JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Septiembre de 2011

Corazón, realismo y academia


“Está claro que entre uno y otro no se entienden razones”


DICE  un conocido dicho que cuando el gato sale de viaje, los ratones hacen fiesta. Algo de esto pasa en nuestro país ahora que el presidente Santos, con total acierto, hace visita a algunos países de Asia en búsqueda de acuerdos comerciales.


Me refiero al cuestionamiento que hiciera el vicepresidente Angelino Garzón a la nueva forma propuesta por el DNP para medir la pobreza en Colombia. Si uno estudia en detalle la posición del Vicepresidente y la del DNP, ambos tendrían razón. La pregunta es qué tipo de mirada le está realizando cada uno de ellos a la metodología adoptada.


De un lado, el Vicepresidente critica la metodología adoptada, porque ella considera que una familia que recibe mensualmente más de 748.000 pesos, sale de la pobreza, y que las personas individualmente que ganen mensualmente menos de 187.000 son pobres en términos absolutos. El argumento es bastante simple e invita a vivir durante un mes a una familia a ver si es posible hacerlo con los 700 mil pesos. Naturalmente viene adornado con algo de corazón: “Esas cifras y ese mensaje es una verdadera ofensa para la gente pobre y a esos asesores estoy dispuesto a regalarles los 700 mil pesos para que se vayan a mercar a Corabastos…y ver si hacemos un mercado para cuatro personas en un mes… (pido)… un poco de respeto por la vida humana”.


Digo que tiene razón porque sí parece una cifra escandalosamente baja. Pero tiene razón también el DNP cuando, con un criterio mucho más técnico, académico y elaborado, defiende la nueva iniciativa que adopta el mundialmente reconocido Índice de Pobreza Multidimensional. Este índice desarrollado por académicos reconocidos y conocido como el Índice de Oxford, acoge las recomendaciones de dos ilustres premios Nobel de Economía, Amartya Sen y Joseph Stiglitz. El nuevo índice acertadamente acepta que la pobreza no es sólo un tema de ingresos, sino que debe verse en función también de otras dimensiones: salud, educación, trabajo, participación política, relaciones sociales, conexiones, medio ambiente, seguridad y consumo. Quiere decir que con esta nueva medición es posible avanzar en otros caminos que permitan ir solucionando el terrible flagelo de la pobreza.


Por lo anterior, abrir un debate sobre la nueva metodología con criterios distintos parece una conversación de sordos. Está claro que entre uno y otro no se entienden razones y que los dos podrían argumentar a favor o en contra del planteamiento del otro. Se hace necesario entonces que “el Gato” intervenga en la discusión de los “Ratones” y reconozca que independientemente de los resultados de la nueva metodología, la pobreza es un tema prioritario en su gobierno y merece ser abordado con políticas y estrategias que les permitan a las familias vivir dignamente, para así lograr la Prosperidad Democrática.


De postre
Vergonzosa la actitud de los estudiantes universitarios en las recientes marchas en el país. Demuestran su pésima educación y que la violencia está enquistada, seguramente por intervención de otros adultos, en nuestra juventud.
jrestrep@gmail.com