JAVIER A. BARRERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Septiembre de 2011

De la política al ego


“Lo que debemos hacer es reflexionar sobre lo bueno”


LA  imagen del gobierno del presidente Uribe pasa por uno de sus momentos más críticos, y la objetividad periodística se diluye en el ego de aquellos que disfrutan el sabor de una victoria como si el tema de la política y el bienestar social fueran una pelea de gallos.
Si en algo he sido claro siempre es en señalar mis diferencias ideológicas con la forma en que se desarrolló el gobierno de Álvaro Uribe y su reelección. Sin embargo, más allá de acusar quien tenga o no la razón.


Lo que debemos hacer es entender que el país continúa su período de transición y que la verborrea ideológica no les hace bien a opositores, seguidores ni ciudadanos.
Primero lo primero, Uribe no es Superman, su gobierno trajo al país cosas buenas y malas por igual. Sin embargo, no es el mesías que pinta José Obdulio y tampoco es el vengador que pinta la Izquierda.


Como en todas las cosas de la vida, lo importante ahora es evitar caer en el remolino de emociones que alimenta la intelectualidad mediática y egocéntrica de todas las orillas ideológicas del país. Lo que debemos hacer, como en cualquier momento de la historia, es reflexionar sobre lo bueno para construir sobre eso, y reflexionar sobre lo malo para corregir y blindar.


Sin embargo, la actualidad de la política colombiana se nutre por un cruce de acusaciones en las que el norte de nuestro desarrollo se diluye en medio de unas batallas personales.


¿En qué momento los periodistas se volvieron jueces? En el mismo momento en el que los gobernantes se volvieron periodistas.


Si uno va a legislar, debe enfocar todo su esfuerzo en legislar bien. Por el contrario, ahora los medios son los jueces, los líderes que cuestionan la legalidad de nuestras vidas.


Asimismo, los políticos se han convertido en acusadores mediáticos, se concentran más en bañarse con el éxito de “destapar la olla” y se olvidan de proponer caminos o soluciones.


La institucionalidad en Colombia se mueve por lógica según la cual todos buscan tener la verdad, y donde las ideologías pisotean la búsqueda del bien común porque la política en Colombia, alimentada por el Uribismo, dejó de ser un asunto de servicio para convertirse en un camino de egos.


En este momento, el concepto de Unidad Nacional, mal entendida como la falta de visiones, debería ser entendido como esa disposición de todos para construir y no para destruir pues, a fin de cuentas, el país permanece y los políticos, sencillamente, pasan.
@barrerajavier