenta de la aplicación estricta que allí se hizo de la seguridad democrática que se definió como política estatal en los 8 años del período presidencial 2002-2006-2010.
Los hechos que la Corte declara probados no permiten distinguir si Noguera Cotes era un miembro del Gobierno central al servicio del paramilitarismo o un paramilitar en la dirección del DAS. Noguera, en todo caso, dice el fallo, decidió que su organización sólo combatiría a las Farc y él mismo se encargó de perseguir a cualquier funcionario del DAS que osara adelantar alguna indagación contra las AUC. A unos los trasladaba y a otros simplemente los destituía.
En ese mismo propósito llenó el DAS de personajes cercanos o simplemente miembros de los grupos paramilitares: Rafael García, de quien dice la sentencia, que era un “firme colaborador” de “Jorge 40”, y a José Miguel Narváez, Emilio Vence Zabaleta y Gloria María Bornacelli Llanos, entre otros, e incluso llegó al extremo de patrocinar mediante su ascenso, el acoso y la invención de pruebas que Javier Alfredo Valle Amaya hizo para preparar el homicidio del sociólogo barranquillero Alfredo Correa de Andreis a manos de las AUC.
Reuniones clandestinas con alias “Jorge 40”, borrado y manipulación de datos y entrega de información reservada del DAS a las organizaciones, son otros de los hechos probados durante la actuación procesal, cada uno más grave que el otro, si se piensa que se comprobaron de quien tenía a su cargo la más importante agencia de Inteligencia civil y la única dependiente directamente del Presidente de la República.
Pero el DAS no fue sólo eso, también es la agencia en la que se descubrió un macabro manual para amenazar periodistas críticos y se ha comprobado que utilizó todos sus recursos para seguir y acosar a la Corte Suprema de Justicia y a algunos políticos, no sólo de la oposición, sino también de los aliados.
Todo eso ocurrió porque la seguridad democrática como política de Gobierno definió que todo opositor era terrorista, que todo crítico era un enemigo y que ningún poder estatal podía ser independiente de la Presidencia de la República. Por esa razón, cada vez que el entonces Presidente insultaba a alguien o descalificaba alguna institución, en el DAS se entendía que era una orden directa que autorizaba la combinación de todas las formas de agresión en su contra.
Tan grave como eso, es que el actual director del DAS viene de ese Gobierno y que su reemplazo parecen estarlo buscando entre oficiales de la Armada con experiencia en fabricar pruebas.